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De recibir más de medio millón de turistas en abril de 2019 a un cero forzoso: así se vive la Semana Santa en Canarias

Playa del Inglés, desierta este miércoles de Semana Santa.

Jennifer Jiménez / Natalia G. Vargas

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Nadie pasea por las Dunas de Maspalomas. La misma estampa se repite en las principales playas de Canarias esta Semana Santa. Las cañadas del Teide, desiertas, y lo mismo ocurre en los principales puntos turísticos de Lanzarote: en La Cueva de Los Verdes, Los Jameos del Agua o el Mirador del Río esta vez no hay colas. Una fotografía muy diferente a la de años anteriores con un Archipiélago siempre repleto de turistas en plena temporada alta. Los ERTE afectan ya a unos 150.000 trabajadores de las Islas, una parálisis de la economía que alcanza sobre todo a la hostelería, muy ligada al turismo. El año pasado solo en estas fechas se recibieron 600.000 turistas y este año, debido al cierre del espacio aéreo y marítimo por el coronavirus esta cifra se traduce en cero visitantes. Los hoteles han echado el cierre y en las terrazas de los bares reina el silencio.

La Semana Santa de 2019 hubo una facturación de 403 millones de euros, según datos de la Consejería de Turismo del Gobierno regional. Tenerife es la Isla que más turistas recibió. Durante todo el mes de abril un total de 484.097 personas visitaron la Isla, en su mayoría procedentes de Reino Unido (197.257). Este 2020 la cifra prevista de turistas y de ingresos en los próximos días festivos es cero. Los economistas han subrayado que la emergencia sanitaria ha obligado a empresas y administraciones a repensar las campañas, y el Cabildo tinerfeño ya está en ello.

“Volveremos a caminar juntos sin medir las distancias, a correr por la playa […] a recorrer los rincones vacíos de nuestra Isla, que hoy llenamos de aplausos por los que nos cuidan”. Con este emotivo vídeo que recopila imágenes de Tenerife, la corporación insular se ha puesto en marcha para reactivar el deseo de quienes sueñan con este destino turístico y las ganas de los isleños de acoger a millones de viajeros. “Pone en valor a las personas por encima de todo, y recuerda que, cuando pase todo esto, volveremos a ser un referente internacional”, subrayó en su lanzamiento el presidente del Cabildo, Pedro Martín.

Aún quedan visitantes en el Archipiélago, bien porque no encontraron vuelo para regresar a sus países de origen o porque venían a las Islas por una larga temporada, entre otras razones. El Gobierno asegura que no tiene una cifra exacta, pero sí estima que son menos de 10.000. La mayoría de estas personas están quedándose en viviendas vacacionales, en apartamentos o en algunos de los hoteles que el Ejecutivo estatal autorizó a que siguieran abiertos por cuestiones de necesidad, bien para prestar alojamiento a sanitarios y a otros trabajadores o porque había turistas que aún no se podían marchar. En total, una quincena de estos hoteles sigue funcionando.

El sur de Gran Canaria es una de las zonas afectadas por esta crisis. Era habitual en las últimas décadas apreciar el primer viernes de Semana Santa la operación salida por la autopista hacia esta zona de la isla. Sin embargo, la imagen actual es fantasmagórica, algo que desanima sobre todo a los pequeños empresarios. Manolo es dueño del Blue M, un barco de excursiones para avistamiento de cetáceos del Puerto de Mogán que salía cada día. “Estamos subsistiendo con los ahorros que teníamos para salir 15 días de vacaciones antes del verano”. Lleva este negocio desde hace cinco años con su pareja y realizan unas “tres excursiones al día con 12 pasajeros cada una”, explica. De esa cantidad ha pasado a cero desde que se decretó el estado de alarma y se produjo la caída del turismo.

Subraya que la mayoría de sus clientes son extranjeros y está preocupado por el tiempo que durará esta situación. Sí lamenta tener que seguir pagando el alquiler del atraque de su barco y el canon que abona al puerto por la actividad que realiza. A pesar de todo, intenta mantenerse con optimismo para “una vez pase el estado de alarma estar con fuerzas” y confía en que los pequeños empresarios sean los primeros en poder superar este bache. De momento, asegura que le sorprende, después de haber nacido y crecido en este municipio del sur, ver completamente vacía la zona puerto, que siempre se encuentra abarrotada de turistas y con mucha vida en sus terrazas y bares.

En el transporte también se nota esta bajada masiva de visitantes. Kiko es taxista en Mogán y afirma que su trabajo ha cambiado radicalmente en unos días. De 173 taxis que hay en el municipio están trabajando 35 al día y en tres turnos para cubrir las 24 horas. Esto quiere decir que un profesional de este sector está trabajando una vez cada cinco días, lo que supone una merma importante para sus ingresos. Son momentos muy complicados, sin apenas clientela, que tan solo está cogiendo taxis para acudir puntualmente a farmacias o supermercados.

La caída con respecto a la Semana Santa anterior estima que puede rondar del 100% a solo un 3% de actividad actualmente. Señala que los taxistas han entrado en ERTE, excepto los que son autónomos como él. En su caso, se encuentra tramitando las correspondientes ayudas, ya que con lo que se trabaja actualmente no es suficiente para subsistir. En cuanto a las medidas de higiene explica que tiene un furgón y solo puede llevar a dos personas alejadas entre sí. Además, él lleva mascarilla y guantes y desinfecta frecuentemente el vehículo.

Lo mismo opina otro taxista consultado en Lanzarote. En Semana Santa del año pasado, trabajando el 100% de los taxistas, podía hacer una media de 12 servicios al día. Sin embargo, en un día de esta semana solo ha hecho uno trabajando el 20% de la flota. La facturación que podía tener durante estos días el año pasado fue de 1.500 euros, y este año calcula que será de 20 euros. Cree que el tiempo de recuperación depende del comportamiento del turismo, principalmente de que los países de la UE y Reino Unido salgan de esta crisis sanitaria.

Lanzarote, desierta de turistas

Lanzarote, la isla no capitalina que recibió más turistas en esta misma época en 2019 según el ISTAC, también sufre el hundimiento del sector. El declive que ha experimentado el turismo en las últimas semanas con motivo de la pandemia mundial es el máximo exponente de un descenso que la Isla experimenta desde enero. En los dos primeros meses del año, recibió 424.823 visitantes, un 17,1% menos que en 2019.

Los Jameos del Agua, el Mirador del Río o la Cueva de los Verdes son puntos de visita obligatoria para quienes deciden viajar a la Isla de los Volcanes. En el mes de marzo de 2019, los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) recibieron 257.567 turistas, un 2,87% menos que el año anterior, y recaudaron 2.575.870,11 euros, según datos facilitados por el Cabildo. A esta cifra se suma la facturación de las tiendas de cada uno de ellos, 295.245,81 euros, y los ingresos de sus servicios de restauracion, 553.942,30. Aún no hay cifras que permitan comparar estos datos con los de 2020, pero las previsiones son desalentadoras.

Los CACT cerraron sus puertas el 13 de marzo, tal y como explica la corporación insular. Un día antes de que el Gobierno de España declarara el estado de alarma. Por ello, tal y como subrayan fuentes del Ayuntamiento de Teguise a esta redacción, algunos visitantes optaron por desplazarse a La Graciosa, una alternativa que pronto se prohibió y que ha permitido que se mantenga como uno de los únicos puntos del país libres de coronavirus. Si la Semana Santa de 2020 hubiera seguido la estela de la del año anterior, el barco que la conecta con Lanzarote habría transportado entre 800 y 1.000 turistas y facturado entre 2.000 y 3.000 euros cada uno de los días del puente. Así lo explica Federico Romero, dueño de Líneas Romero, una de las compañías de transporte marítimo encargada de estos itinerarios. Sin embargo, la crisis del COVID-19 ha provocado que ambas cifras se desplomen hasta cero. “Nunca en la vida se ha vivido algo igual”, subraya.

Desde que se decretó el 14 de marzo el estado de alarma, en los mismos barcos donde hasta hace un par de meses se acumulaban visitantes y excursionistas, viajan el farmacéutico que se desplaza hasta la Isla vecina para llevar a La Graciosa medicamentos, el correo, y algún que otro usuario que necesita hacer alguna reparación. “Por ejemplo, quienes necesitan arreglar una cámara frigorífica para los supermercados”, explica Romero. La población graciosera se mantiene sana y salva, pero con la vista puesta en el futuro y en la recuperación económica de un territorio que subsiste gracias a los turistas. Pocos días después de que se declarara el confinamiento, la vecina Enriqueta Romero resumía la situación en una frase: “En La Graciosa, durante el verano vivimos todos, pero en invierno nos tenemos que apañar. Y con esto, la cosa va a ser peor”.

El personal que trabaja en el barco aplica en cada ruta todas las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. “Todos llevan guantes, mascarilla y tenemos una máquina con la que desinfectamos el barco al menos cuatro veces al día”. Hace ya poco menos de un mes que las operaciones de esta compañía se limitan a un trayecto de ida y vuelta por la mañana y otro por la tarde, pero en esta Semana Santa las restricciones serán aún mayores y Líneas Romero solo mantendrá uno al mediodía. Esta medida forma parte del acuerdo alcanzado entre la Consejería de Transportes del Gobierno de Canarias y los cabildos y navieras del Archipiélago, mediante el cual se pasa de 26 conexiones diarias entre islas a entre 9 y 19 desde el jueves 9 al domingo 12 de abril. Este pacto garantiza el transporte de mercancías para abastecer a las islas no capitalinas y “ajustar la oferta a la demanda real” ante las limitaciones de desplazamientos para contener el coronavirus en la comunidad autónoma.

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