Señor Tebas: “Los nazis son los que discriminan”

Permítame transmitirle mi visión sobre el fútbol y el deporte en esta breve carta. Siento la obligación de compartir con usted mi preocupación ante la actuación de la Liga en el Partido Rayo Vallecano VS Albacete.

Quizás se pregunte por qué motivo una diputada del Congreso contacta con usted. Pues bien, ahí es donde empieza seguramente nuestra discrepancia. El fútbol y el deporte también son política. Por tanto, una institución como la Liga o un club deportivo, del mismo modo que deciden cuáles son los derechos laborales de sus trabajadores, evidentemente también se pueden posicionar en contra de vulneraciones flagrantes de derechos humanos. De hecho, según mi punto de vista, deben hacerlo.

Contratar a un jugador aunque esté relacionado con el nazismo, permitir insultos racistas, homófobos o machistas, prohibir la entrada de esteladas o intentar silenciar pitidos a un himno es totalmente político. Constantemente deben tomar decisiones políticas que tienen un impacto directo para millones de espectadores.

En el partido Rayo VS Albacete, usted podía decidir en qué lado estaba: con la impunidad del fascismo o con el antifascismo. Y optó por lo primero. Llamarle “nazi” a un jugador que ha compartido públicamente fotografías de apoyo a un grupo nazi de Ucrania no supone una discriminación. Es una simple observación de la realidad. Usted lo comparó con no querer a homosexuales en un equipo, pero la realidad es que los homosexuales son discriminados y los nazis son los que discriminan.

Al fascismo se le combate señalándolo, desmintiéndolo y aislándolo. Aquellos que lo toleren y que lo victimicen contribuirán a legitimarlo. Si usted se considera demócrata, debería rectificar su posición. Si se considera demócrata, debería ser antifascista.

Sus decisiones tienen un impacto global, sea consciente de ello. Si hubiese actuado cuando los ultras del Betis en 2015 cantaban a favor de Rubén Castro (condenado por violencia machista), hubiese defendido los derechos de las mujeres. Si hubiesen actuado cuando en 2006 Eto’o recibió ataques racistas, hubiese defendido los derechos de las personas racializadas. Si hubiese actuado cuando requisaron una camiseta con el mensaje “llibertat presos polítics” en el partido Barça-Valencia de la Final de la Copa del Rey, hubiese defendido el derecho a la libertad de expresión. Y así, con muchísimos más ejemplos difíciles de contabilizar.

El deporte debe aglutinar las distintas sensibilidades políticas. Por ello, le pido que escuche a los antifascistas bukaneros, que se disculpe públicamente por sus declaraciones o que dimita. Por mi parte, como representante electa, tengo la obligación de desenmascarar al fascismo y de destruirlo ahí donde esté. Sea en las calles, sea en el Congreso de los Diputados o sea en un partido de fútbol.

Atentamente,

Marta Rosique i Saltor