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Un informe interno de Ence alerta de vertidos de mercurio a la Ría de Pontevedra procedentes de una antigua filial y advierte del riesgo para la salud

Gonzalo Cortizo

13 de abril de 2021 22:22 h

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Los terrenos que ocupa la factoría de Ence, al borde de la Ría de Pontevedra, están contaminados con mercurio. Así lo indica un informe del pasado mes de febrero, remitido por la compañía a la Xunta de Galicia. El documento, al que ha tenido acceso elDiario.es, asegura que “los resultados obtenidos de mercurio en las aguas subterráneas son cada vez más elevados” y alerta de que los medidores que durante diez años nunca han localizado la presencia del metal tóxico se han disparado en los últimos meses. La empresa advierte en ese texto sobre las consecuencias que estos vertidos pudieran tener sobre la salud de los trabajadores y vecinos, así como sobre la salubridad de los productos de pescado y marisco que se extraen de las aguas que se encuentran frente a la factoría. El informe íntegro se puede consultar aquí.

Ence señala a la vecina Elnosa como responsable de la filtración tóxica a través de las aguas subterráneas que se mueven bajo el límite que separa a ambas compañías. Elnosa, que hasta 2004 fue propiedad de Ence, se encuentra en pleno proceso de desmantelamiento. Tras décadas dedicada a la fabricación de cloro para blanquear papel, una de sus materias primas fundamentales ha sido el mercurio que ahora vuelve a aflorar, coincidiendo con la demolición de los edificios en los que desarrolló su producción.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el mercurio es uno de los diez productos químicos que mayores problemas de salud plantean para el ser humano. Según esta entidad, la exposición a esta sustancia “puede causar graves problemas de salud y es peligroso para el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de la vida”. Además, es tóxico para los sistemas nervioso, inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones, los riñones y los ojos.

El visto bueno de la Xunta

El plan para desmontar Elnosa fue aprobado por el Gobierno de Feijóo a mediados de 2020. Según asegura un portavoz de la Xunta a esta redacción, la autorización se otorgó “después de comprobar que el proyecto de descontaminación era técnicamente sólido”. Ence, sin embargo, se muestra muy crítico con esa estrategia de descontaminación y se queja de que en ella no se tuvieron en cuenta los riesgos para los trabajadores de la compañía ni se previeron medidas de control para evitar que el mercurio acabase en la ría de Pontevedra por filtraciones durante su retirada.

Desde 2019 y hasta el mes pasado, Ence y la Xunta han estado intercambiado correspondencia sobre la presencia de mercurio en la parcela, sin que ninguno de los dos hayan comunicado públicamente sus preocupaciones. En uno de esos informes, remitido por la empresa al Gobierno gallego, se puede leer lo siguiente: “Resulta llamativo que no se hayan tenido en cuenta los riesgos que pudieran generarse en Ence y en sus trabajadores (...). No se comprende como en una actividad de desmantelamiento de instalaciones contaminadas no se hayan adoptado medidas de contención para evitar la afección al suelo colindante y a las aguas subterráneas en una zona con influencia mareal y de alta pluviosidad que plantea como razonable la posibilidad de que se produzcan lixiviados”.

La Xunta dice que no hay motivo para preocuparse. En respuesta a las preguntas de este periódico un portavoz oficial del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo afirma: “Hay que aclarar que la presencia de un elemento en el suelo en una concentración superior al nivel general de referencia no tiene por qué suponer un problema”.

Límite de tres horas en el Sector C

La documentación remitida en febrero a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta incluye un análisis cuantitativo de riesgos (ACR), encargado por Ence a la consultora medioambiental Tecnoambiente. Las conclusiones de ese trabajo son demoledoras y confirman “la presencia de mercurio en concentraciones superiores a los 20 mg/kg”. La zona con mayores niveles de toxicidad se ubica en la parte de la parcela de Ence que limita con Elnosa, el llamado “Sector C” del complejo.

Tecnoambiente recomienda que los trabajadores eviten presencias alargadas en ese lugar y concluye que “el tiempo máximo de un trabajador en esa zona es de tres horas al día”. Según fuentes sindicales de la compañía nadie les ha comunicado la existencia de zonas en la empresa donde deban evitarse largas estancias. Según señala Ence a esta redacción, “el Sector C es una zona de paso y acopio de materiales, en la que no se realizan labores habitualmente ni de forma prolongada. Los trabajos en esta área son inferiores a tres horas al día, por lo que no entrañan ningún riesgo”.

La compañía ha remitido un comunicado a elDiario.es en el que se muestra mucho menos contundente que en los informes que cruza con la administración gallega. Ence asegura que “nunca” ha utilizado mercurio en sus procesos y que “la presencia de dicha sustancia no puede atribuirse a su actividad”. También recuerda que toda la información de que dispone ha sido notificada “a las autoridades competentes, tanto de la administración central como de la autonómica, así como a los representantes de los trabajadores”.

Riesgo para vecinos, pescadores y bañistas

El informe que Ence ha enviado a la Xunta y al Ministerio de Transición Ecológica recoge frases literales que proceden de la redacción del proyecto de desmantelamiento de Elnosa que, en 2020, aprobó la administración autonómica. Ese texto reconocía la posibilidad de que la demolición de los edificios de la antigua factoría pudiera tener a vecinos, pescadores y bañistas como receptores de la contaminación por mercurio. El siguiente párrafo de ese documento que la Xunta vio con buenos ojos deja claro quienes eran contemplados como posibles víctimas colaterales de la obra: “Los receptores potenciales serían los trabajadores que desarrollen su jornada laboral en el emplazamiento. Fuera del emplazamiento se han contemplado los posibles efectos sobre las aguas superficiales costeras siendo los receptores potenciales usuarios del medio receptor, esto es, consumidores de pescado/moluscos y quienes realicen actividades de baño en la zona de mayor afección”.

También hace referencia a los efectos sobre los vecinos de la zona. El proyecto de desmantelamiento lo recogía en los siguientes términos: “Pese a lo improbable de la ruta, se han considerado también como receptores potenciales a los vecinos de las viviendas próximas que puedan estar expuestos a compuestos volátiles de la instalación. La principal vía de migración de los contaminantes desde el emplazamiento de Elnosa a los hábitats costeros se podría relacionar con el transporte a través de las aguas subterráneas y su descarga directa a la ría”.

En el comunicado enviado a esta redacción por Ence, la compañía dice ahora que “los niveles de mercurio detectados han experimentado un incremento en los últimos meses, si bien no ponen en riesgo a las personas (incluidos los trabajadores de la planta) ni al medioambiente, ni a la Ría de Pontevedra, ni a la actividad que en ella se realiza (pesca, baño, etc.)”.

Estudio del Gobierno central

El informe de Ence lleva la firma de Antonio Casal Lago, director territorial de la empresa en Pontevedra, y está datado el 17 de febrero de 2021. Una copia del mismo ha sido enviada al ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera. Fuentes de este departamento dicen a elDiario.es que la dirección general de Costas está estudiando toda la información remitida por la compañía y aclaran que “la Xunta de Galicia es quien fija las condiciones del desmantelamiento desde el punto de vista del análisis de riesgo de contaminación”.

El plan de desmantelamiento de Elnosa cuenta además con una licencia administrativa concedida por el Ayuntamiento de Pontevedra. Un portavoz oficial de este consistorio explica a esta redacción que esa licencia es un trámite que se concede al amparo de la autorización previa que el Gobierno gallego otorgó para toda la operación. El Gobierno municipal de Pontevedra es muy crítico con la presencia de Ence en sus costas y apuesta decididamente por el cierre de la factoría. Las mismas fuentes aseguran que Ence no les remitió el informe en el que alerta de los altos niveles de mercurio en sus terrenos: “A nosotros no nos lo enviaron, es la primera noticia que tenemos”.

Objetivo: no pagar

A lo largo de su correspondencia con la Xunta, Ence reclama que sea otro quien pague por la contaminación que ha acabado en sus terrenos y se desvincula de cualquier responsabilidad futura. En alusión al criterio de que quien contamina paga, Ence pide a la consellería de medio ambiente que sean los propietarios de la antigua Elnosa quienes asuman las tareas de descontaminación y recuperación de los suelos afectados por mercurio.

La publicación de este informe se produce en medio de un fuego cruzado en el que Ence se ha enfrentado a la Ley de Cambio Climático aprobada por el gabinete de Pedro Sánchez y que pone en tela de juicio la concesión que les permite seguir produciendo en primera línea de costa. La Xunta ha tomado partido para defender las posturas de Ence como si fueran propias, llegando incluso a amenazar con un recurso ante el Tribunal Constitucional.

En medio de la tensión generada entre los tres actores, el consejero delegado de Ence, Ignacio de Colmenares, alimentó en marzo el fuego de la polémica tras aparecer en un vídeo interno de la compañía en el que amenazaba con cerrar la empresa si la Ley de Cambio Climático salía adelante con el artículo 18 intacto, tal y como finalmente sucedió. Durante un pasaje de ese discurso, Colmenares aseguró: “En Pontevedra podemos tener un susto medioambiental mayúsculo que puede afectar a las personas”.