Las discutibles consecuencias de una buena idea: el carril bici de Santa Cruz de Tenerife reduce aparcamientos en vías clave

Obras del carril bici en la calle Méndez Núñez, en Santa Cruz de Tenerife.

Álvaro Morales

4

El gobierno local de Santa Cruz de Tenerife (CC-PP) suele recalcar que, al igual que con el movimiento en contra de la tala indiscriminada de árboles, asociaciones de vecinos como la de Urban Centro El Perenquén la componen muy pocos miembros y no representa el sentir mayoritario. Pero, como se suele decir, no es precisamente buen cliente esta entidad, que el pasado mayo le ganó al ayuntamiento un pleito (recurrible) en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias por las restricciones para los vehículos por el área de bajas emisiones en algunos de los artículos de la ordenanza. Ocurre un poco como con el gobierno orotavense en su día y la Coordinadora El Rincón (denunciante inicial, incluso, del caso de Las Teresitas, antes que Ínsula Viable) o con otros colectivos.

En el caso de Santa Cruz, la presidenta de El Perenquén, Silvia Irene Barrera, se muestra indignada al comprobar lo que está suponiendo ya para diversas y céntricas calles de la capital el carril bici previsto (denominado Red de Movilidad Personal), cuyas obras empiezan a extenderse por sitios tan neurálgicos como la avenida Méndez Núñez (junto al consistorio o el parque García Sanabria), la calle El Pilar y otras del corazón capitalino.

Barrera deja claro que no se opone al carril bici, se muestra plenamente consciente de la buena prensa que suele tener desde hace mucho tiempo este tipo de vías en muchas ciudades y apoya las medidas de movilidad sostenible.

No obstante, cree que no se está desarrollando como debería, al eliminar carriles de circulación, aparcamientos y zonas de carga y descarga imprescindibles para intentar mantener (ya cree quimérico el verbo mimar) el comercio de la zona céntrica que, según denuncia, languidece cada vez más y al que le puede estar dando una “estocada mortal” en ciertos sitios.

Además, considera que se está priorizando, más que las bicicletas, que también y en coherencia con el nombre del carril, los patines eléctricos y, sobre todo, su uso por parte de los turistas que visiten la ciudad para moverse con agilidad. Sin embargo, lamenta y alerta de las consecuencias para “las personas mayores, muchas de ellas residentes que quedan en estas zonas, mujeres embarazadas, personas con problemas de movilidad o simples peatones que no usan bicis o patines; es más, que les tienen pánico, con las cosas que están pasando, con los atropellos o la velocidad que toman algunos”.

Sus temores van más allá y cree que se pueden dar problemas también con la recogida de aguas pluviales si no se mantienen las mismas tomas y canalizaciones, tal y como cree que puede estar pasando ya en Méndez Núñez (donde se ha aplicado una nueva capa de rodadura). Asimismo, no descarta que se eliminen más árboles y que desaparezcan un mayor número de jardineras y zonas ajardinadas del pulmón céntrico de la ciudad.

Recorrido por las vías afectadas

Junto a Canarias Ahora, Silvia recorre vías tan céntricas como Méndez Núñez o la calle El Pilar y alerta de los “caos de coches que ya se están produciendo y que seguro que se agravarán en las horas punta cuando hayan desaparecido los carriles y se queden muchas vías con uno solo”. A su juicio, y lejos de apoyar al máximo al capitidisminuido comercio del casco, lo que se conseguirá con esto es dificultarle aún más el día a día y las ganas por sobrevivir ante las grandes superficies y otras modas o tendencias.

Ya en 1994, el famoso Plan Urban contemplaba un carril bici, pero también la creación en esta zona céntrica de nuevos aparcamientos, tal y como subraya la asociación. Sin embargo, y aunque se han hecho nuevos desde entonces en zonas como el anexo al mercado de Nuestra Señora de África (199 plazas) y en un tramo de la calle San Valentín (83), aún quedan pendientes los de la ampliación de la calle Callao de Lima (con una superficie de 4.192 metros cuadrados), en un lateral de la calle El Pilar (46 plazas, en 1.289 metros) y en La Noria (2.625 metros).

La asociación no solo culpa de esta escasez y problemas para el tráfico y los residentes al Consistorio, sino que responsabiliza también al Cabildo insular si permite consumar lo que cree un gran error de enormes consecuencias.

Canarias Ahora pidió su opinión al gobierno local de Santa Cruz desde el pasado miércoles, pero aún no la ha ofrecido. No obstante, esta misma semana el edil responsable, el conservador Carlos Tarife (Servicios Públicos), resaltó el “avance, a buen ritmo, de las obras de la futura Red de Movilidad Personal”. Según explicó en una nota de prensa, “los trabajos comenzaron el pasado día 13 en la calle Méndez Núñez, y se encuentran ya a la altura del Ayuntamiento de Santa Cruz, vía donde ha comenzado la ejecución de las obras con el asfaltado del carril guagua, cuya parada se ha trasladado a la plaza Weyler”. Además, detalló que se trata de “la primera actuación de un proyecto que cuenta con un presupuesto de 1,7 millones de euros, financiado por los fondos europeos Next Generation y que abarcará 16.050 metros de longitud de ciclo-calles y 2.420 metros de carril bici. Las obras se centran en separar la red ciclable, una primera fase que concluirá en breve para continuar por la calle de El Pilar”. Asimismo, matiza que la actuación se ejecuta en horario nocturno “para generar las menores molestias posibles a vecinos y ciudadanos que transitan por las diversas calles que se verán afectadas”. 

Para la asociación El Perenquén, los objetivos de esta red pueden ser plausibles, pero la ejecución y su concepción final va a traer muchos más problemas que beneficios al centro de la capital, a  muchos de sus vecinos y su tejido comercial.

Etiquetas
stats