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La actividad en la industria de España muestra en agosto menor debilidad que en el conjunto de la eurozona

Vista de las instalaciones de la siderurgica ArcelorMittal en Veriña (Gijón).

Daniel Yebra

1 de septiembre de 2022 12:28 h

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La actividad en la industria de España mostró en agosto menor debilidad que en el conjunto de la eurozona, según el índice PMI que calcula S&P Global en base a encuestas a cerca de 400 empresas “durante la segunda mitad” del mes pasado.

Este indicador adelantado del sector manufacturero se quedo al filo de marcar expansión (por debajo de 50 puntos apunta contracción de la actividad y por encima crecimiento) en nuestro país, mientras que en Alemania o en Italia lanzó un preocupante aviso de recesión.

Este PMI industrial se quedó en 49,9 puntos en España (en contracción por segundo mes consecutivo, ver gráfico). Con la misma tendencia por el golpe de la subida de los costes, sobre todo por la inflación desbocada de la energía, en Alemania cayó hasta 49,1 enteros, en Italia a 48 puntos y en el conjunto de la eurozona a 49,6. Por el contrario, entre las lecturas más positivas de la región aparece Francia, con 50,6 puntos.



La lectura en nuestro país se enfrenta a un contexto de elevada incertidumbre por la duración de la invasión rusa de Ucrania, y deja cuestiones positivas como que “la tasa de inflación mantuvo su reciente tendencia a la baja, cayendo al nivel más bajo desde enero de 2021 y ayudando a explicar una desaceleración similar en la inflación de los precios cobrados (que fue la más débil en un año)”, según explica S&P Global.



“La atenuación del aumento de los precios se vinculó en parte a una menor incidencia de retrasos de los suministros. Aunque los plazos de entrega se alargaron de nuevo en agosto, el grado de deterioro fue el más bajo registrado por la encuesta en dos años”, continúa el informe que acompaña a la publicación del índice PMI.

El daño de la inflación

“Los nuevos pedidos volvieron a disminuir notablemente, y las empresas destacaron que la alta inflación está erosionando el poder adquisitivo de los clientes y está repercutiendo en los costes de una gran cantidad de insumos [bienes intermedios para producir otros bienes]”, detalla Paul Smith, director económico de S&P Global Market Intelligence, quien añade que, “aunque el hecho de que la inflación de los precios pagados y de los precios cobrados permanezca en trayectoria descendente trae cierto alivio, el grado en que los precios están aumentando sigue siendo extremadamente elevado”.

Algunos de los mejores ejemplos de los desafíos que afronta la industria son las acereras, una de los sectores de actividad más intensivos en energía, que en los últimos meses incluso han tenido que parar la producción temporalmente. Es el caso que sufren los trabajadores de la planta de acero de ArcelorMittal en Sestao, que han arrancado septiembre parado, sin saber hasta cuándo, por la subida del precio de la electricidad y la menor demanda.

En la misma línea, Acerinox ha anunciado recientemente a los representantes de los trabajadores en la fábrica de Los Barrios, en Cádiz, que el ERETE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) pactaron en marzo de 2022 comenzará a aplicarse a partir de este 1 de septiembre.

Fuerte crecimiento de España

El lunes, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirmó que España casi cuadruplicó el crecimiento económico del conjunto de países que la conforman en el segundo trimestre. La institución afirmó que el PIB (Producto interior bruto) aumentó en nuestro país un 1,1% entre abril y junio, frente a la media del 0,3%, siempre frente al trimestre anterior.

La OCDE señala también que Alemania recuperó a cierre de este segundo trimestre el nivel de actividad previa a la pandemia, la última economía de las siete más grandes (el G-7) que faltaba por conseguirlo. España todavía no lo ha logrado, y las expectativas apuntan a que no lo hará hasta finales de 2023 o principios de 2024, tras el frenazo de la recuperación por la crisis de inflación y la incertidumbre que supone la invasión rusa de Ucrania.

Este retraso de España en la reconstrucción después del histórico shock de la COVID se explica por el mayor peso del sector servicios en el PIB, y concretamente del turismo, que precisamente este año ha vivido su primera temporada alta completa desde 2019, sin restricciones, con el obstáculo que supone la subida generalizada de precios.

Aún así, nuestro país lidera las estimaciones de crecimiento de cara al cierre de este 2022 y de 2023, y podría ser de la única gran economía de la eurozona en librar la recesión, que acecha peligrosamente a Alemania.

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