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Un paseo por Hell’s Kitchen: el presente pijo de uno de los ‘peores’ barrios de Nueva York

Hell's Kitchen desde el puerto del USS Intrepid.

Viajar Ahora

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Seguimos completando nuestra guía de Nueva York con un paseo por el West Side, esa parte de la ciudad que queda al oeste de la Quinta Avenida y mira hacia la vecina Nueva Jersey desde la orilla del Hudson. El nombre oficial de esta parte del Midtown es Clinton, pero a finales del siglo XIX la avalancha de emigrantes sin recursos que se instalaron en la zona (aledaña a los puertos y con una buena cantidad de fábricas) convirtió el barrio en un lugar muy inseguro por la proliferación de bandas callejeras. Y ahí llegó un periodista del New York Times para hablar de Clinton como la Hell´s Kitchen neoyorquina (por sus paralelismos con el barrio que recibe el mismo nombre en Londres). Y ahí quedó. El barrio se conformó con estos ingredientes lo que creó un espacio urbano dominado por los edificios de ladrillo de cinco o seis plantas y las características escaleras de incendio en el exterior.

Durante décadas fue un lugar inseguro (de aquí partió la mítica West Side Story) dónde era posible encontrar alquileres baratos. Y esa una de las señas de identidad histórica del barrio. Muchas estrellas que llegaron a Nueva York con un a mano delante y la otra detrás se alojaron aquí hasta que les sonrió la fortuna: Madonna, Robert de Niro, Sylvester Stallone… También es un lugar importante en la literatura norteamericana y el cine siendo escenario habitual en películas (como El Padrino o la misma West Side Story) y novelas. Pero todo eso cambió. Hoy Clinton vuelve a ser Clinton y lo de Hell’s Kitchen es más una cuestión de marketing que una realidad: hoy los clubes, los restaurantes caros y las galerías de arte han tomado el barrio.

Un paseo por Hell’s Kitchen.- Partimos desde Times Square y caminamos hacia la Octava con la West 49 para alucinar en colores con el fantástico Worldwide Plaza, un complejo de departamentos y oficinas que supone una de las alturas más importantes de esta parte de la ciudad. El edificio es de la década de los 80 pero se inspiró en la arquitectura de los años 30 (parece un Empire entrado en kilos). Ya en la misma 49 puedes ver el primero de esos famosos edificios de ladrillos rojos corridos que son la seña de identidad arquitectónica del barrio. Más allá de la Novena, estos edificios son los absolutos protagonistas del espacio urbano (para nosotros los mejores están en la propia 49 entre la 10 y la 11).

La ausencia de grandes hitos en el barrio deja el paseo un poco al azar. La típica arquitectura del barrio se extiende entre las calles 50 y la 43 (con las fronteras puestas en la octava y la undécima). Y ahí entre las casas de ladrillo se esconden pequeños jardines (como el Clinton Community Garden –en la 48 entre la 9 y la 10- o el DeWitt Clinton Park –en la 11 con la 55-), centros comunitarios, canchas de baloncesto… Ya a orillas del río date una vuelta por el Hudson River Park. Aquí puedes el pequeño polo de arquitectura de vanguardia que se encuentra junto al río entre las calles 57 y 61 con algunos edificios y plazas impresionantes. Para comer una buena opción es acercarse hasta el Gotham West Market (11 Avenue, 600) un antiguo mercado de abastos en el que hoy se concentra una buena oferta gastronómica. Otro clásico del barrio es el John’s Pizza (West 44, 260) que según los neoyorquinos es de las mejores pizzerías de la ciudad.

Una visita al Intrepid (Pier 86 acceso desde 46 West).- Uno de los mejores museos de Nueva York y el mejor museo de aviación del mundo con muchísima diferencia. Por el lugar (justo en la rivera del Hudson con vistas impresionantes sobre New Jersey), por lo que supone poder subir a un portaaviones de la Segunda Guerra Mundial (el CV-11 USS Intrepid) y por la colección de aviones y helicópteros que se pueden ver el en puerto y en el propio barco. Las estrellas de la colección son el Concorde y la Lanzadera Espacial Enterprise. Pero la lista incluye verdaderos mitos de la aviación como el Mig 17, el Avenger, el Harrier, el Tomcat o el famoso Blackbird, uno de los aviones más rápidos de la historia. El museo también incluye la posibilidad de ver por dentro el submarino USS Growler.

Fotos bajo Licencia CC: Steam Pipe Trunk Distribut; Tomas Forgac; Frej Berg

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