El juez impone a Rubiales una orden de alejamiento sobre Jenni Hermoso y le impide comunicarse con ella

Elena Herrera

15 de septiembre de 2023 13:03 h

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El juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso de presunta agresión sexual y coacciones por parte de Luis Rubiales a Jenni Hermoso ha prohibido al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) acercarse a menos de 200 metros de la jugadora y comunicarse con ella mientras avanza la investigación. Rechaza, sin embargo, la petición del Ministerio Público de que Rubiales tuviera que comparecer cada 15 días en el juzgado. Tampoco accede a la solicitud de la abogada de la futbolista, que ejerce la acusación particular, de embargar de forma preventiva los bienes del exdirigente federativo.

La decisión del juez Francisco de Jorge ha tenido lugar tras la declaración de Rubiales como investigado en el marco de la causa abierta por el beso no consentido que impuso en la boca a la jugadora tras el triunfo de la selección española femenina en el mundial de Australia y las supuestas coacciones a las que sometió a la víctima para que respaldara su versión de que el beso fue un un gesto de complicidad entre dos amigos. Rubiales ha contestado durante 45 minutos a todas las partes personadas y ha negado la falta de consentimiento y que hubiera hostigado a la futbolista, informan varias fuentes presentes en el interrogatorio. Ha llegado acompañado de su abogada, Olga Tubau, y ha declinado hacer declaraciones a los periodistas.

La abogada de Hermoso, Carla Vall, ha asegurado a los medios que la comparecencia del expresidente de la RFEF “afianza las bases” de lo sostenido hasta la fecha por la jugadora. Esto es, que no fue un beso consentido. “Todo el mundo vio las imágenes. Y gracias al cambio legal y social podemos sostener que hubo una falta de consentimiento por parte de Rubiales”, ha añadido. Vall ha afirmado también que Hermoso está “afectada” por “el acto humillante que vivió en el estadio” y ha pedido “un trato adecuado para sostener emocionalmente este proceso”. 

La futbolista todavía no ha sido citada a declarar, pero ha dejado claro en varios pronunciamientos públicos que el beso no fue consentido. Minutos después de que se produjera, expresó en un vídeo grabado en el vestuario que no le había gustado. Y en un comunicado posterior afirmó que se había sentido “vulnerable” y “víctima de una agresión” como consecuencia de “un acto impulsivo, machista, fuera de lugar” y “sin ningún tipo de consentimiento” por su parte.

En su querella, el Ministerio Público considera que ese beso que Rubiales impuso en la boca a la futbolista mientras le agarraba la cabeza con las dos manos es constitutivo de un delito de agresión sexual previsto en el artículo 178 del Código Penal. Este precepto prevé penas de uno a cuatro años de prisión en el caso de las agresiones sexuales en las que no media intimidación, violencia o anulación de la voluntad, aunque el órgano sentenciador puede imponer la pena de prisión en su mitad inferior (de un año a dos años y medio) o multa de dieciocho a veinticuatro meses atendiendo a “la menor entidad del hecho y a las circunstancias personales del culpable”. 

Pero, además, la fiscal considera que Rubiales cometió también un delito de coacciones —previsto y penado en el artículo 172— por la “presión constante y reiterada” a la que él mismo y su entorno sometieron supuestamente a Hermoso y sus familiares y amigos para que justificara y aprobara públicamente un hecho cometido “contra su voluntad”. La fiscal, basándose en el testimonio de la víctima, entiende que ésta sufrió “una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente”.

El pasado lunes, el Juzgado Central de Instrucción 1 de la Audiencia Nacional, del que es titular Francisco de Jorge, apreció indicios suficientes de delito en la querella de la Fiscalía y decidió admitirla a trámite iniciando así la investigación. El juez reclamó a varios medios, entre ellos RTVE, los vídeos del beso forzado “desde todos los ángulos”, así como de los instantes previos y posteriores, incluidos los de la celebración en el vestuario y el autobús. 

Algunos de esos vídeos han formado parte de la estrategia de defensa de Rubiales ante la FIFA, a donde remitió imágenes en las que se ve a las jugadoras —Hermoso entre ellas— celebrando su histórica victoria en el bus y haciendo algunas bromas sobre el beso forzado del ya exdirigente a la futbolista, que ya había expresado en el vestuario que el beso no le había gustado y que explicó después en un comunicado que la situación le había supuesto un “shock” por el contexto de celebración.