Un barrio de Vitoria se une para clamar que “el odio no cabe en las calles” tras el acoso a una niña por llevar una bolsa con la bandera LGTBI
Más de un centenar de personas se han echado a la calle en el barrio vitoriano de Zabalgana para denunciar el acoso que sufrió allí una niña de 12 años por llevar una bolsa tintada con los colores de la bandera LGTBI. Este jueves, el arcoíris ha impregnado todos los recovecos del parque de 'skate' en el que se produjo el acoso: se veía en muchas bolsas, pero también en banderas, paraguas y cintas de pelo, en bicicletas y hasta en las uñas de la gente. “Siempre hay una oveja negra que va a llamar la atención, pero ahora es el barrio el que le está dando el toque de atención a esa oveja negra. Le estamos diciendo que no, que esas no son formas, que nuestros chavales y chavalas están educados en el respeto y que queremos que sigan viviendo libres”, se ha congratulado Amaia Marañón, de la asociación vecinal Zabalgana Batuz, ante la multitudinaria respuesta al acoso.
Entre el griterío de una gran cantidad de jóvenes que serpenteaba por el parque con sus banderas, Amets Martínez de Heredita, coordinador en Vitoria del Observatorio contra la LGTBIfobia (Ikusgune), ha aprovechado la ocasión para reivindicar la libertad de “ocupar el espacio público como a cada uno le dé la gana”. “Es un día para estar contentas y orgullosas de las vecinas que tenemos. Desde que se hizo pública la denuncia, hemos podido ver cómo ha respondido la gente comprando bolsas de manera masiva, cómo el apoyo ha sido enorme. Es bastante satisfactorio cuando se está trabajando en el ámbito de la violencia LGTBIfóbica. La foto que tenemos es la de una ciudad, la de un barrio que está diciendo que el odio no cabe en las calles”, se felicitaba.
El acoso lo denunció a finales de agosto el padre de la niña. “Como padre, me indigna y cabrea, mucho, que en Vitoria a una niña de 12 años se le amenace y acose por llevar esta bolsa y venga muerta de miedo a casa”, señaló entonces en Twitter. “Qué mierda de bolsa” y “LGTBI a la basura” fueron algunos de los mensajes que le profirieron a la joven, según relató. “Han conseguido que la deje colgada en casa”, se lamentaba, pero después optó por portarla él mismo para reivindicar la libertad. Esa bolsa se ha multiplicado la tarde de este jueves, pues han sido decenas de personas las que se han hecho con un ejemplar en un puesto que se ha improvisado en el mismo parque.
Desde el observatorio ya se viene advirtiendo en los últimos meses del aumento de casos de LGTBIfobia. De hecho, según los datos publicados más recientemente, en 2020 se registraron en Euskadi 241 delitos de odio, de los que 50 fueron contra la orientación e identidad sexual, un 284% más que en el año anterior. Y Martínez de Heredita destaca que es tan solo la “puntita” del iceberg, pues en muchas ocasiones el miedo a no ser creído y a ser cuestionado “por ser una disidencia a la norma” asusta y disuade de denunciar. “La realidad es que la LGTBIfobia va en aumento. Los discursos de odio, que han crecido, se están traduciendo en agresiones físicas”, ha señalado, en referencia a la agresión a una mujer trans a finales julio.
En su opinión, el hecho de que el joven de Malasaña (Madrid) que había denunciado una agresión homófoba se retractase y confesase a la Policía que las lesiones habían sido consentidas no quita ni un ápice de validez a las reivindicaciones. “Sí es cierto que a Samuel lo mataron en la calle. Sí es cierto que tuvimos una agresión de un puñetazo en la cara hace unas semanas en Vitoria. Sí es cierto que el colectivo está siendo golpeado en la calle y que esas denuncias están encima de la mesa”, ha clamado. “Vivimos en un sistema cisheteropatriarcal. Hay una norma que nos asigna un género al nacer y que entiende que eso es inamovible. Tenemos la heterosexualidad como lo normal. Todo aquello que se escapa a esa norma va a ser agredido, se va a intentar quitar de la calle”, ha apostillado.
Como Marañón y Martínez de Heredita, Estibaliz Gómez de Segura, portavoz de la comisión que agrupa a las AMPA de todo Zabalgana, se ha alegrado de que una marabunta de jóvenes haya inundado el parque y lo ha valorado como una “resignificación del espacio”. Se ha dirigido igualmente al Gobierno vasco, al que exige que priorice la 'coeducación' para poner en “el centro de la vida de las criaturas” la igualdad y la diversidad. “Hay que invertir, porque si no abordamos sucesos como este desde la educación y no cambiamos a las personas que van a ser las personas del futuro vamos a seguir manteniendo la sociedad patriarcal en la que vivimos”, ha apremiado. Ha lamentado, asimismo, que no existan recursos suficientes a disposición de los centros educativos “ni para formación ni para la transformación de materiales ni para crear espacios diversos ni para la formación de familias”. Por ese motivo, ha instado al Ejecutivo a dotar de presupuesto a una línea específica de ayuda para “construir una sociedad no heteropatriarcal en la que todas las personas puedan vivir sin situaciones de hostigamiento”.
Los tres han coincidido en que se ha plantado ya una semilla de sensibilidad y que esta dará sus frutos en el futuro. “Hay mucha sensibilidad y las personas que van a gobernar en el mañana han ofrecido una respuesta muy grande. Las criaturas están conociendo las diferentes maneras de sentirse, las discriminaciones que existen por ser mujer, por sentirse homosexual, por sentirse no binaria y por otras diversidades. Es un reto que tenemos que abordar como sociedad”, ha apostillado Gómez de Segura. “Tenemos un mundo lo suficientemente grande para entrar todos y todas y todes y tenemos que construirlo para ello y creemos que la educación es el pilar”, ha reivindicado. Y Marañón ha subrayado que es un barrio “muy diverso” y que “va a responder ante cualquier tipo de agresión a la diversidad”. “No vamos a permitir este tipo de intolerancias; seremos tolerantes con todo menos con los intolerantes”, ha zanjado.
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