Lujo madrileño y deuda tóxica tras el asesinato de Berta Cáceres: el desembarco del banquero más rico de Honduras
El banquero Guillermo Bueso Anduray, una de las mayores fortunas de Honduras, se ha sumado a la fiebre de multimillonarios latinoamericanos por el inmobiliario de ultralujo en Madrid. Su silencioso desembarco, paralelo a su única inversión conocida aquí, el banco español EBN, incluye una empresa de vinos, varias sociedades de reciente creación y la elusión fiscal mediante las denominadas ETVE, entidades de tenencia de valores extranjeros.
El magnate, de 58 años, dirige Grupo Financiero Atlántida (GFA), conglomerado propietario del Banco Atlántida, el más importante de Honduras (se fundó en 1913) y que preside desde 2010. Con unas 260 oficinas, más de 6.000 empleados, más de 4 millones de clientes y activos bajo administración de unos 21.000 millones de dólares, los tentáculos de GFA comprenden bancos, aseguradoras, fondos de pensiones, sociedades de valores, depósitos fiscales, inmobiliarias u hospitales privados en ocho países.
A su máximo responsable una reciente investigación periodística le ha relacionado con la compra de un paquete de deuda tóxica asociada a la represa hidroeléctrica Agua Zarca, frenada tras el asesinato a balazos, en 2016, de la activista ecologista hondureña Berta Cáceres.
Con sede en Tegucigalpa, GFA opera en Honduras, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Ecuador y España, según su web. Hace años sus dueños compraron Pacific Bank, uno de los principales bancos de Belice, fijo en la lista de paraísos fiscales de la UE hasta este año.
El grupo, que no ha atendido a elDiario.es, tiene en España desde diciembre de 2021 un 9,9% de EBN, antiguo banco de inversión de las cajas de ahorro, adquirido en 2015 por el fallecido inversor catalán José Gracia Barba y Santiago Fernández Valbuena, ex directivo de Telefónica. El actual presidente de EBN, Rafael Gómez Perezagua, es consejero de Invatlan, la holding propietaria de GFA.
En julio se anunció el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a GFA para comprar el 45% de su gestora de fondos de inversión. El Confidencial aseguró entonces que Atlántida ultimaba la toma de control de EBN. Esta operación hasta ahora no se ha concretado.
En España, los Bueso y su holding están vinculados a cerca de una decena de sociedades, la mayoría creadas desde 2022 y domiciliadas en el Paseo de la Castellana de Madrid. Entre las más antiguas figura Corporación de Bienes y Valores Panamericanos SL, aparentemente inactiva (sus últimas cuentas son de 2020) y constituida en 2017 en la calle Hermanos Bécquer, 8 de Madrid, en un edificio propiedad de los herederos del dictador Francisco Franco.
De 2019 data Inversiones Grupo Sur Altántida SL, que a cierre de 2022, últimas cuentas presentadas en el Registro Mercantil, tenía unos 14 millones de euros en activos acogidos al régimen ETVE.
La mayor parte correspondía al 99,99% de cuatro filiales en Ecuador: Atlántica Casa de Valores Accitlan, Atlántida Advisors Ecuador Finatlan, Atlántica Inteligencia de Mercados Interlatlan y Fiduciaria Atlántida Fidutlan. También tenía otro 99,67% de la peruana Capital Advisors, SAC. De Grupo Sur Atlántida cuelga desde este año, según su web, D-Miro, un pequeño banco en Ecuador que compraron en marzo.
El régimen ETVE data de 1995. Está reservado a sociedades con sede en España que mantienen inversiones en el extranjero. Deja exentas las ganancias con origen tanto en dividendos, como en plusvalías generadas por la venta de acciones en sociedades extranjeras. Estos vehículos remontaron con fuerza en 2023. Atrajeron a España una inversión extranjera neta de 4.356 millones, frente a los cerca de 1.100 millones de 2022, según la Secretaría de Estado de Comercio, que no contabiliza esta cifra como inversión “productiva”.
Los ETVE son una figura un tanto opaca y polémica, no muy diferentes del famoso “sandwich holandés”, instrumentales en Holanda controladas desde territorios de baja tributación. Las han utilizado durante años gigantes como Pepsi, Walmart, Pemex o Vodafone para ahorrarse cientos de millones en impuestos en otros países (especialmente de Latinoamérica) utilizando como plataforma España, gracias a la extensa red de convenios para evitar la doble imposición firmados con países del subcontinente.
A este régimen se han acogido multimillonarios como el polémico magnate ultraliberal Ricardo Salinas Pliego, tercera fortuna de México, o Guillermo Bueso. Ambos han sido fijos en los recopilatorios de Bloomberg con las 500 personas más influyentes de América Latina. El hondureño se ha caído de la última edición, publicada en septiembre.
En noviembre de 2023, una investigación conjunta del proyecto de periodismo de investigación OCCRP, de denuncia de la corrupción y el crimen organizado, y la Escuela de Periodismo de Columbia (Estados Unidos) reveló que Bueso compró con un fuerte descuento la deuda asociada a Agua Zarca, el proyecto hidroeléctrico en las tierras altas del occidente hondureño al que se opuso la líder indígena lenca Berta Cáceres, asesinada a tiros en su domicilio por tres sicarios el 2 de marzo de 2016.
La investigación del OCCRP mostró cómo el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), principal institución de crédito multilateral de Centroamérica, desoyó varias advertencias sobre los riesgos del proyecto al prestar 24,4 millones de dólares a la promotora, la hidroeléctrica DESA, cuyo presidente, el ex oficial de inteligencia David Castillo, fue condenado a 22 años y seis meses de cárcel en 2022 como uno de los autores intelectuales del asesinato. La sentencia la confirmó el pasado martes la Corte Suprema de Honduras. Entre los condenados no están los dueños de DESA, la familia Atala, otra de las más ricas del país.
Tras paralizarse la represa, esa deuda, calificada de “tóxica” por el entonces presidente del BCIE, el polémico economista hondureño Dante Mossi, fue adquirida por apenas 500.000 dólares por una sociedad suiza vinculada al banquero Guillermo Bueso, amigo personal de Mossi.
Y el BCIE realizó una donación por ese importe, medio millón de dólares, para impulsar un polémico proyecto de ley sobre el trato a las minorías étnicas que, según documentos internos de ese banco multilateral, permitiría reactivar más de un centenar de proyectos de infraestructuras que habían quedado paralizados. Entre ellos, Agua Zarca.
El BCIE lo presidía entonces Mossi, amigo de Bueso desde sus años universitarios. Denunciado en septiembre por el BCIE ante la justicia de EEUU por prácticas corruptas durante su mandato, Mossi fue conocido como “el banquero de los dictadores” por su apoyo a regímenes autoritarios en esa región como los del hondureño Juan Orlando Hernández, Nayib Bukele en El Salvador, y, sobre todo, Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua.
Guillermo Bueso, que en su cuenta de X reparte elogios a Bukele, pertenece a una dinastía imbricada en la élite financiera y política de Honduras desde hace más de un siglo. En 2007, el think tank local CEDOH situaba a su familia entre las 11 que dominan desde hace décadas este país, uno de los más pobres y desiguales de América Latina y el Caribe, golpeado por la violencia y el narcotráfico y con una población similar a la de Portugal.
Nacido en octubre de 1966 y educado en Estados Unidos, el banquero es bisnieto de Juan Ángel Arias Boquín, que llegó a presidir Honduras a principios del siglo XX. Su padre, Guillermo Bueso Arias, presidió el Banco Central de Honduras (BCE) y ostentó la presidencia del Banco Atlántida hasta que falleció en 2009. Su tío, Jorge Bueso (fallecido en 2023), fundó en 1951 el Banco Occidente, tercero del país, fue ministro de Economía y Hacienda, fundador y gobernador del BCIE o candidato presidencial en 1971 por el Partido Liberal de Honduras, al que ya estuvo ligado el abuelo de Guillermo Bueso, el banquero Manuel Bueso Pineda.
Piso en los Jerónimos
Entre las sociedades en España vinculadas a Bueso figura Bueso Sucesores SL, que desde el 31 de enero es propietaria de un inmueble en Madrid al alcance de muy pocos: un piso con 271 metros cuadrados de superficie construida y plaza de garaje en una exclusiva promoción en el barrio de Los Jerónimos. Se alza en un edificio con una vivienda por planta, en una rehabilitación integral financiada con capital mexicano. Su web la promociona como “un verdadero tesoro arquitectónico de la ciudad cuyo porte distinguido atesora en su interior el valor del lujo y la comodidad”.
Sobre la finca, con un valor a efectos de subasta de 3,75 millones, según el Registro de la Propiedad, figura una hipoteca a favor de EBN Banco de Negocios, la entidad española de la que es accionista Guillermo Bueso.
Bueso Sucesores SL fue constituida en 2022 por el español Fernando de Mergelina, presidente en Panamá de Pacific Bank, uno de los bancos de Atlántida. La administra Dulce Osorio, que desde 2016 ejerce como “ejecutivo de Administración Fiduciaria” de Banco Atlántida, según su perfil en LinkedIn.
Domiciliada en las oficinas en la Castellana que administran la mayoría de las empresas de GFA en España, Bueso Sucesores es propietaria de Bodegas de Rubialejos SL, constituida hace menos de dos años y dedicada a “producción, embotellado y comercialización nacional e internacional de vinos”.
El administrador único de Bodegas de Rubialejos SL hasta febrero era Virgilio Paredes, embajador de Honduras en Corea del Sur hasta 2022, durante el segundo mandato de Juan Orlando Hernández, el expresidente que en junio fue condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión por delitos de narcotráfico.
Otras sociedades de reciente creación vinculadas a los Bueso son Inversiones Atlacatl SL, Inversiones Tres Lagos SL o Pacific Ventures SL, creadas en mayo de 2023. La última de ellas, que hasta septiembre se llamaba Chiriqui Holdings, cerró 2023 con solo 50.000 euros en activos, según las cuentas firmadas en Nueva York el 2 de abril.
La vivienda a nombre de Bueso Sucesores SL en Los Jerónimos está a pocos metros de la promoción de súperlujo que vendieron en 2021 los Dorado-Pizzorni: venezolanos de origen italo-gallego, afrontan varias reclamaciones de Hacienda y la Seguridad Social. Son exponentes, junto a Bueso, de esa nueva Miami con la que sueña la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
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