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Osakidetza conocía denuncias de filtraciones en la OPE pero no actuó hasta que el caso salió a la luz pública

Extracto del voto particular por filtraciones en los exámenes de Cardiología

Iker Rioja Andueza

“Viernes, 1 de junio”, repitió por dos veces el consejero de Salud, Jon Darpón, en su comparecencia del pasado miércoles en el Parlamento Vasco, la segunda desde que estalló la crisis por el presunto fraude en la OPE de Osakidetza, concretamente por las posibles filtraciones de exámenes en las categorías de especialidades médicas. Darpón situó ese día como el primero de un “cronograma” de hitos de esta polémica. En efecto, ese día este periódico y la Cadena Ser publicaron las primeras informaciones sobre las irregularidades y LAB envió un escrito al respecto tras la elaboración de un informe estadístico. El 2 de junio, apostilló el consejero, ya se adoptaron las primeras medidas, una muestra de “celeridad” para esclarecer las denuncias. Pero Darpón omitió que 48 horas antes de ese primer día de junio ya habían decidido dar carpetazo a una petición reiterada y documentada de investigar lo ocurrido en las pruebas de Cardiología, especialidad en la que desde el 24 de abril había denuncias de filtraciones. Sólo el 4 de junio, con el caso ya en los medios y propagado también a Angiología o Anestesia, se incoó un expediente de investigación que ha culminado con la decisión de repetir la prueba práctica de Cardiología.

Según la documentación oficial a la que ha tenido acceso eldiarionorte.es, obrante en los expedientes internos de Osakidetza y que ha sido trasladada también a la Fiscalía, que analiza lo ocurrido en la OPE a instancias de varios sindicatos como LAB o ESK, el responsable de Cardiología del hospital Universitario de Álava, el doctor Ángel Loma-Osorio, planteó ya el 24 de abril, un mes antes de la celebración del examen, que las filtraciones eran moneda corriente en ese tipo de exámenes. Loma-Osorio, miembro del tribunal evaluador, fue comisionado por el Instituto Vasco de Administración Pública para realizar el examen teórico (65% de la nota) de manera aparentemente confidencial y planteó que en la segunda prueba, la práctica (35%), se repitiese la fórmula para que el tribunal se librase de las presiones que él había detectado en otras OPE anteriores y que habían derivado en chivatazos para beneficiar a aspirantes muy concretos.

Unos días después, el 27 de abril, Loma-Osorio fue así de claro en un correo electrónico remitido a la presidenta del tribunal de Cardiología, la doctora Luisa María Díez Azurmendi, directora de la OSI Alto Deba:  “Lamento decir que tengo razones fundadas para creer que parte del tribunal de la OPE del que formamos parte tiene intención de compartir el material generado para la segunda prueba con vistas a una filtración selectiva”. 

Quedaban unas tres semanas para el examen. A mediados de mayo se hizo la prueba y los resultados fueron, de largo, los más llamativos de todos los puestos bajo sospecha en esta investigación. En la parte práctica, de dificultad elevada, hubo 22 exámenes perfectos, sin fallos, de 100 puntos. Eran tantos como plazas ofertadas y la diferencia con el pelotón de aspirantes era abismal. 

Como ya es conocido, Loma-Osorio presentó un voto particular al acta que proclamaba las notas y fue apoyado por otra vocal del tribunal, la doctora Izaskun Obieta. Pidió sin éxito suspender el proceso por la evidencia de filtraciones sin más apoyos que el de Obieta. El doctor plasma sus quejas en otro 'email' dirigido a la presidenta del comité evaluador en el que no sólo habla del problema, sino del origen del fraude y de cómo parte del tribunal se reunió de manera extraoficial para pactarlo: “Supongo que serás consciente de que si en la votación de mi última propuesta todos menos Obieta votaron en contra es porque todos están implicados en la filtración […]. El correo del 27 de abril fue porque a la salida de la primera reunión (24 de abril), hubo una reunión entre todos ellos en la que establecieron este propósito […]. Pienso que la única salida honrosa es que el tribunal proponga a la dirección de personal la anulación del segundo ejercicio. Si persuades al secretario, con mi voto, el de Obieta y tu voto doble rompemos el empate” […] Si no te convence, ofreceré a la directora general mi nombramiento como vocal y Obieta hará algo parecido“.

¿Qué ocurrió? Unos días después -y 48 horas antes del 1 de junio- el director de Recursos Humanos de Osakidetza, Juan Carlos Soto, la presidenta del tribunal de Cardiología y otra alto cargo que semanas después sería clave en las investigaciones de las irregularidades de la OPE mantuvieron una reunión con Loma Osorio. Era 30 de mayo y le transmitieron no ya que no tenía pruebas, sino que ni siquiera había base para iniciar una investigación.

Así las cosas, el 31 de mayo Loma Osorio y Obieta dimitieron. Quedaban pocas horas para que estallase la crisis mientras España cambiaba de Gobierno con una moción de censura. Sin embargo, ese 1 de junio la investigación anunciada por Osakidetza se limitaba a la categoría de Angiología. Sólo unos días después, el cardiólogo concedió una entrevista a este periódico. “Estaba en el tribunal de Cardiología. He observado cosas que comprometen seriamente la justicia y la igualdad de oportunidades en una OPE. Estoy comprometido con esta organización y defenderé su prestigio”, declaró. A las 24 horas, Osakidetza decidió enmendar su decisión y abrir una investigación en Cardiología -y en Anestesia, que se sumaban a Angiología- y paralizar de manera cautelar la proclamación de resultados.

El informe de ese expediente informativo, ya concluido, asegura que la apertura se produjo por el “voto particular” emitido por Loma-Osorio y Obieta en mayo y en ningún momento se alude a las reuniones que siguieron a aquellos días o a que no se diera curso a las denuncias. Osakidetza asume que, estadísticamente, las notas no se ajustan a una distribución “normal”, pero remarca que “no se han obtenido pruebas que pongan de manifiesto filtración alguna”.

Pese a todo, Soto recomendó al tribunal la posibilidad de repetir la OPE en esta categoría. El comité, finalmente, optó por hacerlo sólo en su segunda parte, la de los 22 exámenes perfectos. En la nueva convocatoria, que se celebrará a finales de año -si no hay recursos judiciales que la bloqueen- el comité evaluador será exactamente el mismo sobre el que pesan las sospechas de filtraciones.

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