La transversalidad como eje imprescindible para que Andalucía dé el salto

En estos días de incertidumbre, en el que el final de la pandemia se vislumbra y toca pensar en la reconstrucción, queremos reivindicar un espacio político útil, que proponga un horizonte de transformación para que Andalucía dé el salto. 

Sacudidos por los efectos devastadores de la pandemia, nos encontramos con un triple desafío. El primero, sin duda, la crisis ecológica. Nunca la humanidad ha tenido que afrontar la necesidad de un cambio tan radical y en tan poco tiempo para evitar que la acción humana siga acelerando los cambios en nuestro medio de vida, haciéndonos más frágiles y vulnerables.

Al mismo tiempo, esta época se caracteriza por la desigualdad, la incertidumbre y la inseguridad sanitaria, económica, ambiental y social, que afecta sobre todo a las personas en paro, con contratos precarios, a las mujeres y a los jóvenes, en especial en territorios como el nuestro, el andaluz, que sufre una desigualdad crónica con una tasa de paro estructural causada por una economía dependiente y subalterna que ha esquilmado el litoral, deteriorado nuestro modelo de ciudad, amenazado la supervivencia del medio rural, degradado la biodiversidad y ha contribuido a la desertización, la contaminación de ríos o el derroche en el consumo de agua.

La derecha de este país sigue empeñada en aumentar la polarización social, a remolque de la extrema derecha, como ocurre con el Presidente de la Junta de Andalucía, que intenta disimular la influencia cada vez mayor de Vox sobre sus política

Sin embargo, la derecha de este país sigue empeñada en aumentar la polarización social, con mensajes que buscan el desprestigio de la participación política, a remolque de la extrema derecha, como ocurre con el Presidente de la Junta de Andalucía, que intenta disimular la influencia cada vez mayor de Vox sobre sus políticas, a la vez que ataca nuestros servicios públicos, debilitándolos.

Para hacer frente a la crisis ecológica, a la desigualdad y a la inseguridad y al gobierno de la Junta de Andalucía, es necesario una nueva política para este nuevo tiempo, una política útil, que se ocupe de lo que de verdad importa a la gente; que participe de la ola verde que ya recorre Europa y que ha convertido a Más Madrid en la segunda fuerza de la Comunidad autónoma; que sitúe la lucha contra la destrucción del planeta en el frontispicio de las prioridades, obligándonos a repensar nuestra forma de producir, de transportar y transportarnos, de consumir y de relacionarnos entre nosotros y con la Tierra, mediante políticas públicas que estén impregnadas todas y cada una de ellas de estos objetivos.

Hace falta una política útil para lograr más igualdad en todos los ámbitos: social, laboral, de género, territorial, de edad, etc., para ayudar a que tengamos vidas seguras y tranquilas, con trabajos dignos y derechos sociales universales y garantizados, para una convivencia ciudadana solidaria y culturalmente rica. Somos una comunidad que podría ser una gran potencia en energías renovables y que, a pesar de todo, sigue encabezando los indicadores de paro y pobreza. Por ello la ola verde que queremos impulsar en Andalucía tiene que ir, indisociablemente, unida a la reivindicación de justicia social y de seguridad material.

Consecuentemente la política útil para Andalucía tiene que ser sobre todo transversal, para centrarse en los problemas de la inmensa mayoría. Los radicalismos, el desprecio a las instituciones, las consignas simplistas basadas en el enfrentamiento territorial (el sur contra el norte, la periferia contra el centro), el sectarismo del todo o nada constituyen lo contrario de lo que consideramos que necesita Andalucía en estos momentos.

La gran transformación que necesitamos exige sumar al cambio a una mayoría social para que, en nuestro caso, la Junta de Andalucía, en la próxima legislatura, tenga una dirección progresista que la ponga al servicio del cambio y de la transición ecológica y económica, que sea garante de la igualdad y de los servicios públicos y que promueva sólidos lazos comunitarios. Ni las pandemias, ni el cambio climático o la desigualdad estructural tienen solución en términos individuales ni por los mecanismos habituales de mercado. Los poderes públicos tienen el deber y la capacidad de satisfacer todas las necesidades básicas de la ciudadanía al margen del mercado, lo que hoy incluye el derecho a la vida amenazada por la crisis ecológica y por las pandemias.

Esta es la tarea que nos hemos propuesto en Más País Andalucía, desde nuestra plena autonomía, con la sola obediencia a los intereses y necesidades del pueblo andaluz, con un proyecto federal, para España y Europa, en defensa de los valores universales del conjunto de la humanidad, porque sobre todo creemos en Andalucía y en su gente, en su talento, en su trabajo y en su capacidad para salir de esta pandemia y construir el futuro que soñamos. La tarea, ingente, no es fácil, pero merece la pena. Andalucía merece más.

En estos días de incertidumbre, en el que el final de la pandemia se vislumbra y toca pensar en la reconstrucción, queremos reivindicar un espacio político útil, que proponga un horizonte de transformación para que Andalucía dé el salto. 

Sacudidos por los efectos devastadores de la pandemia, nos encontramos con un triple desafío. El primero, sin duda, la crisis ecológica. Nunca la humanidad ha tenido que afrontar la necesidad de un cambio tan radical y en tan poco tiempo para evitar que la acción humana siga acelerando los cambios en nuestro medio de vida, haciéndonos más frágiles y vulnerables.