Fue el último Comité Regional del PSOE aragonés con Javier Lambán como secretario general y va a ser el último Congreso Federal con el dirigente ejeano al frente del socialismo autonómico. La cumbre de Sevilla recibe al partido en Aragón roto en dos mitades no equivalentes: las federaciones de Zaragoza y Teruel cuentan con el poder orgánico regional y con la mayoría del territorio, mientras que la de Huesca tiene de su parte el apoyo de Ferraz y -según auguran desde la dirección altoaragonesa- una bolsa indeterminada de militantes poco afines al expresidente autonómico.
A partir de la capital andaluza se abre un escenario con muchos horizontes, todos inciertos, para el PSOE de Aragón. Como en citas anteriores, está previsto que las dos partes escenifiquen sus diferencias, aunque el hecho de que el Congreso Federal venga marcado por la actualidad nacional -con las denuncias de corrupción en torno al Gobierno de Pedro Sánchez como principal foco informativo- diluirá todo lo demás. En cualquier caso, si hay una cuestión programática que dividirá a los dos bandos del socialismo aragonés será la financiación autonómica.
La duda en el aire, que no se resolverá este fin de semana, es si el partido tendrá que afrontar unas primarias para elegir a la persona que releve a Lambán en la Secretaría General. Se da por segura al menos una candidatura de una persona próxima al expresidente aragonés, con los secretarios provinciales de Zaragoza y Teruel, Juan Antonio Sánchez Quero y Mayte Pérez, como primeros nombres. Mientras, voces en el partido dan cada día más por hecho que la actual portavoz del Gobierno central, Pilar Alegría, dará finalmente el paso, lo que garantizaría unas primarias en las que saltarían chispas.
Entre tanto, 45 delegados aragoneses de darán cita estos tres días en Sevilla, la mayoría (29) de Zaragoza y el resto de Huesca (9) y Teruel (7). Llevarán bajo el brazo las casi 350 enmiendas a la ponencia marco que surgieron de las tres convenciones precongresuales celebradas hace un par de semanas.
En ellas, la financiación es la gran protagonista. Zaragoza y Teruel defenderán una “financiación autonómica y local justa”, ajustada al “coste de los servicios, especialmente en las zonas despobladas y envejecidas” y que huya de “los marcos bilaterales”. Huesca se centrará en la financiación local, para la que pedirán un Fondo de Compensación para los municipios más pequeños. En el trasfondo, el acuerdo en Cataluña entre el PSC y Esquerra para un “concierto económico solidario” que se prevé para el primer semestre de 2025 y que ha sido atacado con dureza por Lambán.
También aportará claves el nuevo diseño de la Ejecutiva federal del partido. Pilar Alegría, actual vocal y la única aragonesa en ese órgano de decisión tras el relevo de Mayte Pérez en enero, ha llegado a sonar para la Secretaría de Organización, aunque se da por descartado ya que, entre otras cuestiones, eso le cerraría la puerta en Aragón.
Quien no estará en Sevilla es el propio Lambán, que sigue marcando un discurso propio y divergente casi por completo del de Pedro Sánchez. Este mismo viernes, el dirigente ejeano se ha posicionado sobre la polémica en el PSOE de la Comunidad de Madrid y ha manifestado, a través de la red social X, que el exsecretario general madrileño, Juan Lobato, le parece “una persona decente” y sigue teniendo su “respeto”.
El pasado domingo, en una entrevista en Heraldo de Aragón, Lambán afirmó tener la “conciencia tranquila” y dijo desear que la nueva etapa en el partido “signifique una integración de las tres provincias”. Respecto a su sucesor, elevó un tono más su papel de neutralidad y eludió desvincular, como en anteriores ocasiones, a Pilar Alegría con el perfil que desde su punto de vista debe tener la persona que le releve: “El modelo es el de alguien muy comprometido con la Comunidad y una persona con voz propia, que diga lo que piensa, que no confunda lealtad con sumisión y que entienda que Aragón está siempre por delante del partido”. Y añadió más adelante destacó que se inclinaba a pensar que “habrá primarias” y, también como un horizonte “previsible”, que el partido afrontará un escenario de “confrontación”.