La crisis de Playmobil: problemas y despidos en la casa de los 'clicks'
El pasado primero de octubre, en la ciudad de Espira, en el oeste alemán, abría sus puertas la exposición 'We Love Playmobil. 50 Jahre Spielgeschichte(n)' (Amamos Playmobil. 50 años de historias de juegos). Se trata de una muestra con la que se celebra el medio siglo de historia de una de las marcas de juguetes más conocidas del mundo. Generaciones enteras en Alemania y fuera del país del canciller Olaf Scholz recuerdan haber tenido en sus manos estos muñequitos de plástico con caritas sonrientes a los que se considera un icono. En España, estos muñecos con los que han jugado millones de niños eran conocidos como 'clicks'.
La marca Playmobil, sin embargo, vive días convulsos que poco tienen que ver con la alegría de celebrar 50 años de historia. Los responsables del grupo empresarial que gestiona la producción de los personajillos de plástico han anunciado recientemente malas noticias para muchos de sus empleados.
Bajo el mundo de fantasía que permiten a muchos niños disfrutar de horas de juego con estos característicos juguetes inventados en 1973 por Hans Beck – el “padre de Playmobil” – se esconde la dura realidad de una empresa que no está bien y donde hay quejas de falta de transparencia, despidos, malestar y dimisiones de sus responsables.
El Grupo Horst Brandstätter, empresa responsable de Playmobil, anunciaba a principios de este mes que iba a despedir a 700 de sus trabajadores de aquí a 2025. Se incluyen en ese número 370 puestos de trabajo en Alemania. La empresa va a deshacerse así de un 17% de sus empleados. Actualmente trabajan en la firma 4.100 personas.
“Lo ha decidido el Comité Ejecutivo tras una revisión exhaustiva de todas las áreas de negocio y teniendo en cuenta la evolución del negocio y los retos económicos actuales”, han explicado en la empresa.
La evolución del negocio no es buena y seguramente tenga que ver con la degradada situación económica que acusa Alemania desde que empezaron a notarse las consecuencias de la invasión de Rusia contra Ucrania. Por lo visto, según han recogido las páginas económicas de los principales diarios alemanes, los buenos 35 millones de euros de superávit que presentaba la compañía el año pasado, con datos de para 2021, se han reducido ahora a la mitad.
El aumento de los costes, en general, y el de las materias primas para fabricar las figuras de plástico y el de publicidad, en particular, han sido señalados como responsables del mal momento de Playmobil. De fondo, también hay decisiones estratégicas y que tienen que ver con el hecho de que “los niños cada vez juegan más con dispositivos electrónicos”, según ha apuntado el diario Berliner Morgenpost, que ha calificado las últimas medidas de la empresa a cargo de los Playmobil como un movimiento “radical de despidos”.
Dimisión del CEO y fracasó de la película de animación
El Grupo Horst Brandstätter tiene su sede en la pequeña ciudad bávara de Zimdorf. El diario Süddeutsche Zeitung citaba fuentes conocedoras del día a día de la empresa según las cuales “las condiciones en Playmobil hace tiempo que dejaron de tener nada que ver con los saludables mundos del juego que representa Playmobil como juguete”.
No parece, en cualquier caso, lo más saludable para el funcionamiento de una empresa que los trabajadores se enteraran de los despidos anunciados hace unos días a través de los medios de comunicación.
Ya era sintomático que este verano dimitiera el CEO del grupo empresarial Steffen Höpfner. Este directivo había sido durante siete años el líder de una compañía, ocupando el puesto en 2015 por la muerte de Horst Brandstätter, su verdadero “patriarca” empresarial.
Los últimos tiempos de la empresa eran difíciles, aunque Höpfner dejó que dijeran que él se iba por “una decisión personal”. Entre tanto, y pese a que la pandemia de COVID-19 parecía dar un buen respiro a la celebérrima marca de juguetes, ya se habían registrado decepciones como el fracaso cinematográfico del largometraje de animación con figuras de Playmobil estrenada en 2019, Playmobil: The Movie. A nivel internacional se dijo de esa producción que era el “mayor fracaso en taquilla de todos los tiempos”, según el diario británico The Independent.
“Un ambiente de trabajo difícil”
Lo que emborrona aún más la imagen de la compañía es que el Süddeutsche Zeitung dé cuenta de que los representantes de los trabajadores llevan ya años hablando de prácticas de “acoso”, “peleas” e “intrigas de poder”.
El Grupo Horst Brandstätter se sostiene gracias a una compleja estructura compuesta por un holding y dos fundaciones que mantienen una relación donde abundan las “fricciones”, según ha recogido el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.
La revista económica Capital hacía un reciente análisis en el que quedaba patente la cuestionable marcha de la firma. “Tras la muerte del patriarca de Playmobil en 2015, la dirección de la empresa ha sido acusada de no desarrollarla estratégicamente, y el ambiente de trabajo se considera, en el mejor de los casos, difícil”, escribían en este medio especializado.
En la también revista económica Manager Magazin ven a los responsables de Playmobil buscando una “nueva junta directiva” con la que “recomenzar” de cero. Esa obligada vuelta a empezar pasa por dejar en un segundo plano el trabajo de desarrollo de formas para la fabricación de los muñequitos sonrientes. Sólo esa decisión va a poner a 74 personas en la calle.
A falta de menos de un par de meses para que comience la campaña de Navidad, a Playmobil se le acumulan las malas noticias. No parece que estén los responsables de la mítica marca alemana de juguetes para celebrar fiestas, ni siquiera la de sus 50 años de vida.
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