Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Por qué la gente ya no tiene hijos?

En los últimos tiempos diversos medios se han hecho eco de la noticia de que la Ley de Familias, cuyo primer borrador lleva más de un año empantanada en el Congreso. Y es que la familia y la natalidad se ha convertido en una batalla clave en la guerra mediática entre los distintos grupos políticos. Nacen menos personas de las que mueren y, si no fuera por la migración, disminuiría la población. Para algunos esto despierta el miedo de que nuestras sociedades, que hasta ahora han sido mayoritariamente blancas, de origen fundamentalmente europeo y tradición religioso-cultural cristiana, acaben teniendo, a medio y largo plazo, un color de piel más oscuro y una raíces familiares, culturales y religiosas distintas. Para otros el miedo es el de cómo mantener en el futuro una sociedad en que sólo unos pocos jóvenes estarán en edad de trabajar y habrá muchísimas personas mayores a las que apoyar. En cualquier caso, parece que la baja natalidad es un problema.
¿Por qué ahora nacen muchos menos niños? Hay quienes plantean que es porque “los valores” han cambiado. Antes la gente se sacrificaba, ahorraba y trabajaba mucho para sacar adelante a sus hijos, mientras que ahora muchas personas prefieren no trabajar tanto, y tener más tiempo y dinero para viajar, comprar ropa nueva o salir a comer fuera. Por el contrario, hay quienes plantean que la caída en la natalidad no tiene que ver con los cambios en los valores, sino con cambios en las condiciones materiales de la existencia. Si la gente tiene ahora menos hijos que antes es porque ahora resulta más complicado. ¿Tener hijos con un contrato a tiempo parcial, ganando poco dinero y teniendo que trabajar los dos padres para pagar un alquiler o una hipoteca?, plantean otros. Estas dos posturas están partiendo de supuestos que, en vez de darlos por sentado, deberían ser contrastados: ¿Es verdad que la mayoría de la gente ya no quiere tener hijos? ¿Es verdad que la mayoría de la gente ya no tenga hijos?
Veamos qué dice la investigación sociológica al respecto: a partir de un análisis de la Encuesta de Fecundidad de 2018, un estudio realizado por profesores de sociología de las universidades de Málaga y Salamanca analizaron a qué edad tenían su primer hijo las generaciones de españolas nacidas en las décadas de 1960, 1970 y 1980, y qué factores favorecían que se tuvieran hijos antes de los 40 años. Para las tres generaciones analizadas, el momento en que se accede al empleo y en que se forma una pareja son factores que favorecen tener hijos. Por el contrario, el incremento del nivel educativo provoca un retraso de la edad a la que se tiene el primer hijo. ¿Implica ello que han cambiado también las normas sociales acerca de a qué edad se considera adecuado tener hijos? Un estudio realizado por profesoras de la UNED, la Complutense y el CSIC plantea, usando datos de la Encuesta Social Europea, que, efectivamente, las generaciones más jóvenes tienen visiones más flexibles respecto a la edad ideal para la cohabitación, el matrimonio o el nacimiento del primer hijo, así como para otras opciones como la de no tener hijos. En cualquier caso, según los datos de la Encuesta de Fecundidad del INE, mientras que en 2018 más de la mitad de las mujeres de entre 30 y 34 años no había tenido aún hijos, más del 80% de las que tenían entre 40 y 55 habían tenido al menos un hijo. En el caso de los hombres, el porcentaje de quienes teniendo entre 40 y 55 años no han tenido hijos se acerca al 73%. La diferencia entre hombres y mujeres es mayor si se usan los datos del estudio sobre Fecundad, Familia e Infancia realizado por el CIS en 2024: los datos, en este caso sobre el total de la población, son que un 70% de las mujeres y un 60% de los hombres tenían al menos un hijo. Y, tengan o no ya hijos, cuando se les pregunta si querrían tener hijos, contestan que sí el 60% de los hombres y el 55% de las mujeres.
En resumidas cuentas, los estudios sugieren que no es cierto que la mayoría de la gente ya no quiera tener hijos, ni que la mayoría de la gente no los acabe teniendo. Lo que está sucediendo, en realidad, es que mucha gente está retrasando tanto el momento de tener hijos que 1) al final tienen menos de los que querrían, y 2) hay quien se queda sin tenerlos. Y, además, 3) hay quien queriendo tener hijos no encuentra con quien. ¿Por qué pasa esto? Otro trabajo sociológico investigaba, en 2017, acerca de la evolución de los modelos familiares. En las sociedades tradicionales dominaba un modelo de economía familiar: padres y madres trabajaban, fundamentalmente en la tierra. En países como España, a partir de la década de 1940 se tendió a presentar el modelo basado en un hombre que trabajaba fuera y una mujer ama de casa como el modelo ideal. En las últimas décadas, en el sur de Europa, especialmente en algunas clases sociales, la limitada extensión del Estado del Bienestar ha llevado a un modelo de doble sustentador/familia extensa: las mujeres con estudios se pueden desarrollar profesionalmente… y han de recurrir a la familia extensa para poder criar a los hijos. Y muchas parejas jóvenes experimentan una importante tensión entre lo que creen que sería la situación ideal y aquella que han de vivir. En el modelo tradicional se tenían más hijos porque las mujeres renunciaban a su carrera profesional para criarlos. En un modelo más “socialdemócrata” el Estado cuida de los niños para que las mujeres puedan tener carrera profesional. Seguramente, el hecho de que entre nosotros no se haya impuesto ni uno ni otro modelo ayuda a entender por qué tenemos, en la actualidad, una de las natalidades más bajas del mundo.
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