La portada de mañana
Acceder
El horizonte judicial de Mazón por la gestión de la DANA: los delitos de los que se le acusa
Más de la mitad de centros de crisis de violencia sexual no ha abierto a días del plazo
Opinión - Los Ayuso Amador y el poder. Por Rosa María Artal

¿Por qué la educación de nuestros hijos ha acabado tan lejos en la lista de prioridades?

El comienzo del curso no es algo que nos pueda pillar desprevenidos después de haber salvado los muebles con el confinamiento y la teledocencia. Desde hace meses las familias y la comunidad educativa venimos demandando  medidas claras que permitieran una vuelta segura y de calidad al colegio: para nuestros hijos y los docentes.

Y sin embargo nos encontramos con que han aplicado la dinámica del mal estudiante, que a última hora y de mala manera intenta cubrir el expediente encomendándose a la suerte y al esfuerzo de otros.

La “vuelta al cole” presencial es un valor irrenunciable, tanto desde el punto de vista de la garantía del derecho a la educación como por lo estrechamente ligada que está al desarrollo de nuestros hijos e hijas. Y sin embargo, este objetivo aparentemente “prioritario” e “irrenunciable” para todos se ha visto caracterizado por una única palabra: Desamparo.

Desamparo de los centros, que no han tenido ni tienen una vía de comunicación ágil con quienes tiene la autoridad para tomar decisiones, y que en lugar de tender la mano no han hecho más que poner trabas o tratar con indiferencia el esfuerzo que han hecho realizando lo imposible con sus ajustados recursos.

Desamparo de las familias, que perciben promesas vacías que no llegan a plasmarse o que llegan a destiempo y mal aplicadas.

Y sobre todo, y una vez más, Desamparo de los niños, a los que todo el mundo agradece su comportamiento ejemplar, pero que luego se vuelven invisibles para quienes deberían ser garantes de su educación y su salud física y emocional.

El Ayuntamiento de Madrid ha demostrando en esta crisis una mesura, un pragmatismo y una empatía poco común hoy en día. Con esos antedecentes las AMPAS del Asunción Rincón, Fernando el Católico, Claudio Moyano, San Cristóbal, Rufino Blanco y Decroly nos preguntamos: ¿por qué ese espíritu no parece haber calado hasta este distrito?

¿Por qué la educación de nuestros hijos, y la salud de éstos, de sus familias y de los docentes, ha acabado tan lejos en la lista de prioridades?

No hay noticia de refuerzos de personal de limpieza de los centros ni de los monitores de comedor, servicios que actualmente están desbordados.

No se han ofrecido los múltiples recursos de la ciudad para fomentar actividades lectivas en espacios abiertos ¿Qué fue de la lista de espacios públicos que nuestro alcalde solicitó a los distritos con este fin?

Se han acometido todas las medidas necesarias para ayudar a la hostelería facilitando la implantación de terrazas en espacios públicos cediendo incluso plazas de aparcamiento de residentes y sin embargo no se ha tomado ninguna medida en este sentido para descongestionar las entradas escalonadas de los centros o los patios saturados en los recreos.

¿Por qué Chamberí se queda atrás pudiendo ir más lejos?

¿Y por qué sólo nos hemos encontrado con impedimentos a la hora de comunicar con esta Junta? Nuestra voluntad era construir juntos, pero la suya parece la de jugar al solitario salvo por parte de los concejales de Más Madrid sin cuya mano tendida estas palabras no habrían llegado a este pleno.

No miren para otro lado. La falta de competencias no puede ni debe ser su leit motif, sino el de la Voluntad de Conseguir.

No necesitamos promesas, sino soluciones ágiles, concretas y consensuadas y hasta obtenerlo las AMPAs de este distrito seguiremos trabajando e insistiendo en que se atiendan estas demandas.

Firman: Ampas de los colegios Asunción Rincón, Fernando el Católico, Claudio Moyano, San Cristóbal, Rufino Blanco y Decroly