La primavera ya está aquí y con ella el calor, los árboles en flor, la vida en la calle, el cambio horario y la temida astenia primaveral, una sensación de decaimiento físico y mental que va acompañada de síntomas como somnolencia, irritabilidad, inapetencia, ansiedad o incluso cefaleas.
Los días más largos hacen que nos apetezca llevar una dieta diferente. Es época de incluir más verdura y más fruta en nuestra alimentación. O hacerla, al menos, más variada. También entramos en la recta final de los 3 meses hasta verano y la operación bikini da su pistoletazo de salida.
Los alimentos de temporada en primavera
Afortunadamente, son muchos los alimentos que regresan al mercado con esta estación. Ahora las frutas y verduras de temporada están en todo su esplendor y llenan nuestra cesta de la compra de color y sabor.

Aunque actualmente podemos degustar todos estos productos en cualquier época del año, recurrir cada trimestre a los alimentos de temporada conlleva una serie de ventajas como: un mayor aporte de nutrientes, un ahorro de dinero, una mayor variedad en nuestros platos y, por supuesto, más sabor, ya que se cultivan con el clima y el ciclo natural que requiere su crecimiento.
Fresas, la reina de la primavera
Las fresas es el alimento estrella de esta época del año por su sabor dulce y refrescante. Además, tienen muy pocas calorías, están llenas de fibra y son ricas en vitamina C. Otra de sus grandes ventajas es que es un potente antioxidante que frena los radicales libres (cambios químicos que se producen en nuestras células) y permiten una mejor absorción del hierro de los alimentos vegetales.
Puedes tomarlas en tus postres o desayunos sin añadirles nada, o si te quieres que estén aún más dulces puedes acompañarlas de yogurt, de azúcar o de nata. Si te apetece un postre más elaborado, puedes hacer una tarta de fresa, un helado o una mousse.

Cerezas
Las cerezas se caracterizan por ser de las frutas más dulces y jugosas. Aportan fibra y son ricas en vitamina A y C. Como las fresas, tienen un alto contenido en antioxidantes y tienen un efecto diurético que te permite eliminar el exceso de agua.
Puedes consumirlas entre horas o incluirlas en tus postres, ya que combinan muy bien con el chocolate. Si te apetece algo salado, aportan mucho sabor a la carne y al pescado, así como a ensaladas, cremas o sopas frías.

Guisantes
Aunque los solemos conocer como una verdura, los guisantes son una legumbre rica en vitaminas y minerales, llenos de fibra y proteína vegetal. Puedes comprarlos congelados en el supermercado (recomendado para los que no tienen tiempo) o en su versión más fresca. Solo tendrás que pelarlos y sacarlos de la vaina, aunque te llevará más tiempo.
Ahora bien, los guisantes tiernos que se recolectan en esta época, al estar tan tiernos, se pueden consumir con toda la vaina y ello hace que nutricionalmente se asemejen más a las verduras. Si hablamos de guisantes secos tenemos que tener en cuenta que son productos mucho más concentrados al tener poca cantidad de agua, mientras que los tiernos tienen más agua y menor densidad de nutrientes.

Alcachofas
Sin duda, el vegetal de la temporada. No solo por su poder saciante sino también por su acción diurética. La alcachofa es una hortaliza con muchas propiedades beneficiosas para el organismo. Especialmente en las hojas, donde se concentra la mayoría de los principios activos.
Lo cierto es que las alcachofas contribuyen a controlar los niveles de colesterol en sangre, y contiene cinarina, una sustancia que favorece la digestión de grasas. Aunque también se consume bastante en otoño, la primavera es la temporada perfecta para exprimir todo el potencial de este alimento.

Caballa
Por último, para introducir algo que no sea verde, vamos a hablar de este pez. La primavera nos acerca a nuestras costas la caballa, un pescado azul rico en omega 3, calcio, fósforo y magnesio. Su consumo, además, nos aporta vitamina A (retinol) y vitamina D (ayuda al organismo a absorber y fijar el calcio en los huesos).
Al aproximarse a las costas, se alimenta de otros peces, como anchoas, sardinas o moluscos. Esto conlleva que su carne sea de lo más jugosa, prestándose a un sinfín de elaboraciones culinarias. Como por ejemplo, prepararla al horno, a la plancha o aprovechar sus latas de conserva.
