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Saltan las alarmas ante la nueva ley de protección animal en Euskadi

3 de noviembre de 2021 06:00 h

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Soy de Bilbao, aunque llevo media vida residiendo, de forma intermitente, fuera del País Vasco. Cuando hablo con personas de mi entorno sobre temas de cierto calado, la gente me suele decir cosas como “bueno, es que en Euskadi estáis mucho más avanzadas que aquí”. También he leído a menudo ese tipo de comentarios en redes, con motivo por ejemplo de elecciones generales o de manifestaciones diversas de movimientos sociales.

En materia de protección animal, a pesar de que hay territorios en el País Vasco que siguen sonrojando por el disfrute de actividades que implican graves formas de maltrato, la verdad es que no estábamos mal. De hecho, la actual Ley de Protección de los Animales fue un gran avance en su momento: “En 1993 la ley administrativa vasca ya abarcaba lo que el Código Penal en su última reforma de 2015”, recuerda María G. Lacabex, abogada especializada en Derecho Animal y miembro de INTERcids.

El pasado 23 de septiembre de 2021, el pleno del Parlamento Vasco aprobó por unanimidad la toma en consideración de la proposición de ley que sustituirá a la actual. A pesar de que este borrador se está vendiendo desde el Gobierno vasco como un gran avance, lo cierto es que ha disparado las alarmas de entidades de protección animal y profesionales del derecho, que denuncian que constituye, en algunos ámbitos, un claro retroceso. 

¿Una ley perrogatista?

El parlamentario de EAJ-PNV Luis Javier Tellería decía en el pleno que “este es un asunto despolitizado, de muy marcado carácter social”; algo con lo que solo cabe estar de acuerdo. Pero, ¿dónde queda ese carácter transversal que debe tener la protección de los animales cuando se legisla solo y únicamente para las mascotas?

Ana Moreno, presidenta de la asociación Haiekin considera que “como ya establece su propio nombre, solo será para animales de compañía. Quedarán excluidos todos los demás: caballos, burros, ovejas, cabras, etc. No se podrá denunciar ningún caso de maltrato animal que se produzca, por ejemplo, en las cabalgatas del Olentzero, Reyes o cualquier otro espectáculo con animales. Si esta nueva propuesta sigue adelante, cualquier caballo estará protegido en cada municipio limítrofe con Euskadi, pero no en Euskadi”.

También para la abogada Lacabex esto es motivo de preocupación: “Aunque exista legislación específica para los animales de especies destinadas a fines productivos y de explotación, esta no los ampara frente a muchas formas de maltrato y abandono, sobre las que lamentablemente existe mucha casuística en Euskadi”, indica. “La ley vasca vigente, aunque por supuesto mejorable en muchos aspectos, proporcionaba a estos animales un paraguas de protección que ahora, errónea e injustificadamente, parece querer negarles”.

Perros encadenados, una triste imagen habitual que se seguirá produciendo

“Si este texto sale adelante, los perros seguirán viviendo encadenados en las huertas, ya que no se prohibirá que se tengan atados de forma permanente”, alerta Ana Moreno. Efectivamente, esta práctica tan extendida por los pueblos del País Vasco y tan nefasta para estos animales sociales cuyas necesidades etológicas son cada vez más conocidas, tal y como muestra este informe de AVATMA, no estará vetada, al contrario de lo que ocurre ya en las leyes autonómicas de otras muchas comunidades.

María G. Lacabex añade que “desgraciadamente, esta práctica ha estado históricamente extendida, pero durante los últimos años está siendo cada vez más visibilizada a través de denuncias, no solo de asociaciones protectoras sino de la propia ciudadanía”. En su despacho, Animalex, han llevado diversos casos de maltrato animal relacionados con este tipo de situaciones.

Los animales en festejos, indefensos

Como ya llevan tiempo denunciando colectivos como Askekintza o el fotoperiodista Aitor Garmendia a través, por ejemplo, del documental Gurean, los festejos en los que se tortura y mata animales se siguen celebrando por doquier a lo largo y ancho de Euskal Herria. Arrastre de bueyes, gansos de Lekeitio, peleas de carneros o las tristísimas vaquillas en las que se acosa, maltrata y aterroriza a bebés que pesan, en ocasiones, menos que un perro.

Es inquietante poner de manifiesto que estas vaquillas, por ejemplo, quedan actualmente fuera del reglamento de espectáculos taurinos, siempre que se realicen con animales que pesen menos de 60 kg. Esto significa que la comisión de fiestas de cualquier pueblo puede organizar por poco dinero un festejo, al que asistirán niños y niñas, y no necesitará pedir ningún tipo de permiso, ni poner a disposición ambulancias o contratar un seguro.

Como hemos visto, con la nueva ley de protección animal no será posible proteger a esos animales del maltrato infligido en estas prácticas, algo que entidades animalistas sí habían conseguido hacer en algunas ocasiones en el pasado, gracias a la ley de 1993.

El peligroso y vago concepto de “plaga urbana”

Otro de los puntos rojos del texto de la proposición es la definición de “plaga urbana”, algo que preocupa tanto a las organizaciones como a las profesionales del ámbito jurídico. Ninguna de las 17 leyes de protección animal que existen en las diferentes comunidades autónomas contemplan este concepto, tan vago y potencialmente dañino para los animales.

La letrada Lacabex recuerda que las decisiones que puedan desembocar en el sacrificio y muerte de animales no deben albergar ni un mínimo de arbitrariedad. “La obligación de motivar todos los actos administrativos debe aplicarse de forma absolutamente contundente y ser prevista por la ley, no con términos vagos o indeterminados, sino muy claros”, indica. “Los artículos de la proposición de ley que está en tramitación, tal cual están ahora redactados, pueden dar lugar a vacíos muy peligrosos y favorecer prácticas injustificadas que entrañen la muerte de animales”, añade.

Ana Moreno señala que con esta futura ley “será un técnico quien decidirá qué animales forman una plaga y, por lo tanto, serán sacrificados. Teniendo en cuenta la encorsetada definición de 'animal de compañía', solo estarán a salvo los perros, gatos y hurones que estén en o procedan de un domicilio”.

Las colonias felinas

Aunque no todo es retroceso en el texto de la proposición y hay aspectos en los que Euskadi sí estaría a la altura de los tiempos, como la inclusión de las colonias felinas y la previsión de métodos éticos para el control poblacional de especies en entornos urbanos. “Pero la responsabilidad de la gestión de las colonias felinas urbanas no puede recaer, como se deriva del texto tal cual está redactado, sobre el voluntariado que, de forma organizada y autorizada, contribuye a la misma de forma solidaria y altruista, en beneficio del interés general”, indica María G. Lacabex. “La gestión de las colonias felinas urbanas es una responsabilidad que corresponde a la Administración Pública”, advierte.

Muchos ayuntamientos gestionan actualmente las colonias felinas de sus municipios, lo que reporta múltiples beneficios a nivel de convivencia y salud pública. Sin embargo, Ana Moreno alerta del peligro de que estas colonias puedan llegar a ser consideradas plagas. “Si un técnico municipal considera que estos animales generan algún daño tendrá la herramienta para sacrificarlos sin miramientos. Eso también puede pasar con cualquier otro animal, ya que se establece en varios artículos que se permitirá el sacrificio de animales que tengan la consideración de plaga”.

¿Qué podemos hacer?

Los tratados en este artículo son solo algunos de los puntos que inquietan a entidades y profesionales de la protección animal. La proposición de ley pasará ahora por los trámites habituales, que incluyen las comisiones en las que expertas y expertos tendrán ocasión de intervenir y presentar sus posturas, y la posterior apertura del plazo para alegaciones. La idea es que la nueva ley se apruebe en primavera.

Nos encontramos ante un peligro real de que Euskadi, que es pionera en tantas cosas y lo fue en su legislación para proteger a los animales, se quede ahora atrás. María G. Lacabex señala que “tras casi 30 años de ley de protección de los animales en el País Vasco, cualquier reforma que ahora se pretenda no puede permitirse retrocesos. Debe apostarse por una ley que tome como punto de partida todo lo conseguido con la anterior, y que desde ahí incorpore las mejoras necesarias, a la luz de los avances científicos, jurídicos y sociales que han tenido lugar durante estas tres décadas”

“Necesitamos una nueva ley que aporte las herramientas necesarias para un cambio cuantitativo y cualitativo en el bienestar animal, y que nos ofrezca la posibilidad de atacar con eficacia el maltrato animal”, concluye Ana Moreno.

Se ha creado una petición en Change.org que ya ha alcanzado las casi 35.000 firmas en la que se alerta sobre el peligro de dar graves pasos atrás en la protección de los animales en Euskadi.

Soy de Bilbao, aunque llevo media vida residiendo, de forma intermitente, fuera del País Vasco. Cuando hablo con personas de mi entorno sobre temas de cierto calado, la gente me suele decir cosas como “bueno, es que en Euskadi estáis mucho más avanzadas que aquí”. También he leído a menudo ese tipo de comentarios en redes, con motivo por ejemplo de elecciones generales o de manifestaciones diversas de movimientos sociales.

En materia de protección animal, a pesar de que hay territorios en el País Vasco que siguen sonrojando por el disfrute de actividades que implican graves formas de maltrato, la verdad es que no estábamos mal. De hecho, la actual Ley de Protección de los Animales fue un gran avance en su momento: “En 1993 la ley administrativa vasca ya abarcaba lo que el Código Penal en su última reforma de 2015”, recuerda María G. Lacabex, abogada especializada en Derecho Animal y miembro de INTERcids.