Elecciones otra vez... Y las cuentan, a su manera, Barbijaputa, Mariola Cubells, Edu Galán, Lucía Lijtmaer y José Antonio Pérez.
Cuatro mujeres de pie que no serán presidentas
Os creíais que no, pero la campaña de verdad arrancó anoche. ¿Qué ha estado pasando pues todos estos meses?, os preguntaréis. Bueno, cosas necesarias, calentamientos. No os pongáis tiquismiquis, que bien que habéis visto especiales varios con todos los candidatos. Anoche hubo otros dos hitos, y dos TT (no me cansaré de repetir lo tuiteras que están siendo todas las apariciones televisivas de los políticos en campaña), unas horas antes de que diera comienzo lo que aún se llama pegada de carteles. Que mucha innovación en videos y en formatos de programas, etc., pero ahí siguen, como en las primeras elecciones democráticas, con sus escobitas untadas de pegamento y venga, a las muros de la ciudad.
Primer hito, Pedro Piqueras entrevista a Mariano Rajoy en Telecinco al acabar el informativo. En la mesa. Modo convencional. Sentados. Una entrevista más. Rajoy no dice nada que no sepamos. Eso sí, pronunció una de las frases más ingeniosas que le había oído nunca. ¿Era sobre corrupción? No. Era sobre ese catálogo de Podemos customizado como el de Ikea. Dijo: “Podemos pretende ser sueco pero encubre la realidad griega”. Bueno, vale, tampoco es para tanto, pero es que pensad que el día anterior lo vi con los niños de Ana Rosa Quintana y dijo que “Murcia es una ciudad muy bonita. Yo he estado en muchos pueblos de Murcia”. Así que permitidme que vea esta frase ingeniosa.
Ya está. Fin de mi análisis sobre este primer hito.
Segundo, un debate con cuatro mujeres representantes de las cuatro formaciones políticas principales. ¿Candidatas a la presidencia del Gobierno? No, ya sabemos que nosotros NO tenemos mujeres que opten a algo así. Solo estaban allí por su condición de MUJERES de los partidos políticos que optan a gobernar. Dos eran ‘números dos’ al Congreso y otras dos son diputadas en el Parlament de Cataluña. Pero ni se nos ocurra decir que el planteamiento puede ser tachado de sexista. Para nada. En fin. Vamos a desmenuzarlo, que para eso he venido, y para eso lo he visto enterito, sus dos horas cumplidas.
Escenario, Antena 3. Moderador, un solvente y esmerado Vicente Vallés. Formato, de pie en sus atriles, sin móviles, Margarita Robles (PSOE), Carolina Bescansa (Podemos), Inés Arrimadas (Ciudadanos) y Andrea Levy (PP). Cada una usó el turno de palabra que le había correspondido por sorteo y sus nicks empezaron a enlazarse en twitter con el hastag correspondiente (menos Margarita Robles, la única que no tiene perfil en esta red social), que se convirtió en TT casi de inmediato.
Yo sufrí un poco (soy muy empática para estas cosas) con Andrea Levy, que me pareció tan poco natural, tan sobreactuada que se me iban los ojos inconscientemente a sus zapatos, que a mí fueron los que más me gustaron. Sí, ya sé que esto es una frivolidad, pero es que necesito respirar un poco, venga.
Cierto que, junto a Margarita Robles, a quien en un momento determinado Levy llamó “Señora”, eran las que tenían peores papeletas que defender. Por sus partidos, por los lastres de sus correligionarios, por lo que representan. Robles tuvo momentos extraños, como cuando se equivocó y citó al PSOE donde quería citar al PP. A mi no me resultó nada estimulante.
Levy habló un poco en catalán en su minuto final, supongo que para congratularse con un pueblo que no es muy partidario de esa formación política y a mí me pareció que era la que menos a gusto se encontraba en ese plató.
El caso es que las que abanderan las dos formaciones nuevas, Carolina Bescansa con Podemos e Inés Arrimadas con Ciudadanos, estuvieron sueltas, serenas, naturales. Apenas hubo momentos agrios, ni excesivamente tensos. Se pelearon lo justo y siguieron bastante disciplinadamente al moderador Vicente Vallés, que apenas tuvo que amonestarlas.
Fue complicado para las dos primeras defender el epígrafe de la corrupción. Fue muy fácil para las dos segundas lanzar propuestas nuevas sobre el empleo. Llegó el momento dedicado a la violencia de género y Arrimadas tuvo la oportunidad de borrar para siempre aquella desafortunada declaración de Marta Rivera de la Cruz en un debate durante la anterior campaña electoral. Bescansa fue la menos airada, me pareció a mí. Incluso llegó a pedir otro tono cuando el tono subía de nivel. Y desde luego fue la más contundente al hablar de corrupción. La Arrimadas triunfó en Twitter con su propio TT. Ahí es nada.
Mientras todo esto pasaba, TVE emitía una comedia de José Mota (salvo los 15 minutos que dedicó a las doce, al arranque de campaña). Recuerdo aquellos tiempos en los que la pública era la cadena de referencia ante estos asuntos. A mí me gusta que las privadas se hayan apuntado a esta historia. Llevan dándoles sopas con onda a la pública desde hace ya varios años, con La Sexta a la cabeza.
En Telecinco, en cuanto Rajoy salió por la puerta, entró Jorge Javier Vázquez (mataría por saber si se cruzaron) para presentar una nueva gala de Supervivientes, que mientras escribo esto, varias horas después, aún está en marcha.
Y Antena 3, al salir las mujeres candidatas, emitió una peli de terror: La niñera perfecta.
Así que, lo dicho, esto ACABA DE EMPEZAR.
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