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La mitad de los contratos en abril fueron indefinidos y España supera por primera vez los 20 millones de afiliados

Un camarero sirve una consumición a un cliente en una bodega de Zaragoza, ya sin mascarilla en interiores. EFE/ Toni Galán

Laura Olías / Raúl Sánchez

4 de mayo de 2022 09:00 h

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Uno de cada dos contratos firmados en España en abril fueron indefinidos. La mitad del total (1,45 millones), más del 48%, hasta alcanzar un máximo histórico que rozó los 700.000 contratos. Lo extraordinario del dato, para los menos conocedores del mercado laboral, supone romper una barrera perenne que lastraba la contratación estable en torno al 10% en nuestro país. El despliegue de la reforma laboral, con los nuevos contratos vigentes desde abril, ha roto por primera vez esta situación en un mes que ha logrado, además, un fuerte empuje del empleo hasta un nuevo récord por encima de los 20 millones de trabajadores y con una notable caída del paro.



En abril se han superado por primera vez esos 20 millones de personas afiliadas a la Seguridad Social, como adelantó el ministro Escrivá, con 184.577 trabajadores más de media, y el desempleo mermó en 86.260 personas este mes, dejando el total en el filo de los tres millones de parados (3.022.503). En términos desestacionalizados, el incremento del empleo alcanzó los 33.244 trabajadores, 10.000 más que el mes pasado.



Los incrementos del número de trabajadores y la reducción del paro aceleran respecto al pasado mes de marzo, en el que preocupó una cierta ralentización del empleo por la guerra en Ucrania. Pero este abril, los datos se sitúan en las medias habituales de buenos años de recuperación del empleo en el mercado laboral en España.



El fuerte empuje del mercado laboral queda reflejado en los datos interanuales: casi un millón de personas afiliadas más en el último año (963.782), de manera que el ritmo de creación de empleo supera el 5%, máximos en la recuperación del empleo postpandemia.



Respecto al desempleo, el paro ha descendido en 888.125 personas en los últimos doce meses, con una reducción del 22,7% interanual, también mayor que las de los últimos meses.

Los contratos indefinidos se disparan

El aumento de los contratos indefinidos se plasma en una reducción notable de la tasa de temporalidad. Es decir, el porcentaje de trabajadores con contratos temporales del total de trabajadores afiliados, que cae al 23%. “El 77% de los afiliados tienen contratos indefinidos, lo que supone 6 puntos más de lo habitual antes de la pandemia”, destaca el Ministerio de la Seguridad Social, que recuerda que en los años previos a la pandemia, “esta distribución era del 71% de indefinidos”.

Durante el mes de abril se firmaron 1,45 millones de contratos, de los que 698.646 fueron de carácter indefinido, el 48,2% del total. Se han firmado 534.566 contratos indefinidos más y 441.318 contratos temporales menos respecto a abril del año pasado. “Nos decían que no era posible. Sí es posible”, ha destacado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en un desayuno informativo de Europa Press este miércoles. “La reforma laboral está funcionando”, ha celebrado Díaz.



En diciembre de 2021, previamente a la reforma laboral, los contratos indefinidos supusieron el 10% del total. “Subieron hasta el 15% en enero, en febrero hasta el 22%, en marzo al 31% y en abril superan el 48%”, recuerdan en Trabajo. Este mes era muy esperado porque suponía el despliegue de los nuevos contratos laborales de la reforma, que se aplazaron tres meses para dar tiempo a las empresas a adaptarse a la nueva regulación.

De total de casi 700.000 contratos indefinidos, 512.967 fueron iniciales firmados y 185.679 conversiones de temporales a fijos. Entre las modalidades de contratos indefinidos destaca el gran aumento de los fijos-discontinuos, de un total de 238.760 en abril, una fórmula que el Gobierno pretende que sustituya a muchos contratos temporales hasta la fecha.

Cabe destacar que el incremento de los contratos indefinidos a tiempo parcial, mayor que los de tiempo completo. Este aumento podría ser preocupante, ya que en España hay muchas personas que trabajan a tiempo parcial de manera involuntaria, porque no pueden optar a contratos a tiempo completo. Y, entre las personas con contratos parciales destacan muy mayoritariamente las mujeres, una brecha de género en el mercado laboral que merma sus ingresos. El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ha respondido que el incremento se debe a un trasvase de los contratos temporales a tiempo parcial a contratos indefinidos también de tiempo parcial, por lo que en el Ministerio consideran que no hay parcialidad añadida sino que se debe a la ya existente.

Además, se firmaron 6.428 de carácter formativo y 745.019 de otro tipo de contratos temporales. En este último grupo, “los contratos por Circunstancias de la Producción –de jornada a tiempo completo– son el 25,47% y los de Sustitución –de jornada a tiempo completo– son el 4,75%. Los contratos temporales con jornada a tiempo parcial suponen el 17,11%”, detalla Trabajo.

Un abril cargado de retos

Los meses de abril suelen ser positivos para el mercado laboral, con aumento del empleo y la reducción de número de personas paradas. Este año, el mes estaba marcado por importantes retos: junto a la incertidumbre de la guerra en Ucrania, se desplegaba por primera vez las nuevas fórmulas de contratos de la reforma laboral y, además, se decía adiós a dos herramientas estrellas de protección del empleo durante la pandemia: los ERTE y el paro extraordinario de los autónomos por la COVID.

Pese a los malos augurios de algunos –como el PP– los ERTE por la pandemia que llegaron a proteger a 4,3 millones no se convirtieron masivamente en ERE (despidos colectivos). España se ha despedido de los dos mecanismos de 'hibernación' de puestos de trabajo con un empuje de la contratación y de las personas afiliadas.

El mes también venía de la mano con dos alicientes importantes: la celebración de una Semana Santa con apenas restricciones por la pandemia y, después de que se celebrara, el fin de la mascarilla obligatoria en interiores, una medida que ha simbolizado para muchos el adiós a la excepcionalidad de la COVID.

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