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El PNV quedaría relegado a tercera fuerza en el Parlamento Vasco detrás de PSE-EE y EH Bildu con los votos de las generales

El lehendakari, Iñigo Urkullu

Iker Rioja Andueza

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Después de las elecciones generales, el siguiente ciclo electoral en Euskadi serán las autonómicas. No se sabe la fecha -es una prerrogativa total del lehendakari, Iñigo Urkullu- e incluso se desconoce a ciencia cierta si la legislatura acaba en julio del año próximo dado que los comicios de 2020, por el confinamiento, se tuvieron que posponer aunque en realidad se convocaron en febrero para su celebración en abril. Hay cábalas de todo tipo con el calendario... y ninguna certeza. Una extrapolación de los resultados al Congreso dejaría al actual partido mayoritario, el PNV, como tercera fuerza en un hipotético Parlamento Vasco. Sería superado por el PSE-EE pero también por EH Bildu fruto de un sistema electoral que da los mismos 25 escaños a los tres territorios, independientemente de su población.

En cifras, los números del 23J darían al PSE-EE 20 escaños de 75, el doble de los diez actuales y muy por encima de los 13 que lograría con los apoyos logrados en las forales del 28M. La segunda fuerza sería EH Bildu, con 18. Sin embargo, son menos de los 24 a los que podría aspirar de repetir la ola del 28M e incluso de los 21 reales de 2020. La coalición ha enviado a Maddalen Iriarte a Gipuzkoa y no tiene definido aún su liderazgo de cara a esa nueva cita con las urnas. El PNV, con sus registros de este domingo, quedaría con 17 asientos en la Cámara vasca. En 2020 obtuvo 31 y el 28M recibió una fuerza suficiente para llegar a 26 a pesar de que ya tuvo un bajón. El actual Gobierno de Urkullu es una coalición de PNV y PSE-EE que suma 41 escaños de 75. Ahora volvería al escenario de la legislatura 2016-2020, sin mayoría absoluta por un voto. En todo caso, la correlación de fuerzas sería inversa, un modelo que ya se está experimentando en el Ayuntamiento de Vitoria desde junio. Sí tendría esa mayoría absoluta la hipotética suma de socialistas y EH Bildu.

En la parte baja del hemiciclo, el PP tendría diez escaños. Son más que los siete que se le atribuirían con los números del 28M. La mitad, cinco, procederían de Álava. Son resultados similares a los de 2012 o 2016. En 2020, el PP concurrió en coalición con Ciudadanos. Sacaron seis asientos, cuatro 'populares' y dos naranjas inicialmente pero, mediada la legislatura, Luis Gordillo saltó al PP y ahora son cinco y uno. Sumar llegaría a nueve representantes. Es menos que la primera irrupción del espacio de Podemos e IU en 2016 (once), pero supone una subida tanto del dato de 2020 (seis) como de la extrapolación del 28M (siete). Vox, pasando el 3% en Álava, tiene opciones de continuar con un escaño por este territorio.

La extrapolación de resultados, en todo caso, es solamente eso, un ejercicio de matemáticas. Euskadi está ya acostumbrada a un voto dual. La presidenta del PNV de Bizkaia, Itsaso Atutxa, se ha referido a ello. “El voto útil en Euskadi se ha ido más al PSE-EE pero es una elección más en la que la ciudadanía nos dice que nos debemos acostumbrar a que el electorado no tiene decidido su voto y, por otra parte, pueden decidir votar un partido de corte abertzale o estatal dependiendo de qué elecciones sean y cómo se polaricen”, ha señalado.

Con las de este domingo, en Euskadi ha habido 60 citas electorales. El PNV ha ganado en 54 ocasiones. El PSE-EE, sumado el 23J, le sigue con tres, el espacio de Podemos obtuvo dos triunfos y la izquierda abertzale, con la marca HB, tiene una única primera posición en votos. En las autonómicas siempre ha ganado el PNV. Únicamente en 1986 el PSE (entonces sin EE) logró más escaños con menos votos. Fue tras la escisión de EA. Sin embargo, tras las generales de 2008 ganadas por los socialistas el PNV ganó las autonómicas de 2009, aunque luego gobernara Patxi López con el apoyo del PP. Y en 2016 ocurrió algo similar tras dos exhibiciones de fuerza de Unidas Podemos en las generales previas.

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