El boom urbanístico hace explotar las entrañas de Guanarteme

Guanarteme. (ALEJANDRO RAMOS)

Toni Ferrera

Las Palmas de Gran Canaria —
5 de febrero de 2024 20:52 h

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Las consecuencias de la transformación urbanística y social que vive el barrio grancanario de Guanarteme, en la capital de la isla, adoptan todo tipo de formas y realidades. Esta vez le ha tocado el turno a la red de saneamiento, intervenida la semana pasada de forma urgente después de que una tubería quebrara presumiblemente por antigüedad, apuntan fuentes de la Empresa Mixta de Aguas de Las Palmas (EMALSA). Los vecinos llevan tiempo avisando: el incremento de las edificaciones de gran altura en la localidad satura el sistema. Todo hace indicar que ya lo está haciendo, de hecho.

La voz de alarma saltó el miércoles por la mañana. Una rotura de una tubería provocó que inmuebles de Guanarteme, en la calle Almansa, recibieran la visita inesperada de aguas fecales que se filtraban por las paredes, inundando garajes y huecos de ascensores. La actuación de los técnicos de EMALSA, quienes tuvieron que abrir una zanja en plena calle de dos metros de ancho por cinco de largo, obligó a cerrar el tráfico. Fuentes de la compañía precisan que fueron cambiados 15 metros de la red general. También que trabajaron más de diez personas para ello. En principio, aseguran, la tubería cedió por antigüedad. “Es un problema crónico” de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, remachan.

EMALSA y los vecinos han expuesto el problema en reiteradas ocasiones. Una respuesta de la empresa municipal a una denuncia por vertidos de aguas fecales en este tradicional enclave capitalino detalla que la red de saneamiento de Guanarteme cuenta con conducciones que datan de los años 50 y 60 del siglo pasado, que presentan “un grado de desgaste importante debido a su uso y antigüedad” y que el boom urbanístico experimentado en las últimas décadas ha derivado en “un aumento considerable de caudales conectados” a la estructura actual, la cual “no ha variado”, reconoce la compañía.

Guanarteme sufre una renovación del tejido urbano como pocos distritos de Gran Canaria. Aparte de los edificios ya construidos, que han sustituido poco a poco a las emblemáticas casas terreras, el Plan General de Ordenación (PGO) de Las Palmas de Gran Canaria quiere concentrar en altura a la población del lugar, apostando por el esponjamiento de la zona, esto es, crecer en vertical, no en horizontal. El Ayuntamiento ha aprobado recientemente una iniciativa urbanística que pretende levantar una nueva edificación de dos alturas, una de 11 plantas y otra de cinco, donde antes había pequeños solares. Hay muchas más actuaciones por el estilo. Es, en definitiva, “la futura mina de oro” de la capital, aseveró a este periódico el ex concejal de Urbanismo del Consistorio, Javier Doreste.

Ante el último proyecto edificatorio, los vecinos han presentado alegaciones haciendo referencia, entre otras cosas, a la saturación de la red de saneamiento. Apuntan que el sistema “no solo no soporta añadir más construcciones” en estos momentos, sean de la índole que sean, sino que tampoco puede con las ya existentes, “filtrándose al terreno del barrio las aguas fecales y contaminadas provenientes de la sobresaturación del mencionado” canal. EMALSA ha precisado que Guanarteme cuenta con una red unitaria, mayoritariamente de hormigón y de 300 milímetros de diámetro, que recoge tanto las aguas fecales como fluviales. Presenta una sola red separativa en el paseo de Las Canteras y en la calle Juan Sánchez Peñate. Para los residentes, es evidente que se trata de una infraestructura “pensada para la realidad de un Guanarteme de hace un siglo”, no para el de ahora, infestado de población flotante todo el año.

“No se puede entender que esté en previsión la edificación de nuevas actuaciones de dotación que van a sobresaturar aún más la red de saneamiento, constituyendo este hecho un peligro real para la población por las problemáticas de salud, limpieza e higiene, y para los ecosistemas presentes en el barrio por el deterioro exponencial de los cimientos de las viviendas junto con toda la infraestructura y mobiliario urbano”, argumenta el escrito de alegaciones de los vecinos de Guanarteme.

La propia concejala de Aguas de la Corporación local, Inmaculada Medina, reconoció en una comisión celebrada el pasado mes de noviembre que el entramado de tuberías y alcantarillado “no estaba preparado” para la construcción de rascacielos que vino después. Guanarteme, sin ir más lejos, es uno de los pocos puntos de la capital grancanaria que ha alcanzado el límite del estándar de densidad de población fijado por la legislación urbanística de Canarias (entre 400 y 500 habitantes por hectárea), según un informe elaborado por la Sociedad Municipal de Gestión Urbanística (GEURSA). A eso hay que sumarle el incesante número de turistas y nómadas digitales que recibe.

“La ciudad crece. Y los nuevos caudales que se generan motivan la saturación de la red. Así basta con que llueva un poquito para que salga el agua. Pero pasa en más puntos de Canarias, como en Lanzarote”, por ejemplo, donde el último episodio de lluvias anegó Arrecife por completo, reflexiona el geógrafo físico Pablo Máyer Suárez, quien en el año 2002 publicó un estudio titulado Desarrollo urbano e inundaciones en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. En esa investigación, Máyer explica que lo mismo que está ocurriendo en Guanarteme (aumento de la edificabilidad y consiguiente incapacidad para evacuar los caudales suplementarios), pasó en la Ciudad Baja de la capital a finales del siglo pasado. Por ese entonces, cada vez que se producían inundaciones, se intentaban resolver “a posteriori”. Ahora, los vecinos de Guanarteme tienen la misma sensación.

“Las filtraciones en viviendas, garajes y las propias calles se han convertido en el día a día del barrio. EMALSA tiene sus camiones succionando las alcantarillas cada noche. Hay un ascensor en la calle Vergara que ya está parado debido al charco de aguas fecales que se forma en él. Es algo generalizado”, sostiene Sara Lía Suárez, una de las vecinas. El propio PGO de Las Palmas de Gran Canaria reconoce en su diagnóstico que las principales debilidades que ha venido teniendo el sistema de saneamiento del municipio son: falta de capacidad en general del sistema de drenaje, existencia de un considerable nivel de contaminación del medio ambiente (suelo, subsuelo, mar, aire) por falta o deficiencias de la red y reducido nivel de depuración y reutilización del agua residual.

La concejala Medina informó en la comisión citada anteriormente que entre 2022 y agosto de 2023 se desarrollaron 1.942 actuaciones en la red de saneamiento de Guanarteme. Detalló que, de ese total, 994 estuvieron relaciones con el mantenimiento preventivo, 610 fueron medidas correctivas y 338 correspondieron a la realización de obras de mejora. También anunció que el Ayuntamiento de la capital grancanaria cuenta con 10 propuestas de renovación del sistema en distintas calles del barrio. “Algunas [de las propuestas] están administrativamente en marcha”, afirman fuentes el Consistorio, “pero hablar de fechas siempre es complicado”, agregan.

Por otro lado, Medina también enumeró las actuaciones específicas para el barrio contenidas en el Plan Estratégico de Infraestructuras Hidráulicas, anunciado en 2020 y que prevé una inversión de 660 millones de euros en la modernización de las infraestructuras de aguas de todo el municipio. El PP ha reprochado al Consistorio capitalino este mismo martes que, más de tres años después de haber comunicado dicho plan, aún no haya sido ejecutado.

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