Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
El 'no' de Feijóo al primer decreto retrasa el pago de millones a las comunidades
Agencias de la ONU recortan sus operaciones tras suspender Trump los fondos
Opinión - Pero todos los jueces son imparciales. Por Esther Palomera
Sobre este blog

Espacio para la reflexión y el análisis a cargo de parlamentarios europeos españoles.

Alquiler turístico y vivienda, un debate que no puede esperar

Laura Ballarin

1

Sobre este blog

Espacio para la reflexión y el análisis a cargo de parlamentarios europeos españoles.

Estamos ante un fenómeno ineludible que afecta a las ciudades de toda Europa: una crisis de la vivienda y el auge de los alquileres turísticos facilitados por plataformas en línea. Aunque beneficioso en ciertos aspectos, este fenómeno ha planteado grandes desafíos para ciudades de alta demanda como París, Ámsterdam, Barcelona o Florencia, donde participé esta semana en un seminario en los márgenes del G7 sobre Turismo y Vivienda.

En estas ciudades el acceso a viviendas asequibles es, hoy en día, una pesadilla para muchos ciudadanos, afectando no solo a las familias con bajos ingresos, sino también a la clase media trabajadora y a los más jóvenes. Nos encontramos en un punto crítico, y necesitamos determinar cómo deberían operar las grandes plataformas de alquiler turístico en nuestras ciudades para apoyar un desarrollo más equilibrado y garantizar oportunidades de vivienda asequible para los ciudadanos.

Las ciudades experimentan una escasez de viviendas debido a que muchos apartamentos se destinan cada vez más a estancias de corto plazo en lugar de arrendamientos residenciales a largo plazo. Esta tendencia incrementa el precio de los alquileres para los ciudadanos, reduce la disponibilidad de viviendas asequibles y puede desplazar a los residentes locales, especialmente en los centros urbanos populares y los barrios con ubicaciones emblemáticas donde la demanda es muy alta. Por ejemplo, en la última década, los precios de alquiler en Barcelona han aumentado un 68 %.