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La normalidad democrática en La Laguna

La Laguna encara un nuevo tiempo de la mano de un amplio acuerdo de progreso. El resultado electoral del 26 de mayo ha permitido desarrollar una suma que da una mayoría más que suficiente a PSOE, Unidas se puede y Avante. No es la primera vez que pasa en la historia reciente, pero en esta ocasión las voluntades en el ámbito local no están sometidas a los tristes pactos en cascada que impidieron en desarrollo de un municipio con una gestión diferente en 2015.

Este viernes, si la voluntad democrática de nuestras organizaciones es afirmativa, toca firmar un acuerdo que habla de regeneración política y lucha contra la corrupción, de derechos sociales, de mejora de los servicios públicos, de igualdad de oportunidades, de derechos humanos y de afrontar con seriedad el cambio climático.

Salimos de una campaña que no ha sido normal. Coalición Canaria desató sobre La Laguna un uso ingente e indecente de recursos públicos al servicios de su marca política. Todo ha servido para tratar de mantener su hegemonía en un territorio que lleva casi tres décadas bajo un poder absoluto y absolutista.

No sé si se puede considerar que entra en la normalidad democrática una campaña donde un grupo político usa descaradamente los recursos de toda una institución para ponerla a su servicio. No lo creo, cuando vimos eventos como el aniversario de Ansina en la Televisión Canaria en formato fiesta-mitin para tres mil personas mayores, con el pago de unos 13.000 euros del Cabildo. Tampoco veo un especial gusto por los procesos democráticos cuando varias de las cientos de laguneras que participan en el proyecto mujeres a la playa nos afirmaron que el alcalde en persona les había manifestado que “si no ganamos este programa lo quitan”, cuando se amenaza a trabajadores con que iban a perder su puesto de trabajo si había cambios en el municipio o cuando se ha tratado de sembrar la idea del fin de tradiciones o celebraciones por culpa de un posible gobierno de izquierdas. Jugar con el miedo es terrible, aunque efectivo, como comprobó el PP en sus propias carnes al ser fagocitado electoralmente por una CC que lanzó por todos los medios un “que vienen los rojos” digno de otra época. Esta consigna le sirvió para ocupar en lo electoral el espacio que VOX ha colonizado en otros lugares. No fue una campaña normal, en absoluto, aunque el abuso y la agresividad mostrada en la campaña ha tenido un efecto colateral, CC ha quedado aparentemente sin compañeros de baile tras el 26M.

El próximo sábado, catorce concejales y concejalas de fuerzas de progreso sumaremos nuestros votos para lograr un cambio que una mayoría de laguneros y laguneras esperan, por suerte creo que no será la única institución en la que esto pase. Espero además que en ese nuevo mandato logremos desarrollar amplios acuerdos con otros grupos políticos con presencia municipal para acabar con la parálisis y la mala gestión de los últimos años. Cualquier anomalía de ese escenario político solo puede provenir de prácticas mafiosas de extorsión y compra de voluntades que creo que serían imperdonables, como lo fue en el mandato anterior la compra de un edil en Tacoronte para impedir una moción de censura o lo sucedido en nuestro salón de plenos.

No será fácil retomar el rumbo. La Laguna que nos dejan debe someterse a una auditoría real y efectiva para conocer el alcance de los 105 millones de euros en facturas que olvidaron pagar Oramas y Clavijo, su efecto y su origen. Seguimos, diez años después, sin concluir el nuevo Plan General, que ponga todo el potencial del municipio en valor y no esté sometido al interés de unos pocos. Seguimos con un presupuesto de 2018 prorrogado por la incapacidad y el interés cortoplacista de Coalición Canaria. El personal municipal sigue sufriendo la falta de recursos humanos y materiales para desempeñar sus tareas, sin nueva RPT, con procesos de jubilación que afectarán duramente a plantillas como las de la policía local. Nos dejan un municipio con mucho por hacer en los pueblos y barrios, con importantes carencias y muchos proyectos no realizados, como el Mercado o Las Chumberas.

Tenemos una oportunidad única y la afrontamos con ilusión, con un gran equipo de mujeres y hombres, diverso pero complementario, que hemos sacado lo mejor de cada programa electoral para dar un giro a las políticas municipales en positivo. Pondremos todo el corazón y toda la cabeza en esta importante tarea, sin olvidar que estamos al servicio de las personas.

La Laguna encara un nuevo tiempo de la mano de un amplio acuerdo de progreso. El resultado electoral del 26 de mayo ha permitido desarrollar una suma que da una mayoría más que suficiente a PSOE, Unidas se puede y Avante. No es la primera vez que pasa en la historia reciente, pero en esta ocasión las voluntades en el ámbito local no están sometidas a los tristes pactos en cascada que impidieron en desarrollo de un municipio con una gestión diferente en 2015.

Este viernes, si la voluntad democrática de nuestras organizaciones es afirmativa, toca firmar un acuerdo que habla de regeneración política y lucha contra la corrupción, de derechos sociales, de mejora de los servicios públicos, de igualdad de oportunidades, de derechos humanos y de afrontar con seriedad el cambio climático.