Arqueología en el Sáhara: túmulos (I)

Ya en el primer capítulo de arqueología en el Sahara comentamos que esta ha sido la tercera campaña, entre el 26 de octubre y el 2 de noviembre de 2019, de prospecciones y estudio de los vestigios prehistóricos existentes en las inmediaciones de Aousserd, en el antiguo Sahara español. El equipo multidisciplinar, formado por 11 personas, tuvo como objetivo principal el registro y el estudio del rico y variado patrimonio cultural y natural que atesora este enorme territorio. El fin último del proyecto es la musealización de un Centro de Interpretación que la Asociación Cultural Nature Iniciative posee en esta zona. La idea y la ilusión de los miembros de esta organización no es otra que poner en valor este rico y variado patrimonio mediante la realización de rutas guiadas que, al mismo tiempo, facilitarán la vigilancia y protección de los yacimientos.

La gran estrella arqueológica de esta campaña fue, sin ningún género de dudas, los cientos de túmulos y amontonamientos de piedras dispersos por todo este gigantesco espacio que, a pesar de su aparente hostilidad e inhabitabilidad, ha sido ocupado por numerosos pueblos y culturas que han dejado su huella perene en el terreno que vivieron y murieron. Los túmulos, muy raramente, están aislados, sino que, por lo general, forman extensas concentraciones que suelen emplazarse en la parte superior de pequeñas elevaciones, de tal forma que son perfectamente visibles desde la lejanía. Conforme te acercas a ellos se van convirtiendo en más grandes e interesantes, apareciendo más y más, hasta agobiarte. Para que se hagan una idea de esta arrolladora presencia, el 28 y 29 de octubre estuvimos todo el día viendo y estudiando túmulos y más túmulos. Y esto no quiere decir, ni muchísimo menos, que los inventaríasemos todos, dejando sin documentar tantos, o más, como tuvimos la fortuna de contemplar. Esta tarea se continuará en próximas campañas.

En el estado actual de la investigación arqueológica no podemos precisar el momento de su levantamiento, aunque, claramente, se adivinan hasta tres o cuatro momentos y tipologías bien diferenciadas, cuya antigüedad podría ser de unos 5.000-6.000 años. Generalmente, su planta es circular u oval, si bien encontramos algunos con formas más irregulares. Entre los más interesantes y llamativos destacan unos amontonamientos de los que parten unos muros que pueden ser rectos (antenas) o semicirculares (cuernos) que, en este último caso, podrían relacionarse con cultos lunares. Son tan grandes que es muy complicado tomar una vista completa del túmulo y las paredes. A veces, se detectan claras asociaciones entre un gran túmulo y otros amontonamientos mucho más pequeños dispuestos en una orientación muy concreta.

El desierto del Sahara, al menos en la parte que hemos recorrido, es un inmenso cementerio con tumbas de numerosos períodos de la Historia de la Humanidad. A veces, te encontrabas pequeñas estructuras de piedras hincadas muy sencillas y solitarias en las que se han enterrado personas, recientemente, que encontraron la muerte en lugares aislados, alejados de la civilización, y sin posibilidad de ser trasladados a cementerios. Un claro recordatorio de dónde nos encontramos y de las condiciones extremas que pueden llevar a un desenlace fatal en múltiples circunstancias imprevistas.

Felipe Jorge Pais Pais

(Doctor en Arqueología)