Espacio de opinión de Canarias Ahora
Ahogados en un vaso
Feijóo está empeñado en sacrificar a Manuel Domínguez, su hombre en Canarias. El PP nacional, con tal de fastidiar al Gobierno de España y especialmente al PSOE, trata de impedir el reparto de menores migrantes entre todas las autonomías españolas.
El señor Núñez no quiere molestar al resto de sus barones peninsulares y balear pero le importa un rábano joder la pavana al presidente del PP canario, a la sazón vicepresidente del Gobierno de Canarias. Mientras el presidente Clavijo y el ministro Torres llevan más tiempo de la cuenta intentando encontrar una solución al reparto equilibrado de niños extranjeros sin acompañantes, Feijóo y sus barones están más interesados en el ruido de la controversia política y hacen caso omiso a las súplicas del gobierno autónomo y, especialmente, a las del vicepresidente canario y presidente popular en las islas.
Domínguez pide árnica y agua por señas pero el indolente señor Núñez silba y mira hacia otro lado para no importunar a los presidentes de sus comunidades: Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana, Galicia, Castilla y León, Extremadura, Murcia, Aragón, Baleares, Cantabria y La Rioja. Son demasiadas las comunidades presididas por el PP como para causarles más molestias. Si fuesen minoría, otro gallo cantaría.
El PP antepone sus intereses partidistas a los intereses generales de los canarios y del resto de españoles y por eso no le importa dejar en la estacada a Canarias, que es la comunidad más afectada por la llegada de niños migrantes que viven en las islas solos y sin la compañía de sus familiares.
Es evidente que a Feijóo y al resto de los barones populares les importa un bledo la situación de Canarias y de su líder en las islas. Feijóo ha querido darle una patada a Sánchez y a Torres en el culo de Domínguez, que cada día se va calentito a casa viendo cómo su esfuerzo es baldío y barruntando que la indolencia popular lo barrerá del mapa político en las próximas elecciones autonómicas.
El PP quiere sacrificar a Dominguez pero es que Domínguez tampoco se ayuda a sí mismo autoinmolándose. El vicepresidente de Canarias también antepone los intereses de su partido a los de su comunidad autónoma. A sus órdenes, Alberto. Señor, sí, señor. Núñez Feijóo podría utilizar el segundo apellido de Domínguez para espetarle agresivamente, emulando a Aznar: váyase, señor González.
Esta misma semana han muerto cincuenta migrantes que venían en un cayuco hacia Canarias por el Atlántico. En este caso la mayoría no era magrebí ni subsahariana sino de origen pakistaní.
Da igual: la derecha extremista sigue utilizando a los damnificados como munición para su artera y marrullera arma electoral. Los movimientos migratorios no respetan las nacionalidades ni los orígenes. Igual que la derechona española tampoco respeta a los migrantes, ni siquiera a los niños.
Cincuenta migrantes muertos en el Atlántico, cincuenta años de la muerte del dictador Franco, cincuenta sombras de Grey. Cincuenta, cincuenta, cincuenta. Son solo números para la insensible oposición.
Mientras centenares de migrantes y víctimas de la Dana se ahogan en el océano y en las riadas, nosotros no sabemos resolver los problemas porque seguimos ahogándonos en un vaso de agua.
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