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AGUA
El PP abre una vía alternativa para ampliar regadíos junto a Doñana que exige modificar un convenio con Portugal

Toni Martín, portavoz del PP-A en el Parlamento andaluz, y el presidente del PP de Huelva, Manuel Andrés González.

Daniel Cela / Antonio Morente

26 de junio de 2023 21:00 h

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El PP andaluz ha introducido en sus enmiendas a la ley para ampliar regadíos en el entorno de Doñana una vía alternativa a la captación del agua que necesitarán esas parcelas recalificadas: hasta ahora, la norma situaba el origen del agua en la demarcación del Tinto, Odiel y Piedras, a falta de ejecutar las obras hidráulicas necesarias para hacer el trasvase hasta la corona norte de Doñana.

Ahora los populares plantean sacar el agua de “otra demarcación”, sin especificar cuál en la enmienda que registraron el 22 de junio en el Parlamento. “Es necesario articular mecanismos para incrementar los aportes de aguas superficiales, bien de la demarcación del Tinto, Odiel y Piedras, bien de otra demarcación que lo permitiera de conformidad con lo establecido en los planes hidrológicos de las demarcaciones afectadas por el ámbito territorial del presente plan especial”, reza la modificación que el PP quiere introducir en la exposición de motivos de la proposición de ley.

En conversación con este periódico, fuentes populares sitúan esa otra demarcación en la desembocadura del río Chanza –donde se ha instalado una segunda toma de bombeo (Bocachanza) que ejecuta la Junta de Andalucía– y dependiente de la Confederación del Guadiana. El problema es que la masa de agua del estuario del Guadiana es compartida con Portugal. El reparto de los recursos hídricos de esta demarcación está regulado en el Convenio de Albufeira, firmado por España y Portugal en 1998 para la gestión conjunta de las cinco cuencas hidrográficas que comparten ambos países: Miño, Limia, Duero, Tajo y Guadiana.

El agua del río Chanza ya sirve de abastecimiento al núcleo de Huelva y al polo industrial, con un trasvase autorizado de 75 hectómetros cúbicos. Esos recursos hídricos están en la frontera con Portugal suben por un canal, atraviesan el túnel de San Silvestre y llegan al embalse del río Piedras. La fórmula que plantea el PP ahora pasa por sacar de ahí el agua para las nuevas tierras de regadío junto a Doñana que va a regularizar la ley, que se mezclarían en la cuenca del Tinto, Odiel y Piedras con el agua que circula por el anillo hídrico que abastece al grueso de la provincia onubense.

En teoría, los bombeos del río Chanza sólo pueden activarse y usarse en situación de sequía, pero lo cierto es que se ha normalizado su uso incluso en momentos en que no la había. En todo caso es un agua que no pertenece al Tinto, Odiel y Piedras, competencia de la Junta, y que requeriría de un consenso tanto con el Gobierno de España como con el de Portugal.

El origen de los recursos hídricos que introduce el PP en sus enmiendas abre así una segunda senda, pero esta vía tampoco agilizará la llegada del agua para los agricultores que logren regularizar sus tierras. Primero, porque las infraestructuras necesarias para ese trasvase tampoco están ejecutadas; segundo, porque también requiere un acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, dependiente del Gobierno central, que hoy por hoy ha negado por activa y por pasiva la posibilidad de autorizar nuevos permisos de riego; y tercero, porque para extraer más agua del Guadiana hace falta revisar un acuerdo internacional que implica al Gobierno portugués.

La organización ecologista WWF, que ha registrado enmiendas de supresión a la ley, calcula que en ninguno de los dos escenarios planteados por el PP se garantizaría agua a las parcelas legalizadas de la corona norte de Doñana “antes de cinco años”. La ley sólo contempla la recalificación de los terrenos, de secano a cultivo de regadío, previo estudio técnico y después de exigir a los dueños que acrediten algún “derecho histórico”. Pero las enmiendas del PP amplían las expectativas de los futuros beneficiarios sobre la hipotética llegada del agua, algo que en realidad no es potestad del Ejecutivo andaluz.

Los populares abren el marco de posibilidades. Ya no se ciñen sólo a la cuenca del Tinto, Odiel y Piedras, sujetas a varias obras hidráulicas aún por iniciar con un horizonte de finalización a medio plazo siendo optimistas, y plantean otras fuentes posibles para captar recursos hídricos “disponibles” siempre en superficie, “nunca del acuífero de Doñana”.

Hasta ahora, el Gobierno andaluz ya había apuntado a otra opción alternativa para conseguir más agua, que pasaría por incrementar sustancialmente el trasvase autorizado desde el Tinto, Odiel y Piedras de 19,99 a 50 hectómetros cúbicos, lo que choca con que esta cuenca está ahora con restricciones por primera vez en su historia. Para la opción que ahora apunta el PP con la enmienda presentada se considera que la demarcación del Guadiana es la vía más “lógica”, pero también barajan la construcción de desaladoras, una alternativa que ya se incluye en la propia ley en tramitación junto a la de las aguas regeneradas.

El problema es que una desaladora es una infraestructura costosa que no sólo tardaría tiempo en ser una realidad, sino que también la depuración para riego de esta agua conllevará después unos importantes costes económicos para los agricultores. La Junta sólo podría contar con una desaladora en la ría de Huelva para usar recursos propios, el resto de opciones dependerían de los permisos del Gobierno central.

En cuanto a las aguas regeneradas, los propios regantes de la Corona Norte de Doñana que pugnan por la legalización de sus cultivos insisten en acometer nuevas infraestructuras para utilizar parte de los 40 hectómetros cúbicos que salen de la depuradora de Huelva una vez tratadas. A esta opción le cierra la puerta la Confederación del Guadalquivir, ya que son precisamente estas aguas regeneradas –especialmente en periodos de sequía como ahora– las que constituyen el grueso del caudal de la mayoría de los ríos.

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