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El fracaso del PP arrastra a su partido en Andalucía a la tercera posición

Loles López (PP-A) con Pablo Casado

Lucrecia Hevia / Fernando Vicente

Apenas dos minutos duró la intervención de Loles López, secretaria general del PP andaluz, la noche del domingo 28 de abril. Comparecía justo después de que Pablo Casado, líder nacional, reconociera que los “resultados han sido muy malos” para los populares. López tampoco se andó con paños calientes en esta mini intervención sin preguntas: “no han sido buenos”, reconocía.

La debacle del PP en toda España en esta cita electoral se ha dejado sentir también en el partido en Andalucía, a pesar de estar gobernando, circunstancia que supondría arrastrar cierta parte del voto. Sin embargo, aunque, obviamente las elecciones generales no quitan ni ponen presidentes autonómicos, el equilibrio de fuerzas entre los partidos de la derecha ha cambiado. Y el PP acaba de ver cómo su principal rival en las urnas, Ciudadanos, y con el que comparte Gobierno en la comunidad, le supera en votos.

Esta es la clave para el PP andaluz de esta noche electoral. Tanto el PP como Ciudadanos apostaban por reeditar en la política nacional su pacto de Gobierno en Andalucía con el apoyo de Vox. Los resultados muestran que esa idea era una quimera. Es más, no les queda otro remedio que leer el desastroso resultado de los populares como un clamoroso rechazo del electorado a su pacto con la extrema derecha de Vox.

El futuro del recién estrenado Gobierno de coalición andaluz es ahora, por tanto, incierto. También por el efecto que pueda tener el análisis que de los resultados haga su socio Ciudadanos. Es cierto que no sólo gana fuerza, sino que supera al PP y se sitúa como segunda fuerza en Andalucía. Pero el fuerte castigo que recibe el pacto de partido de Moreno Bonilla con Vox puede hacer tambalear su propia coalición. Sobre todo porque Andalucía no podrá mantenerse al margen de las inevitables negociaciones que ahora se llevarán a cabo para formar un Gobierno nacional. Ni de las tensiones que estos resultados provocarán entre los dirigentes del PP. El resultado socialista deja claro lo que la mayoría del país piensa del pacto de las derechas con la ultraderecha.

Pierden el liderazgo en todas las provincias

Entrando en datos, tras esta cita electoral, el PP ha dejado de ser la segunda fuerza más votada en Andalucía. Ha quedado en tercer lugar en votos con 729.944 escrutinios, 30.000 menos que los de Marín, y 11 diputados (17,12%). Pierde 12 escaños respecto a los resultados de 2016, más de la mitad. Los populares no han logrado ser la fuerza más votada en ninguna provincia. De hecho, han perdido la primera posición obtenida en las generales de 2016 en Málaga, Almería, Granada, Córdoba y Cádiz, donde entonces fueron los más votados, y han dejado ese puesto al partido socialista en todos los casos. Es más, en algunas provincias se han convertido en la cuarta fuerza como en Sevilla o Cádiz donde Unidas Podemos y, sobre todo, Ciudadanos, le han superado en votos. Mientras en Sevilla y Málaga, los naranjas también han quedado por encima del PP.

En las pasadas elecciones autonómicas el PP ya obtuvo el peor resultado de su historia pero la suma con Cs y Vox le está permitiendo gobernar. Sin embargo, entonces al menos había quedado como primera fuerza en Almería. Es más, con mucha menos participación, los de Moreno Bonilla lograron 20.000 votos más en toda Andalucía. Estos resultados, sobre todo en las capitales, y contando con que en los comicios municipales pesan mucho los candidatos y candidatas, influirá esta debacle en el ánimo y puede que en los resultados.

La clave interna

Aunque es evidente que para Juan Manuel Moreno Bonilla el desastre electoral del Partido Popular no ha sido bueno, lo es también que el batacazo que implica para su jefe de filas Pablo Casado endulza el punto amargo de la derrota porque Moreno Bonilla no olvida que hace apenas cinco meses se salvó por la campana de que Casado lo sustituyera al frente del PP andaluz por el ex ministro Juan Ignacio Zoido. De hecho, Moreno se sitúa dentro del partido con “más caché”, decía un antiguo dirigente del PP, que antes de las elecciones.

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