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La Casa Buenos Aires, una torre modernista 'okupada' y amenazada de desalojo para levantar un hotel de lujo

Una enorme torre modernista, con vistas a toda Barcelona desde el barrio de Vallvidrera, es objeto de disputa estos días. Es la llamada Casa Buenos Aires, una antigua residencia de ancianos, propiedad de la congregación de los Padres Paúles, que llevaba siete años vacía. Un grupo de vecinos de la zona decidió entrar en el recinto la pasada primavera, conocedores de que había un plan para derribar la casa y levantar un hotel de lujo, pero su ocupación podría tener los días contados. El juez ha ordenado un desalojo con fecha abierta a partir de este miércoles. 

El inmueble permanecía desocupado desde 2012, todavía con las habitaciones intactas de lo que fue la Llar Betània. Pero antes la torre había sido residencia de estudiantes de la Universitat de Barcelona, hospital de guerra e incluso, en sus inicios a finales del siglo XIX, un hotel. El hotel Buenos Aires, nombre que han recuperado los activistas que lo ocuparon. Una de las particularidades del edificio, además de su singular comedor, es que fue reformado por el arquitecto Jeroni F. Granell, el mismo que diseñó los vitrales cenitales del Palau de la Música. 

La ocupación, en marzo de 2019, se llevó a cabo tras varios intentos por parte de algunos vecinos y de la cooperativa Sostre Cívic de convertir el edificio en un proyecto de covivienda para personas mayores. La congregación, sin embargo, no aceptó la propuesta, y acabó firmando un preacuerdo de venta del inmueble con la sociedad inmobiliaria London Private Company, con sede en Barcelona. La firma ya ha obtenido la licencia al Ayuntamiento de Barcelona para derribar el edificio y construir un hotel de 5 estrellas con 128 plazas y 64 habitaciones, un proyecto compatible com el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), que prohíbe nuevos hoteles en las zonas más turísticas pero no en un barrio tan alejado del centro de la ciudad como es Vallvidrera (en la montaña de Collserola). 

Piden que se catalogue el inmueble

Las 20 personas que viven actualmente en la casa defienden la 'okupación' para “conservar su patrimonio arquitectónico”. Así lo ve Eulàlia Castelló, portavoz de los activistas, que considera que “una de las pocas opciones para evitar el desalojo” es que el Ayuntamiento lo catalogue patrimonialmente. Desde el área de Urbanismo del consistorio se limitan a informar que lo están estudiando. Los vecinos, no obstante, creen que la actitud del Ayuntamiento ha sido de pasividad, puesto que hace más de diez años que piden soluciones para el recinto. 

El otro gran motivo detrás de la ocupación, según los activistas, es combatir la gentrificación y ofrecer más posibilidades de vivienda para el barrio, uno de los más caros de Barcelona (el sexto, según datos del Institut Català del Sòl). “Los jóvenes que han nacido y crecido en el barrio no pueden emanciparse aquí”, denuncia Castelló. La activista añade que “igual que los jóvenes, la gente mayor también se ve obligada a mudarse a otros barrios que atiendan mejor sus necesidades y les permiten disfrutar de la vejez con más calidad”.

La denuncia contra la ocupación procede de los Padres Paúles, que no ha querido atender a este diario. En julio de 2019, la Audiencia de Barcelona ordenó el desalojo de la casa, pero entonces la parte denunciada interpuso un recurso. Finalmente esta semana la Audiencia Provincial lo ha desestimado y, por último, ha puesto fecha abierta al lanzamiento: a partir de este miércoles. 

 

Desde que se conoce la noticia que el desalojo es inminente, la plataforma Casa Buenos Aires ha apelado a la movilización ciudadana para frenarlo. Una manifestación de un centenar de personas recorrió Vallvidrera el pasado viernes, y justo ete martes había convocada una cacerolada, que finalmente quedó suspendida al recibir la carta que insta a los ocupantes a abandonar el espacio. Este miércoles la plataforma ha optado por convocar una protesta frente a la casa justo cuando se de el desalojo. 

Un espacio para los jóvenes del barrio

Castelló define la Casa Buenos aires como “un proyecto de gestión vecinal”. Y pone como ejemplo que durante el año de ocupación han nacido en esta casa nuevas entidades como el Casal de jóvenes de Vallvidrera, que acondicionó un pabellón anexo a la casa. También han habilitado un huerto abierto a los vecinos, han dado cobijo al coro del barrio y han abierto una biblioteca, enumera la activista. 

Con la amenaza de desaparición de este proyecto, los jóvenes del Casal denuncian que pierden uno de los pocos espacios de encuentro en su zona, dado además que Vallvidrera, encaramado en la montaña de Collserola, se encuentra alejado de los distritos con más actividades de ocio. “Volver a un barrio sin espacios, sin reuniones, obligados a bajar a hacer vida social al centro de la ciudad, correr por el último ferrocarril, quedar en 'La Caixa' cuando hace frío, con un bus nocturno no muy eficiente y con un sólo bar que cierra a las 10h”. 

Varias organizaciones implicadas en la lucha por el derecho a la vivienda como la Federació d'Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (FAVB), el Observatori de Drets Humans- DESC, o el Sindicato de Inquilinos han mostrado su apoyo a la firmando un manifiesto que reclama que se evite el desalojo.