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Los refugios de montaña libres necesitan embajadores que los cuiden en Aragón

Luis Marín y Alejandro Roldán trabajando en las mejoras del refugio de Saravillo

María Bosque Senero

27 de noviembre de 2024 22:45 h

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A quién no le ha sorprendido en mitad del monte una tormenta de verano. O el frío y el viento han hecho que sea necesario guarecerse en los rigores del invierno. Si el lugar que estás visitando es Aragón, a partir de ahora, los amantes de la montaña y de los espacios naturales tienen un nuevo recurso a través del que buscar una solución a sus necesidades en medio de la nada. Esta nueva opción se llama Refugioslibres.org, una aplicación en la que montañeros y paseantes pueden encontrar espacios reacondicionados que, gracias al trabajo voluntario que pusieron en marcha cinco amigos; a los que pronto se sumó uno más, se han transformado en refugios habitables en los que poder guarecerse o hacer un alto en el camino.

Desde que se puso en marcha esta idea, gracias a Pedro Molina, Luis Marín, Pablo Simón, Alejandro Roldán, Diego Vera y Daniel Aznar, han sido diez los refugios libres que ya están rehabilitados. Todos ellos forman parte de la red de Refugios Libres de Aragón que suma aproximadamente un centenar, y pertenecen a la Federación aragonesa de montaña (FAM), a diferentes ayuntamientos, y a la Red Natural de espacios protegidos de Aragón. Sin embargo, “muchos de ellos están totalmente abandonados y no se pueden utilizar por el mal estado en el que se encuentran”, denuncia Pedro Molina.

Para solventar esta situación de abandono y para hacer habitables los refugios libres, estos seis amigos, exmonitores de campamentos de Montaña del Valle de Pineta, decidieron adecentar el primer refugio libre en el año 2022. “Lo hicimos por voluntad propia, por nuestra cuenta y riesgo”, asegura Molina, que confiesa que “cumplir con lo que exige la burocracia a veces lleva mucho tiempo”. Ahora que las instituciones responsables de estos espacios han visto el trabajo que han llevado a cabo en los refugios y el resultado “les ha parecido que merece la pena” y algunos ayuntamientos “han empezado a poner de su parte”, comenta el montañero. En este sentido, estos voluntarios demandan más apoyo tanto de las instituciones públicas como la FAM, aunque solo sea para ayudarles “a gestionar el papeleo que conlleva la intervención en los refugios”. 

Otras comunidades como La Rioja, al conocer esta iniciativa, sí se han comprometido con la recuperación de estos espacios y, a través de los seis integrantes de Refugios Libres, han acondicionado ya uno de los refugios de su territorio. El resultado ha sido tan bueno que “no será el único” y confían en que saldrán adelante otros proyectos similares también en Cantabria. Estos seis amantes de la montaña no reciben “ni un euro” por su trabajo, solo la recompensa de saber que están “haciendo algo por los demás” porque para ellos “no todo es cuestión de dinero en esta vida”, recuerda Pedro Molina. Al contrario, son ellos los que asumen los costes de la rehabilitación. Acondicionar cada refugio les ha supuesto una inversión de unos 1.000 euros: “Compramos lo que es necesario y repartimos los gastos entre los seis”, explica Molina. “También hemos alquilado un local, que pagamos entre nosotros, para poder dejar las herramientas y los materiales que nos van donando”, cuenta Molina, y han comprado herramientas a batería por valor de 2.000 euros “porque en la montaña no hay enchufes”, bromea. 

“Con la colaboración de todos, conseguiremos hacer más”

Cada vez son más las empresas y las personas particulares que se están sumando a esta iniciativa. “Unos nos envían madera y otros, dinero para poder comprar material y montañeros y algunas personas a las que les gusta la montaña o viven en zonas rurales y quieren mantener el territorio han colaborado donando guitarras, muebles e incluso comida y productos de primera necesidad”, explica Álvaro Serrano de Mapasdetela (M-UP), otro scout y montañero que, junto a Teresa Gurrea, creó esta empresa dedicada a la elaboración de mapas en un soporte innovador; tela. “Los mapas en papel se terminan deteriorando, y en muchas zonas de montaña no hay cobertura, así que quisimos sacar al mercado un producto más resistente y responsable con el medioambiente”, explica Serrano.

Hace dos años que estos jóvenes pusieron en marcha su emprendimiento y ahora “por amor a la montaña y por responsabilidad” se han sumado a la iniciativa Refugios Libres editando un mapa en tela en el que se recogen los refugios libres que hay disponibles hasta la fecha. “Es una edición especial que solo se vende a través de nuestra web porque lo que se recaude de la venta de estos mapas se invertirá en la adecuación y mantenimiento de los refugios”, añade Álvaro. El mapa está “vivo”, lo que significa que cuando se vayan rehabilitando más refugios, se irán sumando al mapa.

La aplicación RefugiosLibres.org es otro paso más en el camino de estos seis voluntarios. Ya están poniendo en marcha la constitución de una Asociación que les permita “canalizar las donaciones de la gente que quiere ayudar”, para poder seguir rehabilitando el centenar de refugios libre que tiene Aragón, explica Pedro Molina. Su objetivo es acondicionar al menos seis refugios libres al año. El próximo refugio en el que van a actuar este 2024 es el de Santa Marina, en Loarre, provincia de Huesca. 

Hasta ahora no existía un mapa que recogiera las localizaciones de los refugios libres que están fuera de la red, así que RefugiosLibres.org, responde a esa necesidad, que “no solo es útil, también muy necesaria y demandada para los amantes de la montaña y los espacios naturales”, explica Pedro Molina. Y si la colaboración ciudadana se activa, además de la localización “se podrá ir actualizando el estado de cada uno de los refugios con fotografías e información actualizada de aquellas personas que ejerzan de embajadores”, añade. 

Divulgación, concienciación y amor por el territorio

En cada refugio, los voluntarios trabajan de una manera similar: “pasamos el fin de semana en la infraestructura que nos encontramos y trabajamos en ella”, cuentan. Limpian y pintan el espacio, construyen mesa y bancos, instalan una cocina y ponen a disposición de los futuros visitantes focos, un cargador solar USB, elementos de limpieza, menaje, botiquín, velas, cerillas, leña y alguna manta, entre otros enseres de primera necesidad. También la decoración es importante: “Ponemos lucecitas, hay juegos de mesa, una pequeña biblioteca y hasta guitarra, todo para que quienes pasen tiempo en el refugio se sientan como en casa”, explica Molina. 

Uno de los pilares de esta iniciativa es la divulgación, y también la necesidad de concienciación sobre la importancia que tiene cuidar de espacios comunitarios como estos y del entorno natural. En este sentido, en cada uno de los refugios, los voluntarios dejan instaladas unas cuerdas en una de las paredes y tacos de papel para que quienes lo habiten por unos días puedan dejar recomendaciones o mensajes para los siguientes visitantes. “A la gente le gusta dejar su huella haciendo grafitis, así que hemos pensado que instalar un panel de experiencias es una manera más sostenible de que todos puedan dejar su impronta sin vandalizar el espacio”, comentan.

El sello de RefugiosLibres.org está también presente en otra iniciativa solidaria, en este caso para los propios refugios. La cerveza turolense ZICA ha embotellado 10.000 botellines con el logo de la iniciativa y de la venta de cada uno destina 20 céntimos a la rehabilitación de los refugios libres de Aragón. “Es muy emocionante finalizar el día en el refugio, después de haber trabajado en él, y ver en el botellín que te estás tomando el logo de esta iniciativa mientras contemplas el paisaje”, apunta Pedro Molina, “nos emociona, y aunque seguimos teniendo que poner de nuestro bolsillo para trabajar en estos refugios, nos compensa, y mucho”, confiesa. 

Una iniciativa social, con la mirada puesta en ayudar a otros

Hace un tiempo, los incansables rehabilitadores sintieron que tenían que dar también un sentido social a sus acciones. Se pusieron manos a la obra y contactaron con distintas asociaciones con fines sociales y así “hemos brindado algunos de los refugios a diferentes iniciativas, ponemos una placa con el nombre y el logo de la asociación, dejamos folletos informativos y hacemos una publicación en nuestras redes”, explican. Con más de 23.000 seguidores en Instagram, dan visibilidad a proyectos e iniciativas “con corazón” y, en cierta manera, también las ponen en el mapa, al igual que han hecho con los refugios libres a los que están dando una nueva vida.  

De los diez refugios que han rehabilitado hasta la fecha, en varios han contado además con la colaboración desinteresada de otros colectivos, como un grupo de scouts voluntarios venidos de Valencia que contactaron con ellos para poder “echar una mano”. Una experiencia especial, aseguran, porque “resultó muy esperanzador ver a jóvenes trabajando por recuperar estos refugios, que después sienten como si fueran algo suyo en parte”, confiesa Molina. También el grupo de montañeras de Jaca (ADEBAN) colaboró el pasado año en la puesta a punto del refugio de Mallata de Gabardito. “Amadrinaron el espacio, corrieron con el coste de la rehabilitación, y este año han organizado una ruta para subir y hacer el mantenimiento anual del refugio”, cuenta emocionado Molina. 

Y precisamente este tipo de acciones son las que demandan estos seis voluntarios: “Es necesario que grupos, clubes de montaña u otras personas o entidades, se animen a visitar los refugios libres y a colaborar en su mantenimiento; pueden darles un repaso o poner en la aplicación las necesidades que tiene cada uno, tanto los rehabilitados, como otros a los que todavía no hemos llegado”, explica Pedro Molina, que recuerda que esta iniciativa puede llegar a ser más amplia con la colaboración desinteresada de todos “con que suban fotos de cómo están los refugios, y pongan la localización, o se animen a llevar algo de material, ya están ayudando mucho”, por eso, animan a todas aquellas personas que estén interesadas en conocer cómo pueden hacer su aportación en forma de tiempo o de materiales o dinero, a acercarse a la aplicación refugioslibres.org, a bucear en ella para conocer la iniciativa de cerca, y saber así de qué manera pueden participar e implementarla con nuevas ideas. 

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