“Y al que no le guste, que no vaya”. Con esta frase defendió el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, la derogación de cualquier ley o norma “que suponga de facto o de derecho una traba” para el mundo del toro en cualquier punto de España. La particularidad de ese principio innegociable del partido de la ultraderecha española es que se pronunció este domingo en Canarias, donde una ley de protección de los animales dejó fuera de ordenación las corridas de toros hace ya la friolera de 28 años. Al encuentro de Vox con su militancia y con sus simpatizantes acudió el juez Salvador Alba Mesa, suspendido cautelarmente por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por estar a la espera de responder ante un tribunal por los cinco delitos presuntamente cometidos para perjudicar a su compañera de carrera Victoria Rosell, que a la misma hora participaba en un mitin de Unidas Podemos en la misma ciudad junto a Irene Montero y otros candidatos a las inminentes elecciones generales y a las autonómicas y locales.
Efectivamente, Ortega Smith, una de las escasas tres voces autorizadas a expresarse públicamente en nombre de Vox en esta pre-campaña electoral, coincidió este domingo en Las Palmas de Gran Canaria con la portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, que a la misma hora en la que Vox reunía a los suyos en la terraza TAO, un conocido local de preferencia LGTBI, participaba en un mitin en edificio Miller el que intervinieron en total once candidatos y candidatas.
Entre el público congregado en la terraza TAO llamaba la atención la presencia del juez Salvador Alba Mesa, que se colocó en la tercera fila, bandera nacional en la mano, sentado junto a su esposa, la letrada de la Administración de Justicia (antes secretaria judicial) Teresa Lorenzo Establier, que presta sus servicios en el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Las Palmas de Gran Canaria. Un juzgado que tiene como principal encomienda la aplicación de la Ley contra la Violencia contra la Mujer, que Vox quiere derogar por considerarla discriminatoria hacia el hombre.
Teresa Lorenzo formó parte de la ejecutiva de Vox de Las Palmas de Gran Canaria que fue fulminantemente disuelta por la dirección nacional del partido tras publicar este periódico las amenazas vertidas por su presidente local contra un policía nacional que tiene como cliente en una de las fincas que administra profesionalmente, y acompañar tal información con parte del arsenal armamentístico del que ese exdirigente, José Luis Moyano, presume habitualmente.
En el mitin que tanto Alba como Lorenzo siguieron con muestras de efusividad y sintonía, el líder Ortega Smith desgranó otros principios fundamentales de Vox, como las políticas sobre inmigración, en la que tuvo un especial recuerdo para el vecino reino de Marruecos, al que acusó de estar favoreciendo lo que llamó “la invasión migratoria”. Ortega Smith se quejó de que “se está utilizando a Salvamento Marítimo para recoger pateras de las mismas costas de Marruecos”.
Durante el acto, Ortega Smith tuvo un recuerdo para los “hermanos venezolanos” y les prometió que a partir del 28 de abril van a tener voz en el Congreso de los Diputados. “La voz de una Venezuela libre”, sentenció.
Además, defendió que Vox “no” es “el partido de la España subvencionada” sino el “que va a crear las condiciones estructurales para que cada uno pueda generar su propia riqueza y no tener que mendigar nada a un político del tres al cuarto”, eso sí, no ha explicado cómo.
“Nos lo estamos jugando todo”, incidió, porque no se puede permitir que “desde las instituciones se permita romper la nación”. “Y eso nos afecta a todos, porque se acabaría la libertad, la democracia y ninguno estaría seguro si cualquier ayuntamiento o comunidad puede pisotear tus derechos”, manifestó.
Al término del acto, Salvador Alba y Teresa Lorenzo se retrataron junto al secretario general de Vox, que destacó en su intervención la presencia allí de la madre del líder nacional del partido, Santiago Abascal.