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Ectomorfos, mesomorfos y endomorfos, una clasificación sin sentido

Existe la creencia extendida de que la forma de nuestro cuerpo está determinada por nuestros genes. Según cómo fueran nuestros padres, caeremos en una de las tres posibles variedades de humanos o somatotipos: gordos, flacos o atléticos, o dicho de otra forma, endomorfos, enctomorfos o mesomorfos, respectivamente.

Esta clasificación se emplea para crear planes de ejercicio y dietas, e incluso para dirimir cuál será la personalidad según la forma del cuerpo. El problema es que estas diferencias en su mayor parte no son genéticas, y la clasificación no tiene ninguna validez científica. La idea general es la siguiente:

  • Ectomorfo: delgado, con poca grasa y poco músculo. Tienen problemas para ganar peso.
  • Endomorfo: mucha grasa y músculo, con una forma corporal más redonda que la de los ectomorfos. Ganan peso fácilmente.
  • Mesomorfo: atlético y musculoso, estos individuos ganan y pierden peso fácilmente.

Los somatotipos los inventó en 1942 un psicólogo estadounidense llamado William Herbert Sheldon, que había estudiado con Carl Jung, y su objetivo era precisamente determinar toda la personalidad de una persona por su aspecto físico, una teoría que denominó “psicología constitucional”. Los rasgos de personalidad asociados a cada somatotipo eran, entre otros, estos:

  • Ectomorfo: inteligente, contemplativo, melancólico, trabajador, afeminado, sumiso, inferior, perfeccionista, estrafalario, idiosincrásico, sensible al dolor, gentil, cariñoso, servicial, tranquilo, vulnerable, humilde, autodespreciativo, socialmente torpe, solitario, reservado, oculto, cohibido, introvertido, tímido, reservado, defensivo, incómodo, tenso y ansioso.
  • Endomorfo: abierto, extrovertido, sociable, amigable, afectuoso, aceptador, feliz, complacido, satisfecho, relajado, fácilmente complaciente, perezoso, poco generoso, egoísta, codicioso, bien dotado y lento al reaccionar.
  • Mesomorfo: ansioso, aventurero, dispuesto a correr riesgos, competitivo, extrovertido, agresivo, masculino, macho, autoritario, fuerte, asertivo, directo, franco, fanfarrón, dominante, duro, estricto, afortunado, vigoroso, enérgico, decidido, valiente y ambicioso.

Sheldon pensaba que no había somatotipos puros, sino que todos los seres humanos tenían algo de los tres, y en general uno de ellos dominaba. Estaba convencido de que tanto la forma del cuerpo como la personalidad estaban determinadas genéticamente, y que por tanto se podía predecir la moralidad de alguien, su inteligencia y sus probabilidades de éxito basándose en su cuerpo. Por ejemplo, Sheldon sostenía que los criminales tendían a ser mesomorfos. Su teoría se basaba en observaciones personales de sus pacientes, y no tenía ningún fundamento fisiológico, ni mucho menos genético.

En un sonado escándalo, Sheldon y sus ayudantes coleccionaron durante años fotografías de estudiantes universitarios desnudos, en principio para evaluar si padecían raquitismo o escoliosis, con el objetivo de justificar sus teorías. Las fotografías fueron descubiertas, transferidas al museo Smithsoniano y finalmente destruidas entre 1996 y 2001.

Ni son genéticos ni son una condena

William Herbert Sheldon cayó en desgracia por el escándalo de las fotos, pero su ayudante, Barbara Honeyman Heath, denunció años más tarde que Sheldon había manipulado los datos para que apoyaran sus teorías, y que estas no tenían ninguna validez científica.

Por desgracia, como ha ocurrido con otras teorías sin fundamento nacidas en EEUU, los somatotipos se han convertido en parte del imaginario colectivo. Aunque los fines no son tan ridículos, ahora se utilizan en aplicaciones de móvil para adelgazar, dietas personalizadas e incluso se utilizan aún en educación física.

Muchas personas aún piensan que no pueden hacer nada por cambiar su cuerpo o mejorar su salud, ya que tanto su forma como su disposición anímica son una condena genética, y miran con envidia a quienes, aparentemente, consiguen un cuerpo atlético sin esfuerzo porque “tienen buenos genes”.

Por supuesto, la realidad es la opuesta. Los genes tienen influencia en nuestro cuerpo y nuestra salud, pero es mínima. Son bien conocidos los casos de gemelos idénticos, que comparten exactamente el mismo código genético, en los que uno de ellos desarrolla obesidad y el otro no. Si bien es cierto que en muchos casos los gemelos idénticos han crecido en el mismo ambiente y eso propicia que tengan cuerpos similares, cuando sus costumbres y comportamiento son distintos, las diferencias entre hermanos son notables.

El caso más sangrante es la obesidad. Se han identificado más de 50 genes diferentes que pueden predisponer a alguien a ganar peso, aunque la mayoría tienen efectos muy limitados, y los casos de obesidad debidos exclusivamente a los genes son muy raros.

Las variantes asociadas con la obesidad representan solo el 3% del genoma, sin embargo se considera que la heredabilidad de la obesidad está entre el 47 y el 80%. En ningún caso la genética podría explicar el aumento vertiginoso de la obesidad en los últimos años. Aquí es donde entra en juego la epigenética.

La epigenética: tú tienes el control (de la mayor parte)

Los genes en nuestro ADN son las instrucciones biológicas para construir nuestro cuerpo, pero no están escritas en mármol. Una gran cantidad de genes pueden activarse o desactivarse, como quien enciende o apaga el interruptor de la luz. La epigenética es la ciencia que estudia cómo se activan y desactivan los genes.

¿Qué hace que se enciendan y apaguen los genes de la obesidad, y ya puestos, los de la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, el envejecimiento y el cáncer? Según un metaestudio publicado en la revista Cell, son los siguientes:

  • Desarrollo intrauterino (es decir, la salud de la madre durante la gestación)
  • La dieta
  • El ejercicio

Por si hay alguna duda, estas diferencias se pueden ver de forma muy marcada en el mundo real, en poblaciones con genes muy similares, como los indios americanos Pima. Los miembros de esta tribu tienen una predisposición genética a engordar. Los Pima que viven en Arizona sufren una prevalencia de obesidad superior al 60%. Sin embargo, la misma etnia en México solo registra un 20% de obesidad. Las principales diferencias están en su entorno: el acceso a los alimentos saludables y la actividad física.

¿Cuál es tu somatotipo? Salvo contadas excepciones, el que tú decidas.

¿En qué se basa todo esto?

William Herbert Sheldon: Vatieties of temperament : a psychology of constitutional differences

Physique as Destiny: William H. Sheldon, Barbara Honeyman Heath and the Struggle for Hegemony in the Science of Somatotyping

La física como destino: William H. Sheldon, Barbara Honeyman Heath y la lucha por la hegemonía en la ciencia del somatotípico

El punto final de su carrera lo ocupó su antigua ayudante, Barbara Honeyman Heath. Denunciando públicamente sus métodos como fraudulentos y sus somatotipos inexactos, ella continuó construyendo una exitosa carrera modificando las técnicas de somatotipado y participando en proyectos en todo el mundo.

Environmental factors in the development of obesity in identical twins

Factores ambientales en el desarrollo de la obesidad en gemelos idénticos

Las diferencias en las condiciones de vida (por ejemplo, los factores relacionados con la familia y el trabajo) pueden haber promovido diferentes hábitos de vida, especialmente el comportamiento alimentario, y pueden haber dado lugar a diferentes aumentos de peso en gemelos idénticos.

Effects of traditional and western environments on prevalence of type 2 diabetes in Pima Indians in Mexico and the U.S

Efectos de los entornos tradicionales y occidentales en la prevalencia de la diabetes de tipo 2 en los indios Pima de México y los Estados Unidos

La prevalencia mucho menor de la diabetes de tipo 2 y la obesidad en los indios pima de México que en los Estados Unidos indica que incluso en las poblaciones genéticamente propensas a estas condiciones, su desarrollo está determinado en su mayor parte por las circunstancias ambientales, lo que sugiere que la diabetes de tipo 2 se puede prevenir en gran medida.

The contribution of genetics and environment to obesity

La contribución de la genética y el medio ambiente a la obesidad

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Epigenetics in Human Obesity and Type 2 Diabetes

La epigenética en la obesidad humana y la diabetes de tipo 2

Tanto el envejecimiento como la variación genética contribuyen de manera importante a la variabilidad epigenética que se observa en los individuos afectados por la obesidad o la T2D.