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Opinión - España: una democracia atascada. Por Rosa María Artal
Sobre este blog

Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.

Cinco razones para Marchar por la Ciencia

La evidencia y método científico están siendo atacados en todo el mundo. Y eso a pesar de que vivimos en una sociedad altamente tecnificada, gracias a los innumerables avances que la ciencia ha proporcionado a la humanidad. Este ataque fue, al principio, producto de los intereses de pequeños grupos de opinión, a veces basados en la ignorancia y el fanatismo; pero están siendo manipulados de manera interesada por élites económicas y políticas que pretenden sacar partido de su mayor capacidad de acceder a los avances científicos y tecnológicos cuando estos son pocos y están muy controlados.

Este sábado todos los ciudadanos comprometidos con la búsqueda de una sociedad mejor estamos convocados a las marchas por la ciencia. Estas marchas comienzan este sábado coincidiendo con el Día de la Tierra, y se repetirán a partir de ahora en defensa de un mundo en el que el progreso de la humanidad y la investigación científica vayan de la mano.

Esta iniciativa nace en Estados Unidos como respuesta a los masivos recortes y restricciones que el Gobierno de Donald Trump pretende aplicar a sectores clave de la investigación, como el cambio climático, la protección del ambiente y la sanidad. Pero se ha convertido en global debido a los ataques que están sufriendo también, en muchos otros países, tanto el conocimiento científico como los responsables de su generación.

Por eso, queremos ofrecer cinco razones para sumarse a las marchas por la ciencia. No son ni mucho menos las únicas, como han recordado otros medios de comunicación y asociaciones estos días, pero abundan en el servicio que la ciencia puede ofrecer a la búsqueda de una sociedad mejor y más humana.

La continuada mejora de la salud y el bienestar y el declive en la violencia declive en la violenciaexperimentados por la humanidad durante los últimos siglos han estado basados, en gran parte, en la racionalidad y el conocimiento científico. El avance de todas las ramas del conocimiento (ciencias sociales y naturales, ingenierías y humanidades) se ha basado en la aplicación sistemática de un sencillo principio: comprobar si nuestras opiniones e hipótesis sobre el funcionamiento de nuestro entorno, sociedades o nosotros mismos pueden ser confirmadas mediante observaciones estandarizadas y repetibles de la realidad.

Gracias a este principio podemos prevenir y curar enfermedades que en el pasado eran letales, viajar en trenes y aviones, detectar y reducir la presencia de sustancias nocivas en nuestro entorno, entender el funcionamiento de nuestro sistema cognitivo, mejorar la calidad de nuestra educación, enriquecer nuestra cultura, gobernarnos de forma más justa, y protegernos de los cambios que está causando en el planeta nuestro propio éxito como especie - entre otros muchos logros.

Este sistema no funciona porque todos sus actores sean honestos: funciona porque está diseñado para evitar que actores equivocados o deshonestos puedan perpetuar un punto de vista contrario a la verdad. Esto es así porque el método científico se centra en comparar nuestras predicciones con hechos contrastables y repetibles: observaciones que puedan repetirse en otros lugares y otros contextos. Este método de escrutinio y crítica continuos hace que una mentira no pueda persistir mucho tiempo, y asegura que no haya que “creer” en los hechos probados científicamente: si dudas de ellos, siempre puedes comprobarlos, y aunque haya gran interés en negarlos, mañana seguirán ahí. Y, precisamente por ello, nos hace más ricos como sociedad: porque reenfoca los debates basados en opiniones y creencias para centrarlos en debates factuales basados en evidencias.

La evidencia y el método científico están siendo atacados en todo el mundo. Como ocurre con el otro pilar de la sociedad moderna, la libertad de prensa, el sistema de obtención de evidencia objetiva es una de las primeras víctima de la deriva populista de ideologías de uno y otro extremo, que necesitan restringir el acceso a la información fiable de la mayoría de la población para poder engañarlos mientras restringen sus derechos. El victimismo con el que atacan al consenso científico, acusándolo de restringir la libertad de opinión, solo oculta su agenda de impedir que las argumentaciones se basen en hechos contrastables en lugar de basarse en intereses espurios o meras creencias.

Este ataque ha llegado a los gobiernos. Con la excusa de la crisis y del miedo a otras culturas, están desmantelando el sistema de innovación creativa del que dependen tanto nuestro desarrollo futuro como nuestra capacidad para responder a los retos imprevisibles que sin duda nos aguardan. A los continuos recortes en la financiación de la I+D pública (brutales en EEUU y en España), la destrucción de bases de datos con los resultados de décadas de investigación, los límites impuestos a la comunicación y divulgación de resultados científicos (financiados, en la mayoría de los casos, con dinero de los contribuyentes), se unen a la canalización obligada de la actividad investigadora hacia sectores empresariales predefinidos por el aparato burocrático, y la utilización de la excelencia como excusa para la descapitalización estructural y humana de nuestra investigación.

  1. Como científicos y docentes, tenemos la responsabilidad de abandonar los laboratorios, las bibliotecas y las aulas y defender a la sociedad que paga nuestros sueldos de este ataque contra su bienestar. Como ciudadanos, tenemos la necesidad de confrontar a quienes sólo buscan mantenernos en la ignorancia para mantener y multiplicar sus privilegios, llegando incluso a comprometer el progreso y bienestar de todos. Como madres y padres, hermanos y hermanas, tenemos el deber de proteger los derechos de nuestros hijos, hermanos, sobrinos y nietos frente a quienes quieren eliminar la evidencia de los riesgos que para todos representan los acelerados cambios que nuestro modelo de desarrollo actual está introduciendo en nuestro planeta.

La Marcha por la Ciencia tendrá lugar el sábado 22 de abril en países de todo el mundo. En España, hay marchas convocadas a partir de las 11:30 h en Barcelona, Girona, Granada, Madrid y Sevilla.

Acudamos juntos.

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Ciencia Crítica pretende ser una plataforma para revisar y analizar la Ciencia, su propio funcionamiento, las circunstancias que la hacen posible, la interfaz con la sociedad y los temas históricos o actuales que le plantean desafíos. Escribimos aquí Fernando Valladares, Raquel Pérez Gómez, Joaquín Hortal, Adrián Escudero, Miguel Ángel Rodríguez-Gironés, Luis Santamaría, Silvia Pérez Espona, Ana Campos y Astrid Wagner.

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