Entrevista Secretaria de Organización de Podemos

Lilith Verstrynge, sobre la salida de Meri Pita de Podemos: “El transfuguismo es un fraude a los ciudadanos”

En junio de 2021, Lilith Verstrynge (Madrid, 1992) fue designada secretaria de Organización de Podemos, en sustitución de Alberto Rodríguez y en la nueva línea que ha querido marcar la dirección de Ione Belarra tras la marcha de Pablo Iglesias. Hace un par de días que viajó a Canarias para “encontrarse con compañeros y militantes”. Porque dice que uno de los principales problemas que se encontró cuando accedió a la Secretaría fue que las estructuras del partido estaban paralizadas por la pandemia. “Hemos hecho mucho trabajo telemático, pero la política va mucho de verse, de estar en las calles, en las sedes”, concreta.

Este miércoles participaba en una asamblea insular en Gran Canaria sobre Los retos del nuevo ciclo electoral, tras mantener similares encuentros en Tenerife y Lanzarote. “Hacemos estas asambleas para comprobar cómo están las organizaciones y la militancia”, señala Verstrynge, quien resalta que los objetivos fijados por la organización de cara al horizonte electoral de 2023 pasan “por intentar llegar a otros sectores de la población a los que no hemos sido capaces de llegar”.

Un día después del acto, la diputada canaria Meri Pita anunciaba que abandonaba el grupo Confederal y se pasaría al grupo Mixto ante la “ante la deriva orgánica que afecta al partido y que se ha trasladado al propio grupo” hasta “acabar por despojar a Podemos de su fin inicial como herramienta de cambio y participación democrática”. Así, el espacio confederal pierde otro escaño en el Congreso y cuenta con 33, frente a los 35 con los que comenzó esta legislatura, dado que también permanece vacío el escaño que ocupaba el exdiputado canario Alberto Rodríguez, cuya vacante no se ha cubierto aún tras cinco meses de su salida de la Cámara Baja. Ahora, los canarios que votaron al partido en los últimos comicios se han quedado sin representantes.

En las islas, Verstrynge reconoce que ha sido muy preguntada por Alberto Rodríguez, a quien le reconoce que sentó “las estructuras” del partido como secretario de Organización y “ahora falta reforzarlo, en cuanto a motivación y refuerzo”. El exdiputado por la provincia de Santa Cruz de Tenerife abandonó la formación después de la retirada de su escaño en el Congreso de los Diputados. La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, tomo la decisión tras la polémica condena del Tribunal Supremo por una agresión (que siempre ha negado) a un policía en una manifestación en Tenerife. Y desde entonces ha quedado en el aire un escaño que sigue vacío.

El portavoz adjunto de Podemos Enrique Santiago, reclamó en una entrevista en elDiario.es que el escaño debía ser ocupado porque el grupo parlamentario no se podía permitir “arriesgarse” a mantenerse con 34 escaños para votaciones de relevancia en el Congreso. Estas palabras sentaron mal a Rodríguez, quien en su canal de Twitch criticó que su antigua formación le atacara en lugar de dirigir sus críticas hacia el PSOE, a quien consideraba responsable de “la infamia”. A raíz de estos hechos, Rodríguez ha presentado dos recursos de amparo que avanzan con buenas perspectivas.

¿Cómo ha sentado a Podemos la decisión de Meri Pita?

Quien ha sido elegido por Unidas Podemos para ser diputado debe entregar el acta si abandona el partido, el grupo parlamentario y el proyecto político. El transfuguismo es un fraude a los ciudadanos y concretamente a los 140.000 canarios y canarias que confiaron en Unidas Podemos.

¿Considera que Podemos ha apoyado a Rodríguez en todo el proceso que ha sufrido?

Yo a Alberto no le conozco mucho personalmente porque no hemos coincidido en el tiempo dentro de los espacios de la dirección. Me ayudó mucho cuando hicimos el traspaso de carteras. Me explicó cómo funcionaba la Secretaría de Organización. Y yo estuve acompañándole en el último juicio que tuvo. Fui a verlo y a acompañarle a la salida, a ver un poco cómo estaba y cómo estaba yendo todo el proceso. Y lo que sé es que los últimos días sí que hubo bastante apoyo, al menos, en la parte que yo vi. Todos escribimos a Alberto. Yo le escribí bastantes mensajes. Me consta que Ione Belarra también le escribió. Y en un primer momento, incluso la propia estrategia jurídica que marcaba Alberto estaba coordinada por los equipos de jurídico del partido. Enrique Santiago era uno de los abogados que llevaba el caso.

Vimos que el PSOE, en un giro inesperado y bastante antidemocrático, con toda la poca vergüenza, decidió retirarle el escaño. No sabemos si fue una decisión unilateral de Meritxell Batet o de otras instancias dentro del PSOE. En ese momento le preguntamos a Alberto qué creía que teníamos que hacer y con qué tono teníamos que salir para no perjudicar a su proceso judicial. Entiendo que el proceso ha sido muy complicado y muy largo. No le deseo a nadie que pase por algo así. No tiene precedentes en la democracia española. Entiendo que siempre se podía haber hecho más. Podemos siempre va a ser la casa de Alberto y cuando él considere que necesita más ayuda, vamos a estar todos para dársela. Creo que no ha sido algo sencillo. Es un ejemplo más de cómo se criminaliza a la gente que pone un pie dentro de Podemos.

El escaño continúa vacío, ¿demandan que lo ocupe otra persona o van a esperar a que acabe el proceso judicial de Alberto Rodríguez?

No está en nuestra mano porque el escaño es nominal, es personal. Una vez que se le retira el escaño, la lista corre y la siguiente es Fátima González, que es una compañera de Izquierda Unida, quien anuncia públicamente en redes sociales que renuncia al escaño. Entiendo que por la cercanía que tenía con Alberto y porque estaba en una situación personal en la cual no quería aceptarlo. La siguiente en la lista es Patricia Mesa, que es una persona que sí estaba en Podemos y, por lo que tengo entendido, hace tiempo que no milita activamente en el partido. Era compañera de Alberto y por eso le acompañó en la lista electoral. Y ahora está en sus manos aceptar o renunciar al acta. 

Por lo que yo tengo entendido y por lo que Alberto ha dado a entender, dentro de su estrategia jurídica está conservar el escaño. Entiendo que porque eso debe de ayudar en cierto modo al caso. Nosotros respetamos la decisión de Alberto. Es cierto que nuestra fuerza política está en nuestros escaños. Hemos visto situaciones que han sido un poco tensas, como la aprobación de la reforma laboral, que dependió del voto erróneo de un diputado del Partido Popular. Es una situación complicada, en la que por un lado está la estrategia jurídica y personal de Alberto, que hay que respetar y, por otro, hay un escaño vacío. Estamos un poco a la espera.

¿A quién corresponde esa decisión?

Corresponde a la persona a la que le toca coger el escaño. Y este caso lleva algo más de un año sin que nadie sepa qué va a pasar con el escaño porque no tenemos noticias de la decisión que tomará Patricia Mesa. Entendemos que forma parte de la estrategia jurídica de Alberto Rodríguez, pero en ningún momento ha habido un diálogo por el cual se decidiera dejar el escaño vacío o cogerlo.

¿Se ha presionado desde Podemos para ocupar ese escaño?

No. Ha seguido su trayecto habitual, de pasar de candidato a candidato. Izquierda Unida contactó con Podemos para decir que la siguiente en la lista era de su partido. Desconocían si lo iba a coger o no y, si lo cogía, preguntaron qué haríamos. Pero no hubo mucho debate ni discusión porque no quiso coger el escaño. Patricia Mesa tampoco parece que vaya a coger el escaño. No ha habido opciones de presión porque ni siquiera ha existido la realidad de que el escaño estuviese al alcance de las organizaciones.

¿Qué posibilidades tendría Alberto Rodríguez de recuperar ese escaño?

Nosotros creemos que, desgraciadamente, las posibilidades no son muchas. Sobre todo, porque su estrategia jurídica pasa por la decisión en el ámbito europeo y eso va a ser algo que muy probablemente llevará cierto tiempo, puede que incluso años. Entonces no parece que el escaño sea devuelto de aquí a que termine la legislatura. Hay diferentes opiniones de abogados al respecto. Hay quien dice que sí podría tener cierto sentido tenerlo vacío, porque podría recuperarlo y hay quien dice que en ningún caso se le va a devolver. Como es algo que no tiene precedentes en la historia de nuestro país, la Junta Electoral no tiene las herramientas para solventar una situación de bloqueo en un punto concreto de la línea sucesoria del escaño y, por eso, incluso en el ámbito jurídico, no tenemos muy claro cómo se resolverá.

En el asunto del Sáhara, la decisión de Pedro Sánchez de reconocer la autonomía de Marruecos sobre el territorio, ¿hace peligrar el pacto con el PSOE?

Nosotros llevamos diciendo desde el principio que en el gobierno de coalición hay que asegurar la estabilidad. Y lo que desestabiliza al gobierno de coalición no es que haya diferentes opiniones acerca de distintos puntos, sino que se tomen decisiones de manera unilateral y no se consulte ni se hable con una de las fuerzas políticas que forman parte del espacio. Esto ha pasado en varias ocasiones. Parece que Sánchez decide malcerrar un conflicto diplomático que tenía abierto el Gobierno aprovechando, quizá, que toda la atención estaba puesta en Ucrania. Nosotros hemos sido siempre muy claros sobre el tema del Sáhara. Tenemos la misma posición que tiene Naciones Unidas: si el pueblo saharaui quiere decidir, tiene que tener la capacidad de convocar un referéndum. Lo hemos dicho cuando el PSOE mandó la carta a Marruecos y esperamos que en los próximos días, cuando Sánchez comparezca en el Congreso, explique esta decisión. Y quizá a través de la presión de los socios del gobierno o de la oposición ciudadana que se está dando, porque España históricamente tiene una relación emocional muy fuerte con el Sáhara, el PSOE termine entrando en razón.

¿Cómo se sigue respaldando a un Gobierno que defiende que el Sáhara pertenece a Marruecos frente a la posición de la ONU?

Nosotros fuimos muy claros antes de la entrada al Gobierno, cuando tuvimos que tomar la decisión de si queríamos o no gobernar con el PSOE. Sabíamos que íbamos a vernos abocados a ciertas contradicciones. Siempre hemos partido del principio de que en la balanza compensan las políticas sociales o todas las presiones que podamos ejercer desde dentro del Ejecutivo para cambiar ciertas cosas. Creemos que si no estuviéramos dentro, la presión que podríamos ejercer sería mínima o nula. Ya es complicado cuando estamos dentro del gobierno en minoría, imagina si estuviéramos en la oposición, teniendo en cuenta que la gran mayoría de la oposición en nuestro país es de derechas. ¿En qué posición quedaría la voz de Podemos fuera del Gobierno? Lo que nos toca hacer y lo que creemos que es la mejor manera de conseguir ciertos derechos es reencaminar al PSOE. Es uno de nuestros objetivos dentro del gobierno. Empujar al partido paulatinamente hacia la toma de ciertas decisiones o al cumplimiento de un documento que está firmado por ambas partes y que no siempre una de las partes cumple. Con el tema del pueblo saharaui, el propio PSOE lo lleva en su programa de gobierno. Ya no solo es sangrante para el acuerdo de gobierno, sino para el propio PSOE, que no está teniendo en cuenta sus promesas electorales.

¿Consultarán a la militancia si quieren seguir con el acuerdo de gobierno a raíz de esta decisión de Sánchez?

Por el momento, lo que vamos a hacer es ver cómo se desarrolla la situación, cómo comparece el presidente Sánchez y hasta qué punto el PSOE es firme en su toma de decisión. También creemos que es algo que incluso puede afectar a las bases del PSOE, que son muy pro saharauis. No tendría sentido lanzarse a algo así, que incluso a ellos les pone en una situación complicada.

Respecto a la postura de Podemos sobre al envío de armas a Ucrania, ¿por qué se mostró el partido contrario incluso a la postura de Yolanda Díaz?

Que haya dos posiciones distintas es legítimo. En un primer momento hubo una posición común. El PSOE y Unidas Podemos llegaron al acuerdo de que no tenía sentido enviar armas de forma unilateral desde España para conseguir la paz en un conflicto bélico. Pero Sánchez decide cambiar esa posición y Podemos se mantuvo en la postura inicial. En cuanto el PSOE vira, hay dos posiciones que son legítimas, pero parecía que hablar de diplomacia en ese momento era hablar de palabras vacías. Con el paso de los días hemos ido viendo que no tenía mucho sentido el envío unilateral de armas en el momento en el que suponía también el aumento del presupuesto general del Estado del 2% en 2030. Ahí Yolanda Díaz y Podemos coincidían en la posición. Ya no es que aumente y proyecte la escalada bélica, es que no estamos ahora mismo para aumentar el presupuesto en armas cuando nuestro país está pasando por varias crisis. Hay que pensar en qué queremos invertir ese dinero y hay otras prioridades en servicios públicos, como la sanidad.

¿Qué cabida tiene Yolanda Díaz en Podemos y Podemos en el proyecto de Yolanda Díaz?

Lo hemos dicho desde el principio. Yolanda es nuestra candidata. El proyecto y la idea que tenga, los desarrollará en los próximos días y habrá que ver en qué consiste. Nosotros tenemos bastante claro que vamos en sintonía y que el objetivo es el mismo, que es ampliar el espacio político y llegar a más gente. Que sea Yolanda la candidata es lo que nos permite llegar a otros sectores de la población a los que no podíamos alcanzar, porque sentían más rechazo por las organizaciones políticas y por nuestra parte. Con la entrada de la nueva dirección, después de que Pablo Iglesias da un paso a un lado, hay muchas mujeres jóvenes que antes estaban en una segunda fila política. Creemos que también hay cierta renovación y eso puede permitir llegar a otros sectores. 

En el ámbito regional, la Consejería de Derechos Sociales que lleva Noemí Santana, también de Podemos, ha reiterado en numerosas ocasiones la necesidad de un reparto para la acogida de menores migrantes que llegan a las islas, ¿desde Podemos se presiona en este sentido en el ámbito estatal?

Me consta que desde hace meses Ione Belarra y Noemí Santana están trabajando para ver cómo se puede solucionar. Una de las propuestas que está encima de la mesa, es un reparto equilibrado entre las diferentes autonomías de acogida de los niños y niñas. Y creo que es una de las primeras propuestas que se está trabajando. Luego se tiene que trasladar a las comunidades autónomas para desarrollar la forma en la que lo aplican. El trabajo que está desarrollando Noemí Santana aquí es muy importante y pasa por fomentar campañas de acogida, la recepción de acogida y que no pasen a un limbo administrativo. Somos conscientes de que Canarias está en una situación complicada porque recibe muchos niños. Yo espero que haya una respuesta lo antes posible. El Ministerio trabaja con agentes sociales y expertos, con diferentes autonomías y hace una propuesta. No sé qué fórmula se empleará, si será real decreto o cuál será el formato.