El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) cuenta con 24 institutos o centros de investigación -propios o mixtos con otras instituciones- tres centros nacionales adscritos al organismo (IEO, INIA e IGME) y un centro de divulgación, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla. En este espacio divulgativo, las opiniones de los/as autores/as son de exclusiva responsabilidad suya.
Explorando nuestras costas desde el espacio
786 kilómetros. Esa es la altitud exacta a la que orbitan los satélites gemelos Sentinel-2A y Sentinel-2B. Esta constelación forma parte del programa Copérnico, impulsado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Comisión Europea, y está diseñada para recopilar información detallada sobre la radiación electromagnética de la superficie terrestre. Desde el 5 de septiembre de 2024, la familia Sentinel-2 ha sumado un nuevo miembro: el Sentinel-2C, que amplía las capacidades de observación de la Tierra desde el espacio.
Aunque estos satélites centinelas fueron concebidos originalmente para monitorizar las coberturas terrestres, la comunidad científica ha demostrado que también son herramientas poderosas para el estudio de los ecosistemas costeros. A pesar de que no estaban diseñados específicamente para caracterizar masas de agua, los datos que proporcionan a día de hoy están resultando cruciales para analizar cómo se comportan.
Las áreas costeras representan la interfaz entre la atmósfera, la hidrosfera y la litosfera, y están profundamente afectadas tanto por la actividad humana como por procesos globales, como el cambio climático. De hecho, el océano costero es una de las zonas más vulnerables ante el calentamiento global. A medida que el clima cambia, fenómenos como la erosión, las inundaciones, el ascenso del nivel del mar y eventos extremos, como huracanes y tormentas, serán cada vez más frecuentes e intensos. Comprender estos ecosistemas litorales es fundamental para promover el uso sostenible de sus recursos, evitar su degradación y fortalecer la economía azul.
Desde su lanzamiento en 2015, los satélites Sentinel-2 nos brindan información global, detallada y accesible de los territorios costeros de manera gratuita y sin movernos de la mesa del despacho o del laboratorio. Esto sería prácticamente imposible de lograr mediante los métodos tradicionales de muestreo, como las campañas en barco, debido a los altos costes económicos y logísticos, así como al esfuerzo humano que implican. Por ello, uno de los principales propósitos del programa Copérnico es ofrecer datos abiertos para todos, desde la comunidad científica hasta instituciones, empresas y cualquier persona interesada en hacer uso de ellos.
Mediante los satélites Sentinel-2 se están desarrollando metodologías innovadoras y obteniendo información precisa que impulsa el avance de las ciencias costeras, al tiempo que apoyan las estrategias de protección integral de los sistemas naturales y de la interfaz tierra-océano. Lo más sorprendente es cómo estos instrumentos, orbitando a cientos de kilómetros de altura, nos ofrecen datos sobre lagunas, estuarios, marismas, albuferas, playas, manglares y arrecifes de coral. Su resolución espacial de 10 metros nos permite observar con gran detalle estos complejos ecosistemas.
¿Qué más se puede analizar con tanta precisión gracias a estos sensores remotos? Uno de sus principales objetivos es la monitorización del impacto de eventos extremos como huracanes, tifones o tormentas tropicales. Esto permite cuantificar las consecuencias de estos desastres naturales y evaluar cómo afectan en la salud de los océanos, ya que su misión principal es vigilar el estado del planeta. El conocimiento que proporcionan sobre la ecología, la biología y la física del océano costero está transformando nuestra comprensión de cómo estas áreas responden al cambio global. También debemos resaltar que los datos obtenidos por satélites representan una tecnología accesible, de bajo coste y especialmente útil en áreas remotas y de difícil acceso. Gracias a su capacidad de cubrir grandes extensiones, los satélites nos permiten caracterizar mejor nuestro planeta azul, superando las barreras geográficas de muchas regiones costeras inaccesibles. Para la comunidad científica, estos “centinelas del espacio” se han convertido en aliados indispensables para monitorizar los cambios que ocurren a diario. Son auténticos vigías de las costas. Sin embargo, es importante tener en cuenta una limitación: estos satélites multiespectrales, como Sentinel-2, no pueden “ver” a través de las nubes. Cuando hay nubosidad, solo capturan imágenes de estas, impidiéndonos observar lo que está ocurriendo debajo, en la superficie del planeta.
¡Donde la tierra se encuentra con el mar, esto es lo que vas a visitar!
Durante los próximos meses, el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla, del CSIC, exhibe la exposición recién inaugurada “Las costas desde el espacio: una mirada científica a través de las imágenes de los satélites Sentinel-2”. La muestra se enmarca dentro de la Década de los Océanos, proclamada por la Organización de las Naciones Unidas para fomentar el avance de las ciencias dedicadas a la exploración, estudio y conservación de los océanos, contribuyendo así al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La exposición busca acercar al público general el fascinante mundo de la investigación a través de impresionantes imágenes capturadas por los satélites Sentinel-2 en diversas regiones del planeta. Estas instantáneas forman parte de los resultados obtenidos en varios proyectos del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC).
Imagina poder contemplar las costas del planeta sin moverte del museo y, además, con la visión privilegiada de un satélite. Déjate maravillar por los océanos y mares que nos rodean y descubre imágenes llenas de luz y color. En esta exposición, emprenderás un viaje que te llevará a lugares emblemáticos como la bahía de Cádiz, el Mar Menor o el delta del Ebro y a regiones más exóticas como el golfo Pérsico, las islas Filipinas, Mozambique, Siberia, la Antártida, Alaska o las Bahamas. Al acercarte a estos entornos naturales, comprenderás su situación actual y las amenazas a las que se enfrentan, como la contaminación, la erosión y la presencia de especies invasoras.
Sin ninguna duda, el espacio es un lugar privilegiado para medir el impacto del cambio global sobre el litoral. Los gemelos Sentinel-2 nos regalan panorámicas únicas, captando la belleza infinita de nuestro planeta. Las costas, a ojos de los satélites, son un magnífico museo al aire libre al alcance de todos que puede ser contemplado para tomar conciencia sobre la importancia de su protección y preservación. Ciencia y arte se funden sobre la superficie del gran azul para regalarnos escenas tan bellas como las que se presentan en esta muestra.
Esta exposición ha sido posible mediante el apoyo de la Delegación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Andalucía. Gracias al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Agencia Estatal de Investigación (MICIU/AEI/10.13039/501100011033) y los fondos “Unión Europea NextGenerationEU/PRTR” por financiar el proyecto de Consolidación Investigadora “Monitorización integrada de la COSta con los satélites SENTinel-COSSENT (CNS2023-143630).”
786 kilómetros. Esa es la altitud exacta a la que orbitan los satélites gemelos Sentinel-2A y Sentinel-2B. Esta constelación forma parte del programa Copérnico, impulsado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Comisión Europea, y está diseñada para recopilar información detallada sobre la radiación electromagnética de la superficie terrestre. Desde el 5 de septiembre de 2024, la familia Sentinel-2 ha sumado un nuevo miembro: el Sentinel-2C, que amplía las capacidades de observación de la Tierra desde el espacio.
Aunque estos satélites centinelas fueron concebidos originalmente para monitorizar las coberturas terrestres, la comunidad científica ha demostrado que también son herramientas poderosas para el estudio de los ecosistemas costeros. A pesar de que no estaban diseñados específicamente para caracterizar masas de agua, los datos que proporcionan a día de hoy están resultando cruciales para analizar cómo se comportan.