Hubo un tiempo en el que la mismísima Londres palidecía a su lado. Y durante muchos siglos fue una de las ciudades más importantes, ricas y lustrosas del país. Un tiempo en el que sus torres y murallas, de las más fuertes del occidente cristiano, eran el obstáculo casi insalvable que mantenían a salvo al sur del país. Tal fue su importancia, que a punto estuvo de arrebatarle a Londres el estatus de capital inglesa, un hecho que ya estaba decidido y que se vio truncado por el estallido de la famosas guerra de las dos rosas entre los York y los Lancaster. Pero hasta bien entrada la Revolución Industrial, la ciudad era considerada, de facto, como la capital del norte gracias a su conexión fluvial con el Mar del Norte y su potente sector ganadero (cerdos y las ovejas de la famosa lana inglesa). Hoy, York es una pequeña ciudad que no alcanza los 200.000 habitantes. Pero sigue siendo un centro cultural y patrimonial de primer orden y ostenta con orgullo el título de ciudad más bonita del país.
Eboracum fue fundada por los romanos en el año 71 DC como fortaleza de frontera para tener bien vigilados a los temibles pictos, los bravos pueblos guerreros de lo que hoy es Escocia. Aún faltaban cuarenta y pico años para que se pusieran las primeras piedras del famoso Muro de Adriano por lo que la ciudad sirvió de punta de lanza de la romanización en el norte de la isla. De aquellos tiempos son la torre que marca el extremo noroeste de las murallas y un buen tramo del muro (junto al Museo Yorkshire); las antiguas termas (Sampsons Square, 9; Tel: (+44) 1904 620 455), algunos restos dispersos y la columna de una antigua basílica que se yergue junto a la fastuosa catedral gótica de la ciudad (dónde hay una estatua que representa al Emperador Constantino). El grueso de la ciudad imperial yace bajo los cimientos de una población por la que pasaron, anglos (tras el derrumbe de Roma); vikingos (que le pusieron el nombre de Jórvík –Bahía del Semental- del que deriva York) y los normandos comandados por Guillermo el Conquistador. Todos y cada uno de estos pueblos dejó su huella. Y el resultado es una de las ciudades patrimoniales más imponentes del mundo.
Qué ver en York en una visita corta.- La situación de la ciudad a medio camino entre Londres y Edimburgo la hacen una escala de paso ideal. La inmensa mayoría de sus monumentos y atractivos históricos se encuentran en un radio de poco más de media hora a pie desde la Catedral. Así que en un par de horas se puede mirar la ciudad por fuera. Otra cosa es detenerse, verla y comprenderla. Y pasar un par de horas, por ejemplo, el Jorvik Viking Centre (Coppergate, 19; Tel: (+44) 1904 615 505), un fantástico centro de interpretación que, aprovechando un yacimiento arqueológico único, explica de maravilla el pasado vikingo de Jórvík. Un paseo somero por York no te va a permitir visitar sus museos, entrar en sus iglesias, disfrutar de sus pubs… ¿Dos días son suficientes? No, pero te puedes ir de la ciudad medianamente satisfecho. Si eres de los que alucinas con la historia, te va a saber a poco. Porque hay mucho y muy bueno que ver en York.
No es mala idea empezar la visita a extramuros y rodear algún tramo de la muralla para entrar por la puerta que más nos llame la atención. Micklegate Bar no es sólo una de las más bonitas. También está a dos pasos de la estación de tren y permite acercarse hasta el centro de la ciudad desde más allá del cauce del Río Ouse. Aquí también se encuentran las escaleras que dan acceso al City Wall Trail, antiguo camino de ronda de las defensas medievales. Junto a la Barker Tower vas a tener una de las primeras fotos de impacto de la visita: el río, el York Guildhall, sede del antiguo ayuntamiento (St Martins Courtyard -Coney Street-; Tel: (+44) 1904 553 663), las casonas del Waterfront, los tejados del casco viejo y la imponente mole de la York Minster. La Catedral de York (Deangate, sn; Tel: (+44) 1904 557 200) es, sin duda alguna, el gran monumento de la ciudad y una de las grandes construcciones góticas europeas. Sus dimensiones son colosales y es considerada como la más bonita del país. Destacan sus enormes bóvedas y las vidrieras. En su cripta se han descubierto algunos restos de la ciudad romana y se puede subir hasta lo alto de su torre, desde dónde vas a disfrutar de muy buenas vistas. La York Minster es mucho más que una catedral. Fue un monumento de consagración del poder normando en una zona del país tradicionalmente conflictiva. Aún si no eres de visitar iglesias, no dejes pasar la oportunidad de ver ésta porque es especialmente bonita.
Desde la Catedral podemos ir ‘bajando’ hacia la zona del Castillo en dirección a Las Carnicerías (The Shambles). Esta calle es el trozo de ciudad medieval mejor conservado de toda Inglaterra. Este pequeño pasaje albergó, durante siglos, al gremio de matarifes y carniceros. Nada que ver con las joyerías, las cafeterías caras y las tiendas de lujo de hoy. Pero las viejas casas con muchas centurias a cuestas ahí están, regalándonos una de las vistas urbanas más bonitas del país. Muy cerca de aquí están las termas romanas y el centro de interpretación vikingo (como puedes ver en el mapa). El punto culminante de este primer paseo es el extremo sur del recinto amurallado. Del castillo medieval de Guillermo el Conquistador no queda más que la Clifford's Tower (Tower Street; Tel: (+44) 370 333 118), baluarte elevado que sirvió de fortaleza y prisión. Los edificios medievales fueron sustituidos por un complejo de corte palaciego que se convirtió en corte de justicia y cárcel del condado de Yorkshire. Pero aún así, merece la pena visitar el York Castle Museum (Tower St; Tel: (+44) 1904 687 687), un centro dedicado a la época victoriana.
De York Minster hacia el norte.- La catedral ocupa el centro del casco histórico así que la tomaremos como referencia para la segunda de las rutas propuestas. Antes de salir del recinto amurallado por Bootham Bar baja hacia el Ouse por Duncombe para echarle un vistazo a la preciosa Iglesia de San Wilfredo (Duncombe Pl, sn; Tel: (+44) 1904 624 767). Vuelve sobre tus pasos y toma la High Petergate hasta Bootham. Esta es otra de las calles monumentales de la ciudad a intramuros, con varios edificios notables. Este sector de las murallas es el más antiguo de la ciudad y, como te dijimos antes, aquí puedes encontrar las huellas más visibles de Eboracum. Dirígete hacia el río hacia Museum Gardens. Ahí podrás ver el lienzo de muralla romana, varios restos de la ciudad imperial y construcciones de tiempos de los anglos (los bárbaros que junto a los sajones ocuparon la isla tras la caída de Roma). El punto fuerte de esta zona es el Yorkshire Museum (Museum Gardens, sn; Tel: (+44) 1904 687 687), uno de los centros museísticos más importantes del norte de Inglaterra. Hay un poco de todo, pero las colecciones arqueológicas son impresionantes.
Otros museos interesantes en York
Para amantes de los trenes, York presume de tener uno de los museos ferroviarios más importantes del mundo. The National Railway Museum (Leeman Rd; Tel: (+44) 330 058 0058) ocupa unas antiguas cocheras de la estación y atesora una colección imponente que abarca los 200 años de historia ferroviaria del país que inventó el tren. Aunque no te lo creas, este es el lugar más visitado de toda la ciudad. Sin salirnos de la tecnología pasamos del suelo al cielo. El Yorkshire Air Museum (Elvington Ln; Tel: (+44) 1904 608 595) se encuentra en el aeródromo de Elvington a las afueras de la ciudad. El centro está dedicado a las fuerzas aliadas de las grandes guerras mundiales y a la RAF de las últimas décadas. También presume de tener una de las mayores colecciones de aviones de todo el mundo. Si no tienes coche de alquiler no te apures. Hay una parada de autobús en la entrada (Línea 36 York - Sutton on Derwent -Paradas en Howard Street; Fulford Road; Edinburgh Arms; Fishergate; Piccadilly; Low Ousegate; Rougier Street Y Rail Station-).
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