Así se construye la vida en directo de 'GH VIP 8': nos colamos con el Súper en la casa durante su estreno en Telecinco

Los concursantes de 'GH VIP 8', desde la cruz de cámaras de la casa

Adrián Ruiz

16 de septiembre de 2023 19:45 h

Vuelve la vida en directo, vuelve Gran Hermano. Después de cuatro años de forzoso parón, el reality regresa a la parrilla de Telecinco con las pilas cargadas. Y lo hace de la mano de un GH VIP 8 con una voluntad de renovación que, de momento, sólo se ha percibido a través de la figura de Marta Flich -que toma las riendas del programa en sustitución de Jorge Javier Vázquez-, y de unos concursantes de perfiles diversos cuya condición de 'famosos' está cogida, en más de un caso, con muchos alfileres.

También a través de una casa que se tiró abajo casi por completo para ser reconstruida con nuevas estancias y una reformulada distribución. verTele tuvo la oportunidad de comprobarlo en primera persona el pasado jueves, durante un momento clave: el esperado estreno de la octava edición del formato, cuya gala anotó un mínimo histórico de audiencias con el que, paradójicamente, logró plantar cara en prime time a sus rivales en las otras cadenas.

Desde las entrañas del inmueble, este medio descubrió todos los secretos y entresijos de un equipo de Zeppelin TV que, después de 23 años, funciona como un reloj para ofrecer al espectador la emisión de un show que, cual transatlántico de la producción audiovisual, sigue navegando contra viento y marea por las revueltas aguas de nuestra televisión.

Entramos en la nueva casa de 'GH VIP' con el Súper

A poco más de una hora en coche de Madrid, y después de esas famosas tropecientas curvas que, año tras año, tanto nombran los mareados concursantes (a los que ahora entiendo), se encuentra la emblemática casa de Gran Hermano. Esta se ubica desde la segunda edición del formato [la primera, en la que compartieron convivencia Ismael Beiro y compañía, se encontraba en Soto del Real] en el municipio madrileño de Guadalix de la Sierra. Allí, en un complejo de naves completamente aislados de la sociedad, se halla ese conjunto de platós en los que se levanta la vivienda más popular de la pequeña pantalla.

A nuestra llegada al lugar, comprobamos desde el primer momento que la tensión y el nerviosismo se palpaba en el ambiente. Decenas de coches, limusinas y camiones de la producción atiborraban un terraplén que funcionaba a modo de parking. De uno de esos vehículos se bajaba la colaboradora Belén Rodríguez y el presentador de Así es la vida César Muñoz, dispuestos a participar en una dinámica de la gala en la que, más tarde, se implicarían también algunos de los medios invitados.

Instalamos nuestro 'campamento base' en una instalación anexa al inmueble que en el pasado se usó como apartamento [o como aquel fallido Contraclub de GH 17] y que ahora funciona como almacén. Acto seguido, procedimos a ver antes que nadie la nueva casa del programa de la mano del mítico Súper. Detrás de esa misteriosa figura 'se esconde' Floren Abad, quien también ejerce como productor ejecutivo del formato. A este le acompañó durante la visita Agus Cantero, director de Imagen de Banijay Iberia, para aportar también algunos datos de la nueva construcción.

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Esta está compuesta por 750 metros cuadrados de casa y jardín en el que trabajan a diario un equipo humano de 180 personas. Todos ellos, ayudados de 64 cámaras -56 robotizadas y 8 de estudio- y más de 140 micrófonos. Al lado, otras naves en las que se encuentran las oficinas de la productora, camerinos, comedor y un control de realización que durante las emisiones es un búnker cerrado a cal y canto para preservar la concentración de sus trabajadores.

En lo que a la vivienda se refiere, Abad explica que se ha diseñado dividiéndola en tres partes: una correspondiente al 'pasado', otra para el 'presente' y una última para el 'futuro'. Se trata de una novedosa distribución que marcará el devenir de la nueva edición del reality y sus pruebas semanales. Para ir de una zona a otra, tres ascensores a través de los cuales “viajarán en el tiempo”: “Es nuestro Delorean. Con el ascensor se puede ir a distintas épocas, a distintos momentos de tu vida, a distintos momentos de la Historia. Esto irá unido a pruebas, a sentimientos... '¿Cómo te encontrabas el 4 de agosto de mil novecientos...?”, avanzaba el responsable antes de desvelarnos la caverna que se ha recreado para la primera semana de concurso.

En el presente se encuentra la casa en la que convivirán los 18 concursantes durante los próximos tres meses. Esta ha sido diseñada con dos principales objetivos. El primero, que tenga mucha más luz natural. Para ello, casi todas las estancias de convivencia tienen acceso directo a los dos jardines que dividen todo el lugar. En uno de ellos se encuentra el confesionario, al que no pudimos acceder para mantener la sorpresa hasta el arranque de la gala.

El segundo, que ofreciese a los concursantes diferentes rincones de intimidad: “Lo que hemos intentado es que haya muchos espacios en los que ellos puedan estar de una manera íntima hablando. Por ejemplo, el vestidor tiene su propia puerta, es como un confesionario para ellos, un sitio de confidencias...”, aclara el Súper, que junto a Agus Cantero reivindica la utilización de materiales reales de obra para otorgar a la vivienda un mayor realismo.

“La casa tiene una cosa particular: es un decorado que se ha tratado como si fuese una casa”, dice el director de Imagen de la productora mientras muestra una ducha hecha con cerámica que, sin micros ni cámaras, jamás verán los espectadores. La idea es que sus habitantes se sientan tan a gusto que 'se olviden' de que están en un programa de televisión.

La casa está hecha con materiales de construcción, no se trata como un plató. Hay detalles que sólo lo van a disfrutar los concursantes, por cámara no se van a ver. Hay maderas, cerámicas... Está lleno de detalles que no se apreciarán pero que el concursante lo va a notar”, señala Cantero, que recuerda que “siempre que vemos un espejo, hay una cámara detrás”.

La gala de estreno, desde la 'cruz de cámaras' de la casa

Precisamente, detrás de esos espejos nos colocamos durante varios momentos de la noche para disfrutar de la entrada de los concursantes desde la famosa 'cruz de cámaras'. Se trata de un conjunto de pasillos entre las diferentes habitaciones en los que se colocan los operadores de cámara para ofrecer cada detalle de cada gala y de cada minuto del Canal 24 horas del reality. Desde esas entrañas, asistimos a la llegada a la casa en limusina de VIPS como Karina, Oriana Marzoli o Pedro García Aguado.

Todos ellos ingresaron en la casa a través de una alfombra roja en la que algunos compañeros de la prensa, y los mencionados rostros de Mediaset, le lanzaban algunas preguntas sobre las sensaciones que le invadían el cuerpo a escasos segundos de arrancar la aventura. Hasta ese momento, todos los participantes permanecen aislados, sin verse entre ellos.

La productora mantiene el secreto hasta el final, escondiéndolos entre sí en diferentes habitaciones de la nave o en los coches que se encontraban en el exterior de la misma. El equipo se encarga de que ni siquiera coincidan en esos días en los que son citados para hacerse las fotos promocionales del concurso. “Y si van a coincidir, se les tapa los ojos para que no se vean”, nos cuentan. Además, fuimos testigos de cómo la producción se refiere durante la noche a cada participante con un pseudónimo asignado previamente para que su identidad no fuese revelada, ni filtrada, hasta su entrada en la casa.

Sin embargo, Zeppelin TV nos dio la oportunidad de poner rostro antes que nadie a sólo uno de los concursantes: Laura Bozzo, quien amablemente nos concedió una larga entrevista antes de entrar en GH VIP 8 e iniciar así su “conquista europea” tras triunfar durante muchos años en la televisión americana. “Decidí abrirme a este reto, porque es un reto, ya que no hay mucho público que me conozca a mí, conocen el 'desgraciado', todo eso, pero nadie conoce ni mi labor social, ni las cosas que hemos hecho, ni los cambios que hemos hecho en la vida de tantas miles de personas”, declaró la presentadora peruana.

No fue la única que quiso atender a los medios. Rodri Fuertes, exconcursante de GH 17, ex de Adara Molinero y actual pareja de Marta Castro, participante de la presente edición del formato, también se pasó por el 'apartamento' para desvelar algunos de los consejos que le dio a la influencer antes de su entrada en la casa: “Que sea ella misma, porque al final ella, que no es conocida, es lo que tiene que hacer. Que lo viva desde el primer día. A mí me costó mucho acostumbrarme a las cámaras y a todo lo que hay ahí. Desde que entres hasta que salgas disfrútalo porque luego pasa rápido y se acaba”, declaró el joven.

Entre tanto y tanto, pudimos ver la gala a través de una pantalla en la que, gracias a una momentánea señal con plató que no se emitía por televisión, comprobamos cómo Marta Flich se encontraba muy concentrada y entregada durante su gran puesta de largo. “¿Qué tal voy de tono? ¿Sueno muy estridente? ¿No? ¡Perfecto!”, preguntaba a su director en el plató ubicado en los estudios de Fuencarral. Todo iba en orden en Telecinco.

El control de realización, un 'búnker' durante las galas

El único sitio al que no pudimos acceder durante la visita fue el mencionado control de realización de Guadalix, que durante las galas echa el cerrojo para que sus trabajadores se centren al 100% en las emisiones. Son el motor del programa desde la Sierra y nada puede fallar. Al timón se encuentra la realizadora Marta Fernández de Bobadilla, quien quiso compartir sensaciones con la prensa al término del esperado estreno, pasadas ya las dos de la madrugada. El cansancio se notaba en su rostro, pues la noche anterior habían acabado a las 6 de la mañana los ensayos del encendido de la nueva casa.

“Nosotros nos coordinamos con un ayudante de realización, que es el que lleva las comunicaciones en Fuencarral, que a su vez tiene otro ayudante que está en continua comunicación con nosotros para decirnos cuándo entramos, cuándo no, cuándo la escaleta por tiempos cambia, se saltan puntos, que hoy ha pasado mucho... Porque hay que ir en tiempo para ir a publi y para volver”, desvela la responsable, cuyo homónimo en plató es Juan Salgueiro, director de GH VIP con el que está en permanente contacto.

Fernández de Bobadilla desvelaba que lo importante en la puesta de largo no son sus ojos, sino sus oídos: “En el día de hoy, no son tanto las pantallas como las voces. Me refiero a los concursantes, porque aunque son gente conocida, las voces son la primera vez que te enfrentas a ellas y son tantísimos que dices: '¿Quién ha hablado?'. Eso nos pasa la primera semana. Tienes de entrada un plano más general pero hay veces que no sabes quién es. Hasta que no llevas dos días haciéndolo y realizando no lo pillas. Luego los oyes y sabes quiénes son perfectamente, e incluso los conoces como si fuesen tus hijos”, declara.

Finalmente, antes de despedirnos, la realizadora nos sorprende, explicando que su trabajo por esta noche no acababa ahí: “Yo ahora llego a casa y veo la gala y me enfado. Soy muy autocrítica. En la primera gala veo errores por todos lados, porque es la primera vez. A nosotros nos gusta que lo que hemos ensayado o cómo tú lo tenías planificado en la cabeza salga. Muchas veces no sale porque tienes que coordinar muchos departamentos y porque las primeras veces estamos todos con la lengua fuera, pero poquito a poquito, a base de ver la gala luego en casa, voy viendo lo que me ha faltado, lo que nos ha faltado como equipo, y la siguiente vez sale mejor seguro”, promete. Y nosotros, tras ver como trabaja toda la maquinaria, nos lo creemos.

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