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El tribunal del 'caso De Miguel' avisa del riesgo de no colaborar en los interrogatorios: “Va en perjuicio de ustedes”

“Esto no es juicio ni es nada”, comentaba un jurista en el inicio de la quinta sesión del juicio del 'caso De Miguel' desde que se iniciaron los interrogatorios a los 26 acusados, en los que todos excepto Prudencio Hierro se han negado a contestar a las preguntas de la Fiscalía y se han limitado a escenificar la versión que traían preparada con sus asesores jurídicos. El undécimo en comparecer, este martes a mediodía, ha sido el expresidente de los parques tecnológicos del País Vasco, Julián Sánchez Alegría. Como nueve imputados antes, ha comunicado amablemente que se limitaría a contestar a las preguntas de su abogado. Al término de esa declaración, el magistrado presidente del tribunal del 'caso De Miguel', Jaime Tapia, ha querido formular algunas preguntas. Cuando ha tratado de conocer la “adscripción política” de Sánchez Alegría, éste ha asegurado que la pregunta era improcedente, como la pasada semana el exdirigente del PNV Koldo Ochandiano se negó a dar explicaciones sobre el cuaderno que alude a las presuntas comisiones porque lo consideraba una “prueba nula”. El vaso de paciencia del juez está ya colmado: “¡No les estamos haciendo ninguna pregunta y se les podrían hacer muchas!”.

Tapia, en una larga intervención, ha querido hacer “pedagogía” a para que los 26 acusados conozcan los riesgos de su estrategia, ya que el formato de los interrogatorios afecta directamente a la “credibilidad” de las versiones que están ofreciendo. “En cuanto a la credibilidad, esto en principio es un perjuicio para ustedes. La persona que no tiene nada que ocultar en principio puede contestar a una persona y a otra. Cuando vienen aquí y sólo contestan a las personas que les asisten... Estoy haciendo pedagogía para que los acusados lo sepan [...]. Vamos a ver... aquí hay un guion. Al menos usted [Sánchez Alegría] se ha dirigido a mí, porque muchos acusados hablan a su abogado. Con todo el respeto, pero se trata de convencer al tribunal [y no a sus defensas]”, ha enfatizado Tapia.

“Es ver qué reacciones tiene y ya las he visto. La reacción es que fuera del contexto amigable se hace una pregunta y… Sin más”, ha añadido Tapia al término de la comparecencia de Sánchez Alegría. El acusado ha intentado justificarse diciendo que se ha negado a colaborar con la Fiscalía por lo “fabulado” y exagerado de su acusación, a lo que el magistrado ha subrayado que las acusaciones son fruto de una larga instrucción, dirigida por el juez Roberto Ramos, apoyada por la Ertzaintza y que se recopila en 25.000 páginas de pruebas. “Aquí tampoco se ha sentado como fruto de la nada. Otra cosa es que esos indicios luego fructifiquen o no”, ha indicado el togado, que comparte tribunal con los jueces Elena Cabero y Raúl Aztiria.

Estos interrogatorios descafeinados llegan, además, después de que varios de los acusados hayan estado a punto de firmar acuerdos con la Fiscalía reconociendo los hechos a cambio de que el ministerio público rebaje su petición de penas. En algunos casos, como el de la hermana de Alfredo de Miguel, Aintzane, ese 'no' fue de última hora cuando la propuesta era la de retirada total de cargos a cambio de la colaboración. La reprimenda de Tapia, en todo caso, no ha tenido ningún efecto, puesto que los dos imputados que han seguido a Sánchez Alegría, Miren Lourdes Bilbao y Sergio Fernández Oleada, se han plegado a la estrategia mayoritaria.