Fue una tarde emocionante. Repleta de abrazos, lágrimas, esperanza y reivindicaciones. Caixa Fórum acogió este lunes la entrega de los premios 'Protección a la Infancia', entregados por la Fundación Guido Fluri y las asociaciones ANIR, AVA y Lulacris. En una semana en la que todos los obispos se encuentran en Madrid reunidos en Asamblea Plenaria, el último galardón se concedió al papa Francisco, que envió un videomensaje animando a las víctimas a “seguir luchando para evitar toda injusticia”. El premio lo recibió en su nombre el presidente de los religiosos españoles, Jesús Díaz Sariego, y no un obispo, porque los representantes de la Conferencia Episcopal llegaron más tarde.
“Dicen que un premio es un reconocimiento. A mí me gusta pensar más bien que es un desafío para que uno haga lo que el premio dice y seguir adelante. Gracias por lo que hacen ustedes. Y yo los acompaño. Gracias por seguir luchando para evitar toda injusticia, todo uso de las personas. Sigan adelante, que vale la pena luchar porque se ven los frutos. Que Dios los bendiga. Recen por mí que yo lo hago por ustedes”, subrayó Francisco en su alocución.
En la ceremonia también fueron reconocidos, entre otros, el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo; el chileno Juan Carlos Cruz, víctima de abusos y único laico miembro de la Comisión Antipederastia del Vaticano. Además, recibieron el galardón los periodistas de elDiario.es Iker Rioja –director de la delegación del periódico en Euskadi– y Jesús Bastante, responsable de la información religiosa. Rioja
En nombre del Gobierno, intervino la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, quien agradeció a las víctimas y supervivientes, “cuya mirada nos empuja a seguir trabajando”. “Hay que sacar la violencia contra la infancia del ámbito privado, y ponerlo en el centro del debate público, como el problema que sabemos que es”.
Sira Rego: "Vuestras historias son nuestro fracaso. Como representante de nuestras insittuciones os pido perdón. Las instituciones os deben una disculpa”
“Queremos que los niños y las niñas sean escuchados sin miedo y sin revivir sus traumas”, reclamó la ministra, quien invitó a trabajar por una “justicia amigable”, que tenga el valor de poner a la infancia en el centro, y considerarla como sujeto de derechos. Rego quiso agradecer especialmente a los que contaron su historia, a quienes no fueron creídos, a quienes no encontraron su espacio para expresarse. “Vuestras historias son nuestro fracaso. Como representante de nuestras insittuciones os pido perdón. Las instituciones os deben una disculpa”.
Por su parte, el Defensor del Pueblo, también galardonado (y que este jueves presentará su informe antipederastia ante el Pleno de Congreso), agradeció a los organizadores del acto su celebración, y especialmente a la familia Cuatrecasas. “No dejéis de pelear, os tengo mucho que agradecer”. “Gracias a todas las víctimas sin excepción. Una sociedad muestra su verdadero rostro en el modo en que escucha a los niños y a los más vulnerables”.
Ángel Gabilondo: "Una sociedad muestra su verdadero rostro en el modo en que escucha a los niños y a los más vulnerables"
“Va por las víctimas, va por ellas”, destacó Gabilondo, que resaltó que “es importante hablar de las víctimas, hablar con ellas, pero mucho más crear las condiciones para que ellas puedan hablar en libertad. Necesitan acciones concretas”, aseguró. “Escuchemos lo que dicen las víctimas”, concluyó, dejando hablar, en su discurso, a los testimonios de supervivientes que aparecen en el informe del Defensor.
Juan Carlos Cruz, víctima de abusos y denunciante del caso Karadima, y único laico presente en la Comisión Antiabusos del Vaticano, recogió su premio invitando a “levantar su voz” para romper con la invisibilidad. También las de las familias, “que sufren horrorosamente por la situación de sus familiares y amigos”. “En Chile logramos que los crímenes contra los menores no prescribieran”, recordó.
Juan Carlos Cruz: "No dejaremos de estar presentes hasta que la última víctima no reciba la justicia que merece, sin que tenga que mendigar justicia"
“No dejaremos de estar presentes hasta que la última víctima no reciba la justicia que merece, sin que tenga que mendigar justicia”, recalcó Cruz, quien lanzó un aviso “a los obispos del mundo, y especialmente a los obispos españoles, de que no vamos a desaparecer” clamó. “A lo mejor no será uno de nosotros, pero vendrán otros. Y no dejaremos de estar presentes hasta que la última víctima no reciba la justicia que merece, sin que tenga que mendigar justicia”.
Abrió el fuego la familia Cuatrecasas. Juan, padre de la víctima del caso Gaztelueta, denunció “la dejación e irresponsabilidad” que cimentaron “la impunidad, la realidad silenciada y el ocultamiento” que sufrieron durante décadas las víctimas. Al lado, su hijo Juan, uno de los supervivientes y ejemplo del coraje de las víctimas. “Tenemos kilómetros de vía, aunque el tren aún no ha comenzado a arrancar”, clamó Cuatrecasas. “No somos héroes ni heroínas. Esta denuncia es un derecho”, finalizó.
El cardenal de Madrid, José Cobo, y el arzobispo de Pamplona, Florencio Roselló, llegaron al acto en el momento en que se entregaba el galardón a Francisco. “Los cambios institucionales son más lentos de lo que parece, pero si en algo es merecedor el papa Francisco es en haber iniciado procesos”, aseguró Cobo. El cardenal agradeció que Bergoglio se pusiera “a la vanguardia, para que en la Iglesia también aprendiéramos algo. Primero, a creer a las víctimas”, lanzó. “El Papa nos ha hecho caer en la cuenta de vuestro dolor para que hagamos una Iglesia y un mundo mejor gracias a vosotros”, aseguró.
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