El 'true crime’, una “oportunidad para reflexionar, saber por qué pasó y si ha cambiado algo”

Clara Tiscar, Noemí Redondo e Iván Suárez, en la charla del Foro de Periodismo y Ciudadanía.

Silvia Álamo

27 de septiembre de 2024 12:21 h

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En la segunda mesa del IV Foro de Periodismo y Ciudadanía de Canarias Ahora se abordaron los límites del true crime. La escritora, comunicadora y autora del podcast Criminopatía, Clara Tiscar, y la directora y guionista de Dolores, la verdad sobre el caso Wanninkhog, Noemí Redondo, compartieron sus experiencias e hicieron un análisis sobre cómo se investigan y los límites éticos de los documentales más impactantes junto al guionista del true crime A Contraluz y periodista de Canarias Ahora Iván Suárez. 

Coinciden en que el true crime es un trabajo que se lleva a cabo desde una perspectiva mucho más amplia y reposada y se convierte en una oportunidad para reflexionar, saber por qué pasó esto y si han cambiado las cosas de alguna manera. “Puedes diferenciar la realidad del rumor”, apuntaba Clara Tiscar, incidiendo en que muy importante el contexto en el que sucedieron los hechos. Redondo aprovechaba para poner de ejemplo el Caso Alcásser, un suceso que marcó a toda una generación de jóvenes en la España de los 90. Considera que es una ocasión para contar como ha evolucionado la forma de contar las historias, la policía, los procesos judiciales… 

Llevándolo al panorama regional, Iván Suárez ponía de ejemplo el caso de Romina Celeste, una mujer asesinada a manos de su pareja sentimental en la isla de Lanzarote en 2019. “Nos ha servido en el programa -refiriéndose al true crime A Contraluz- para contar los ciclos de la violencia machista, para reflexionar sobre las violencias estructurales”. 

Sobre los límites que se tienen que poner a la hora de hacer estos trabajos, Redondo contaba a que es importante la responsabilidad individual de los autores, si bien insiste en que es fundamental el respeto a las víctimas, a las personas que han vivido esa situación. Tiscar apuntaba que “siempre” pone sobre la mesa el rigor, siguiendo la lógica de la documentación, por lo que no es capaz de explicar una historia actual o sin resolver, además de la educación y la huida del morbo. “Nuestro trabajo es ir contando la realidad para que la gente la sepa, y cuando tengamos que criticar algo mal hecho ya sabemos cómo se hace bien”.

Si bien, los ponentes coinciden en que existe una demanda de true crime por parte del público. La gente quiere verlo y las propias plataformas lo piden, por lo que se puede aprovechar para “poner puntos de vista en lugares que pueden marcar un cambio”, señalaba Redondo. 

Ponía en contexto Suárez la intervención en el Senado de Patricia Ramírez -la madre de Gabriel Cruz, el niño de 8 años asesinado en Andalucía en 2018- sobre la espectacularización que en ocasiones se llevan a cabo con este tipo de trabajos y la posibilidad, o no, de dar protagonismo a las personas condenadas. “¿Tenemos que entrevistar a los verdugos? ¿Por qué no? Es un debate, yo un día me levanto y digo no, y otro día digo sí”, cuestionaba Redondo, a la vez que afirmaba que durante su carrera profesional se ha sentado ante muchas víctimas y verdugos como periodista. “Yo he aprendido mucho hablando con este tipo de personas”. 

Para finalizar, y a colación de este asunto, salió en la mesa el abordaje de un true crime cuando las víctimas sean menores de edad. Puso el periodista de la casa el ejemplo del caso Anna y Olivia -las dos niñas asesinadas por su padre en Tenerife en 2021 con el objetivo de hacerle daño a la madre de ambas y expareja del asesino-. Adelantaba Suárez que en el programa A Contraluz, en esta primera temporada, no se trató ningún caso en el que hubiera un niño/a como protagonista, pero considera que hay sucesos, como el anteriormente mencionado, que “merecen ser contados para hablar de la violencia vicaria”. 

“Son víctimas y hay que defenderlas exactamente igual”, respondía de forma tajante Tiscar, reconociendo la tristeza que se añade cuando se habla de menores. Redondo añadía que si a través de esa historia se pueden plantear debates como el de la violencia vicaria, “bienvenido sea”, poniendo de ejemplo también el Caso Bretón, el hombre que asesinó a sus dos hijos en Córdoba en 2011 y que se convirtió en uno de los casos de violencia vicaria más mediáticos del país. 

Al finalizar la mesa el público pudo disfrutar del preestreno del primer capítulo de A Contraluz, el primer true crime de Radio Televisión Canaria. Este episodio trata sobre el conocido como crimen del bidón. La producción de Clan de Medios se estrenará el próximo 3 de octubre, a las 22.30 horas, en Televisión Canaria. 

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