Esta pensión representa representa una ayuda indispensable para todas aquellas personas que no han cotizado.

Esta pensión representa representa una ayuda indispensable para todas aquellas personas que no han cotizado.

Sociedad

La Seguridad Social lo confirma: si eres ama de casa, puedes solicitar esta pensión de 500 euros mensuales

Según los últimos datos del INE, en el cuarto trimestre de 2023, 2,8 millones de mujeres en España se dedicaban solo a tareas del hogar sin remuneración.

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Durante años, miles de personas, especialmente mujeres, han sostenido sus hogares sin recibir salario ni reconocimiento legal o social por su labor. Su trabajo ha sido esencial, aunque invisibilizado dentro de los sistemas formales de protección.

Las tareas domésticas, como cuidar a los hijos, atender a personas mayores, limpiar o cocinar, han sido fundamentales para mantener el equilibrio familiar y social. Sin embargo, pese a su valor, históricamente no se han reconocido como una forma legítima de empleo.

Como resultado, muchas de estas personas llegan a la vejez sin derecho a una pensión contributiva, al no haber cotizado a la Seguridad Social. Una realidad injusta que refleja la deuda pendiente con el trabajo doméstico no remunerado.

Una solución indispensable 

Ahí es donde entran en juego las pensiones no contributivas, una herramienta esencial del Estado para atender a las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica y no cumplen con los requisitos para acceder a una pensión contributiva.

Estas prestaciones representan un salvavidas para muchos ciudadanos y ciudadanas que, a pesar de no haber trabajado formalmente, han contribuido al tejido social de manera constante y silenciosa.

Las pensiones no contributivas son prestaciones económicas que el Estado ofrece a personas que no han cotizado lo suficiente o que, directamente, nunca lo hicieron.

Su objetivo es garantizar un ingreso mínimo que permita cubrir necesidades básicas, evitando así situaciones de exclusión social en la vejez o en casos de discapacidad.

Aunque dependen de la Seguridad Social, estas pensiones están gestionadas directamente por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso).

En el año 2024, la cuantía de la pensión no contributiva asciende a 7.250,60 euros anuales, lo que se traduce en 14 pagas de 517,90 euros cada una.

Esta cantidad no es fija en todos los casos, ya que puede ajustarse en función de las circunstancias personales y familiares del solicitante.

No obstante, es importante aclarar que estas pensiones no se conceden de forma automática. Para poder acceder a ellas es necesario cumplir con una serie de requisitos relacionados con la edad, la residencia y, sobre todo, con la situación económica del solicitante.

Amas de casa y pensiones

Uno de los colectivos que más se beneficia de este tipo de prestación es el de las amas de casa, especialmente aquellas mujeres que, por razones sociales o familiares, dedicaron su vida al trabajo doméstico sin retribución.

Aunque su labor ha sido esencial para el cuidado de generaciones y el mantenimiento del hogar, muchas de ellas se encuentran en la vejez sin haber cotizado nunca o solo de forma muy esporádica.

Si bien el rol de ama de casa ha sido tradicionalmente desempeñado por mujeres, hoy en día puede aplicarse a cualquier persona que asuma esas responsabilidades. Sin embargo, las mujeres de generaciones anteriores siguen siendo el grupo más numeroso que encaja en este perfil.

Para estas personas, las pensiones no contributivas son una vía legítima para recibir el apoyo económico que merecen.

Requisitos para acceder a una pensión no contributiva

Para poder acceder a esta ayuda, las amas de casa deben cumplir con una serie de requisitos establecidos por la legislación vigente. En primer lugar, es necesario haber alcanzado la edad mínima de 65 años al momento de presentar la solicitud.

Asimismo, se exige haber residido en España durante un periodo mínimo de diez años, siendo imprescindible que al menos dos de esos años hayan sido consecutivos e inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud.

En cuanto a la situación económica, los ingresos anuales no deben superar ciertos límites, que varían según el número de personas que conviven en el hogar. Si la solicitante vive sola, el máximo permitido es de 7.250,60 euros.

En caso de convivir con otra persona, el umbral asciende a 12.326,02 euros; si son tres, se eleva a 17.401,44 euros; y si el hogar está compuesto por cuatro o más miembros, el tope alcanza los 21.032,08 euros anuales.

Además, cuando en el núcleo familiar conviven ascendientes o descendientes directos del solicitante (como hijos o padres), los límites económicos se amplían considerablemente.

En estos casos, si hay dos personas en el hogar, el umbral de ingresos se eleva a 28.834,30 euros anuales; si son tres, a 40.707,25 euros; y si el número de convivientes es de cuatro o más, el tope alcanza los 52.580,20 euros al año.

Una herramienta de justicia 

Las pensiones no contributivas no solo representan una ayuda económica, sino que también actúan como una forma de reconocimiento institucional a quienes, sin haber pasado por el mercado laboral formal, han contribuido de manera esencial al bienestar de la sociedad.

En particular, suponen una medida de justicia para tantas mujeres que, al llegar a la vejez, merecen una vida digna tras décadas de trabajo no remunerado.

Reconocer el trabajo en el hogar implica valorar una contribución real a la sociedad. En este contexto, las pensiones no contributivas representan un mecanismo importante para ofrecer apoyo a quienes han dedicado su vida a estas labores sin haber cotizado formalmente.