Reforma de la Ley de Garantías: una oportunidad para mejorar el acceso de los pacientes a productos sanitarios innovadores
Tiritas, materiales de cura, jeringuillas, sondas, tejidos para proteger lesiones… son solo algunos ejemplos de la larga lista de tecnologías y productos sanitarios que permiten prevenir, diagnosticar, cuidar y tratar a los pacientes. Existe así una amplísima variedad de tecnologías sanitarias que juegan un papel decisivo en la salud pública. Hablamos de un sector con vocación de cuidar de las personas, que se enfrenta a importantes retos y que supone una gran oportunidad para nuestro sistema sanitario.
Las innovaciones tecnológicas permiten a los profesionales sanitarios mejorar los diagnósticos y los tratamientos, en definitiva, mejorar la salud y calidad de vida de las personas. Muchas de ellas, pacientes crónicos que conviven con su enfermedad. “La tecnología sanitaria tiene el inmenso poder de cambiar la vida de las personas, les permite vivir y convivir con sus enfermedades. De este modo, el sector de tecnología sanitaria tiene como propósito ampliar años de vida y mejorar la calidad de los años vividos con avances tecnológicos”, afirma Pablo Crespo, secretario general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin).
Estos bienes de primera necesidad están en constante evolución porque el sector tiene en su ADN la búsqueda de nuevas soluciones desde la innovación a los problemas sanitarios de las personas. Pero el reto es que las innovaciones puedan llegar a quien las necesitan y que, además, lo hagan de la forma más rápida y eficiente. La regulación, hasta ahora, ha sido un freno que ha limitado el acceso de los pacientes a avances tecnológicos que les permitirían un mejor cuidado de su enfermedad y, en definitiva, una mejor calidad de vida.
Productos sanitarios y la necesidad de cambios legislativos
Para hacer frente a este desafío Fenin pone sobre la necesidad de acometer cambios legislativos que favorezcan que pacientes y profesionales sanitarios tengan un acceso ágil a las últimas innovaciones.
En este sentido, ahora que el Ministerio de Sanidad tiene previsto modificar la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, una de las normas matrices de la Sanidad, Fenin solicita que se aborde esta reforma teniendo en cuenta las particularidades de los productos sanitarios, ya que esta ley se redactó en su momento para atender las necesidades especialmente del sector farmacéutico, pero no para el de la tecnología sanitaria, lo que ha provocado que, desde el año 2006, los pacientes que requieren productos sanitarios financiados y dispensados en oficina de farmacia no puedan acceder a innovaciones de una forma mínimamente aceptable. Esto supone que en 18 años no se ha actualizado el catálogo de productos sanitarios, se ha frenado el acceso a la innovación y que, por tanto, que hay tecnologías que utilizan pacientes en países de nuestro entorno que nuestros pacientes no pueden utilizar.
“Los pacientes en España también tienen derecho a acceder a las tecnologías sanitarias innovadoras que mejoren su salud y calidad de vida”, afirma Crespo.
Y es que una de las características de los productos sanitarios es que no hay genéricos, o productos sustituibles, son productos diferentes, tanto por su naturaleza como sus funcionalidades y particularidades de fabricación. Estas singularidades obligan a replantear el marco normativo y adaptarlo para que todo el arsenal terapéutico pueda ser accesible a los pacientes, ya que cada persona también es diferente y tiene necesidades asistenciales y sociales distintas.
Regulación única y diferenciada para los productos sanitarios
Este sector, que hace posible que los hospitales puedan llevar a cabo su actividad y que millones de pacientes crónicos vivan con sus enfermedades, requiere de un marco legislativo propio que explote todo su potencial.
Para ello es esencial que deje de tener que aplicar una regulación pensada para el sector de los medicamentos con el que hay importantes diferencias. En este sentido es importante “que se genere una nueva regulación que permita que las tecnologías sanitarias de mayor calidad estén disponibles para las personas que las necesiten”, admite Crespo.
Un ejemplo son las agrupaciones homogéneas, que han de ser eliminadas de la regulación de productos sanitarios que ya que, al no haber “genéricos” no hay productos sustituibles. Cada paciente debe tener acceso al producto o tecnología que mejor se adapta a su situación clínica.
“No es aceptable que sigamos con un catálogo de productos sanitarios de otro siglo y con tecnologías en muchos casos obsoletas. Un cambio normativo específico permitiría incorporar la innovación a la prestación farmacéutica de la Cartera de Servicios y, en consecuencia, financiar nuevos tipos de productos”, asegura el secretario general de Fenin.
Desde este sector consideran que la nueva regulación debe favorecer la libre competencia en el mercado y que los agentes de la cadena puedan ofrecer sus mejores condiciones para la máxima eficiencia del sistema sanitario, siendo para ello necesario liberalizar los márgenes de distribución y dispensación de los productos sanitarios.
En definitiva, apuntan, el Ministerio de Sanidad tiene la oportunidad de mejorar la regulación y permitir que millones de pacientes puedan acceder a las innovaciones tecnológicas, que permitan avanzar en el diagnóstico, en el tratamiento y en el seguimiento de sus enfermedades crónicas y, en consecuencia, en mejorar la calidad de vida de las personas.