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Compra 'online' o en el súper: ¿cómo ahorramos más?

Comprar 'online' vs en el supermercado.

Marta Chavarrías

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¿Eres de los que disfruta yendo al súper a comprar para tu despensa y nevera o prefieres hacerlo desde casa sentado cómodamente en el sofá? No hay duda de que la compra online ha crecido de forma exponencial en los últimos años, que vivió un claro empujón durante los meses de la pandemia, cuando este tipo de compra se generalizó de forma masiva. En España, la alimentación protagonizó un cambio significativo en 2022, con un 39% de compradores online que adquirieron alimentos frescos y bebidas mediante esta vía.

Pese a estos datos, que nos demuestran que muchas personas optan por la comodidad de la compra online, ¿es esta la forma más rentable de comprar? ¿Sale más caro hacerlo de esta manera que yendo al supermercado?

La compra online: motivos para optar por ella

Hacer la compra desde casa tiene numerosas ventajas. Una de ellas es que, en lugar de tener que recorrer pasillos y más pasillos buscando el producto que necesitamos, nos hacemos con una completa lista de comestibles en apenas unos minutos. Además de cómodo, es rápido, tenemos a nuestra disposición un sinfín de productos, podemos comparar precios e incluso consultar las opiniones y las calificaciones que han hecho otros compradores. 

También nos resulta más fácil ver las ofertas de los productos ya que estos vienen marcados de forma clara, y no tenemos que preocuparnos de si las etiquetas se han intercambiado o son inexactas. A menudo, incluso, podemos encontrar una sección en la página web donde aparecen todas las ofertas, de manera que nos ahorramos tener que recorrer todo el supermercado para conocerlas.

Con la compra online tenemos la posibilidad de acceder a todas las promociones vigentes desde casa sin que tengamos que perdernos entre las estanterías. Y aquí tenemos un nuevo punto a favor: cuando compramos en internet podemos observar el importe de las compras y cómo va aumentando a medida que añadimos nuevos productos. De esta manera, controlamos mejor nuestro presupuesto, que la mayoría de las veces se destina a productos como lácteos, arroz, galletas y cereales, así como pasta y frutos secos, según esta encuesta realizada por el centro tecnológico AINIA.

Otra forma de ahorrar con la compra online es que resulta menos tentador comprar por impulso. ¿A quién no le ha ocurrido eso de llegar a casa y preguntarse por qué motivo ha comprado esa bolsa de patatas o esas galletas que no necesitaba? Con la compra online esta impulsividad se reduce de manera significativa. Y es que, además, nos ofrece la posibilidad de planificar nuestra compra añadiendo productos a nuestros favoritos, que se guardarán para más adelante. 

Y, por si fuera poco, y si no estamos inspirados para preparar la cena del día, muchos sitios ofrecen en forma de blog recetas y formas de cocinar los productos que venden.

A toda esta lista de beneficios con la compra online podemos incluir uno más: el ahorro de gasolina para trasladarnos hasta la tienda física de comestibles y, por qué no, del tiempo que necesitamos para hacer las compras en persona, aunque en este caso no podemos cuantificarlo en términos económicos.

Sin embargo, y pese a todos estos beneficios, debemos tener ciertas precauciones al hacerlo. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) explican qué preguntas tenemos que hacernos antes de comprar alimentos online: a quién estamos comprando, qué estamos comprando o qué tenemos que comprobar cuando recibimos el pedido.

Los expertos recuerdan que este tipo de compra no debería suponer un coste adicional. Así, la página web donde compramos debe incluir, como información obligatoria y de manera clara y exacta, el precio de los productos o servicios, indicando si incluye o no los impuestos y los gastos de envío. 

¿Qué señales nos deben hacer sospechar de que algo no funciona? Deberemos desconfiar, en cambio, si el precio del producto es mucho más bajo de lo que cabría esperar o no podemos encontrar información completa y clara sobre el precio, la garantía o el derecho de cancelación. También si el precio de los productos aparece en una moneda distinta al euro.

Compra en el supermercado, la gran aliada del ahorro

Pese a todo lo nombrado, aún quedan motivos por los que calzarnos los zapatos e ir al supermercado para abastecer nuestra nevera y despensa. Entre otros motivos, porque puede ser más fácil ahorrar. Acudir al supermercado nos ofrece la posibilidad de que, aunque tengamos pensado adquirir un determinado producto, una vez allí puede ser que encontremos una alternativa que nos interese más porque está de oferta en ese preciso momento. 

Muchas veces nos encontramos descuentos interesantes si compramos varias unidades de un producto del estilo 2x1, que nos es muy familiar. En el caso de alimentos, podemos congelarlos si no los necesitamos en ese preciso momento, pero no tendremos que preocuparnos de si tienen una fecha de caducidad lejana puesto que se mantendrán en buen estado durante más tiempo. En el caso de los productos envasados o de higiene, una buena despensa nos permitirá aprovechar los descuentos y acumular productos para usar más adelante. 

En cambio, en el caso de la compra online, si esta es muy voluminosa, los gastos de envío pueden ser elevados, mientras que si la llevamos nosotros mismos nos ahorramos este gasto. Aunque estos varían de un supermercado a otro, podemos ahorrar en cualquier cargo de envío si somos nosotros los que acudimos a la tienda.

Comparar precios para ahorrar, tanto en el súper como desde el ordenador

Otra buena manera de ahorrar dinero a la hora de hacer la compra, tanto si la hacemos online como presencial, es comparar precios. Y ambas nos permiten hacerlo. La forma tradicional es visitando varios supermercados y comprando cada cosa donde sea más barata. O la manera de ahora, la del siglo XXI, que es observando los precios en las webs de los supermercados, que ya tienen digitalizados sus catálogos y, por tanto, es posible que podamos encontrar algún buen descuento al realizar nuestro pedido gracias a las promociones que ofrecen.

Pero es que, incluso si no nos apetece comparar precios a nosotros mismos, podemos recurrir a un comparador online, que hará el trabajo por nosotros. 

Muchos de los supermercados, tanto en la compra online como la presencial, ofrecen tarjetas de fidelidad, con las que podremos acumular dinero con nuestras compras o beneficiarnos de promociones y regalos. 

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