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Feijóo tiene cuatro semanas para preparar su sucesión en el PP de Galicia

Sin haber confirmado aún lo que todos dan por supuesto, Alberto Núñez Feijóo tiene por delante multitud de decisiones vinculadas a su viaje a Madrid para sustituir a Pablo Casado al frente del Partido Popular. El congreso previsto para los primeros días de abril confirmará el nuevo liderazgo en el PP pero el político gallego deberá llegar a esa cita con la tarea de su sucesión ya resuelta, al menos en la parte orgánica.

Y es que el barón gallego del PP no solo tiene que buscar un sustituto para la presidencia de la Xunta, sino que debe cubrir el puesto de presidente del PP gallego. La formación política tenía marcada la fecha de celebración de su próximo congreso ordinario para el año 2025. Ahora las cosas deberán precipitarse. Los estatutos del partido fundado por Manuel Fraga estipulan que el presidente de la formación política no puede ostentar el mismo cargo al frente de una de las organizaciones a nivel autonómico. Por delante, apenas cuatro semanas para cambiar la estructura de poder en el Partido Popular de Galicia que durante años ha orbitado sin sobresaltos en torno a la figura de quien ahora se marcha.

Según fuentes del PP gallego la persona que suceda a Feijóo en el partido es “muy probable” que reciba también el encargo de tomar el relevo al frente del Gobierno gallego. Pese a la unanimidad de los analistas en torno al vicepresidente Alfonso Rueda como sustituto, algunas voces dentro de la formación empiezan a indicar otros posibles nombres: “Yo me fijaría también en los presidentes provinciales”, asegura a esta redacción uno de los principales colaboradores del político gallego. En cualquiera de los escenarios, Feijóo tendrá que dimitir como líder del PP gallego en las próximas cuatro semanas.

En el aire está también otro de los detalles principales de su plan de viaje a Madrid. ¿Se puede ser presidente del PP y de una comunidad autónoma al mismo tiempo? La respuesta es que sí pero nadie baraja que al PP le convenga alargar mucho tiempo ese escenario de acumulación de cargos. Dicho en otras palabras, la renuncia a la Presidencia de la Xunta no tiene por qué ser inmediata. Todos recuerdan los años en los que María Dolores de Cospedal se empeñó en compatibilizar la presidencia de Castilla-La Mancha con su puesto como secretaria general del PP. Cada lunes acudía a Madrid para dar la rueda de prensa de inicio de semana. El resto del tiempo, lo ocupaba en Toledo dirigiendo su Gobierno. Quienes vivieron aquellos años aseguran que la experiencia no invita a repetir situaciones similares.

Con la mirada puesta en la política nacional y en las próximas citas electorales (andaluzas, municipales y, finalmente, generales), Feijóo tendrá por delante demasiado trabajo como para atender las obligaciones de mantener el cargo en Galicia. Su equipo piensa ahora en las opciones para sacarle lo más rápido posible el traje de barón y cambiarlo por el de líder de la oposición. Una de las posibilidades es buscarle al gallego un sitio en el Senado, ocupando uno de los cargos de designación autonómica. De ese modo podrá participar en las sesiones de control al Gobierno y empezar a fajarse en el debate parlamentario con quien será su nuevo contrincante: Pedro Sánchez.