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Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

Todos tranquilos, que el panorama es horroroso

José María Izquierdo

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Sobre este blog

El Ojo izquierdo nació en El País en 2010 y prolongó su vida durante diez años en la cadena SER, con vivienda propia en el Programa Hoy por Hoy, primero con Carles Francino, después con Pepa Bueno y finalmente con Àngels Barceló.

Ahora se instala con comodidad en elDiario.es, donde es de esperar que se mantenga incólume la aviesa mirada de su autor, José María Izquierdo.

El Ojo no ha pegado ojo. A las negras sombres del gran apagón se le juntaban, qué cosas tiene la mente, la pandemia del 20, la Filomena del 21, el volcán de La Palma, pocos meses después, y ya puestos, la DANA del año pasado. Pero la vida sigue y con la amanecida se recobran fuerzas, el ánimo resurge y el Ojo, reventón, está incluso dispuesto a dar consejos al Gobierno. Así, de gratis. Porque es obvio y manifiesto que son unos zotes en estas cosas de la comunicación. ¡Seis horas sin decir ni mu! Así que miembros del Gobierno, siéntense todos en unas sillitas en cualquier sala de La Moncloa, y vayan tomando notas de la propuesta del Ojo.    

Apagón a las 12.33. Diez minutos después, convocatoria de la ministra portavoz del Gobierno, a la sazón Pilar Alegría, a una rueda de prensa para las 13.30. Difícil la comunicación, pero posible, que las radios –ay, las radios, ¡cómo agradecemos su existencia!– estaban en pleno funcionamiento. Y allí Alegría cuenta lo que hay y contesta a las preguntas de los plumillas. Esto no lo sabemos aún, diría, pero estamos trabajando en ello, etcétera, etcétera. Y así, cada dos horas. ¿Que quiere salir Pedro Sánchez en lugar de la ministra? Ningún problema. Buena iniciativa, pero con periodistas y respondiendo preguntas, que esa sala llena de funcionarios es un insulto a la opinión pública. ¿Que se cansa Alegría, circunstancia perfectamente asumible?, pues la sustituye la secretaria de Estado de Comunicación, de nombre Lydia del Canto, que aseguran quienes la conocen que existe y que es una persona de carne y hueso. ¿No es un contradiós que la responsable de comunicar sea un ente misterioso e ignoto? Ya ven ustedes que la cosa no era muy difícil. Pues nada. Ni se hizo así ni de cualquier otra manera, que el Gobierno no informó de nada a los ciudadanos que estaban, nunca mejor dicho, a dos velas. Al día siguiente, Sánchez aparece en público y contesta preguntas. ¡Veinticuatro horas después! Un desastre sin paliativos. Un ejercicio de inoperancia e ineficacia imperdonable.    

Ya habrá noticias de qué ocurrió para que se produjera ese tremendo apagón, y continuaremos con la polémica sobre las nucleares, tan queridas por el PP, pero las primeras declaraciones de los responsables parecen descartar grandes conspiraciones y misteriosos ciberataques. O sea, que algún ser humano o algún Departamento en pleno de algún organismo, vayan ustedes a saber cuál, público o privado, ha metido el cuezo hasta el corvejón. Lo sabremos, vaya si lo sabremos, porque semejante destrozo no puede quedar impune. A las mazmorras los culpables. Un par de apuntes sobre la jornada. Lo primero, la extraordinaria actuación ciudadana, que quizá con costra por tantas desgracias en tan poco tiempo, nunca perdió la calma, que ya quisieran los noruegos, por ejemplo, mostrar un comportamiento tan responsable. Y dos, que de nuevo hemos visto la calaña de Isabel Díaz Ayuso, qué horror, intentando meter el miedo en el cuerpo a los madrileños con siniestras advertencias sobre la seguridad y una violencia que nadie veía.