Valeria Castro: “En ‘El cuerpo después de todo’ se aborda la somatización en el cuerpo, la mirada a este y todo lo que lo rodea”

Valeria Castro es una artista, cantante y compositora, natural de La Palma, Los Llanos de Aridane. Tras haber vivido unos meses intensos con su primer trabajo en formato LP, con cariño y con cuidado, Valeria regresa con su segundo disco, el cuerpo después de todo. En él, la artista abre su corazón al oyente por completo y muestra esa parte más oscura de las emociones humanas. Todo con el fin de sanar y de ser, cada vez más, una mejor versión de sí misma. Además, y en el marco de la gira del álbum, que dará comienzo en abril, la palmera estará actuando en Santa Cruz de La Palma el próximo 5 de julio con motivo de La Bajada de La Virgen de Las Nieves, algo muy especial para ella.
Hace poco que completaste tu primera gran gira de 82 conciertos alrededor del mundo y en el marco del lanzamiento de tu primer disco. Además, por el camino, has cosechado varios premios y nominaciones. ¿Cómo dirías que ha cambiado tu vida en estos últimos meses? ¿Quiénes han sido y son los pilares fundamentales en tu carrera y en tu vida actual, en general?
Mi vida ha ido cambiando paulatinamente a lo largo de estos últimos años en los que fui entrando, poco a poco, en la industria musical. Ahora, creo que soy parte y una trabajadora más de esta. Si nos ceñimos a los últimos meses, considero que en lo que he cambiado, quizá, ha sido en el apartado psicológico por haber estado trabajando en las canciones que salen en este el cuerpo después de todo y que me atraviesan de manera tan personal.
Las canciones del álbum las llevo escribiendo 2 años, pero son en estos últimos meses en los que más he ido trabajando en torno a ellas, cuidándolas, mimándolas y escuchándolas. Lo que en un momento empecé a decir y contar, que es lo que contienen esas letras, es la parte de un proceso de sanación propio que ha sido fruto de estos 2 años de vorágine en los que he vivido muchas cosas por mi trabajo y como ser humano. Cosas que mucha gente vive como son la ansiedad, la presión y los amores y desamores que te van somatizando en el cuerpo. Todo esto lo he abordado en las letras y, bueno, al ponerlas por primera vez tan personalmente, al mostrarme tan vulnerable en un disco, me han cambiado un poco como persona.
Estoy viendo que estoy poquito a poco madurando, tratando de afrontar los problemas que como mujer, como ser humano, voy viviendo. Algunos de estos son la soledad y la mirada en el espejo, que muchas veces no es amiga. Entonces, eso es lo que más me ha ido cambiando en los últimos meses, espero que para ser una mejor versión de mí misma y, sobre todo, con permiso del público y de la gente, una versión egoístamente más sana conmigo misma.
El foco no ha estado puesto, quizá, en todo lo glorioso de una carrera musical, que es precioso, pero eso no te tiene que hacer dejar de ver el ser humano que hay detrás. Me he intentado fijar mucho esta vez para que todo lo bonito no traiga consigo la montaña rusa que es el ser una artista, compositora, y vivir cosas preciosas, pero que siempre traen una “cara b” que termina saliendo por alguna parte y que estoy aprendiendo a sobrellevar. Lo más bonito que suele tener la música, al final, es poder escribir desde lo más personal y que luego conecte con lo personal de cada uno.
Por otro lado, tengo la enorme suerte de tener muchos pilares fundamentales. Siempre he dicho que los más grandes son mi familia, mis padres, mi abuela y mis hermanas. Además, he intentado crear una red de vínculos que soporten también este peso conmigo, conjuntamente, y que son mis amigas y un equipo maravilloso que se desvive tratando de darle el más bonito acogimiento a estas canciones. Un equipo de gente que vive para sumar a este proyecto y yo lo agradezco enormemente.
Acabas de publicar el que es tu segundo trabajo de larga duración, el cuerpo después de todo, en el que avanzas como artista y logras conformar un trabajo lleno de emociones que conectan con los sentimientos más profundos del oyente. ¿Cómo fue la experiencia de crear el cuerpo después de todo? ¿Por qué decidiste ponerle este título al disco?
Ha sido una experiencia preciosa, pero creo que el adjetivo que mejor la puede definir es catártica. Esto porque en el cuerpo después de todo hay canciones que miran con un poquito más de oscuridad a las emociones humanas. Todo con el fin de quitar esa oscuridad de mí y dejarla fuera, soltarla. Es por esto que la música es un arma muy bonita, por el hecho de poder llevar a otros lugares lo que dentro de una puede hacer daño.
La grabación del disco ha viajado desde México hasta Madrid. En estos dos sitios, junto a músicos maravillosos, se han llevado a cabo las grabaciones que han partido siempre de tocar en directo, en conjunto, como si fuéramos una banda, antes de ponernos frente a un ordenador a producir los temas. A partir de lo que veíamos vivo en el estudio, podíamos llevar las sonoridades a donde sentíamos que cabían más.
A nivel de composición, ha sido un proceso de ir escribiendo canciones poco a poco. Al final, una no puede ser tan práctica de decir: “Voy a hablar y empezar a componer de esto”, sino que vas viendo el conjunto de cosas que has ido escribiendo poco a poco.
En septiembre, por ejemplo, terminé de escribir el tema que da título al disco, el cuerpo después de todo, en México, justamente. Fue la canción que, de repente, dio sentido a todo lo que venía contando, fue cuando me di cuenta de que había un punto de unión y es que en el cuerpo después de todo se aborda la somatización en el cuerpo, la mirada a este y todo lo que lo rodea. Es el concepto de estar tratando de salvar a una misma a la vez que, quizá, el propio cuerpo está hundiéndote. Esa disyuntiva de que, intentando ayudarte a ti misma, te acabas autoboicoteando.
Entonces, mirar desde ese punto, desde ese prisma de: “Oye, tenemos que sanar esto”, que es también una herida, a veces social, una historia colectiva y muchas veces femenina, pues ha sido para mí una catarsis a la que he tratado de ponerle palabras y que ahora me hace mucha ilusión compartir con el mundo.
En el cuerpo después de todo destaca que es la primera vez que te has encargado de la composición única de prácticamente todas las canciones, a excepción de Sentimentalmente. ¿Qué tal fue esta experiencia de composición?
Siempre he sido compositora de mis temas, pero en el anterior disco había varias canciones que tenían co-composición, es decir, componer junto a otras personas, pero también tú misma. Partiendo de esto, es verdad que este álbum ha sido prácticamente entero salido de este corazón que habla más que la garganta mía, y eso me enorgullece mucho. De repente, me veo evolucionando no solo como cantante, artista e intérprete, sino también como compositora y eso me hace ganar seguridad a la hora de contar historias. Eso hay que dignificarlo, hay que darle valía para luego ser capaz de defenderlo. Y todo con el orgullo de saber que sale de una misma.
En tu nuevo disco, encontramos algunas canciones como El tiempo que no estés, Sentimentalmente, Debe ser o Devota, entre otras. En ellas, demuestras la capacidad lírica que has ido perfeccionando y consigues el efecto de curar y transmitir con tus letras al oyente. ¿Cuáles son los principales retos a los que te enfrentaste en el cuerpo después de todo? ¿Qué diferencias destacarías entre este álbum y con cariño y con cuidado?
Al final, son muchos los retos que te vas encontrando, pequeñas dificultades y pequeñas piedras en el camino hay siempre. Si tengo que citar una dificultad, diría que ha sido (y no es dificultad, la verdad es que estoy bastante orgullosa de haberla abordado) el haber querido escribir desde la incomodidad. Desde la incomodidad de hablar y contarle al mundo que me miro en el espejo y no me gusto, que hay veces que tengo una lucha interna y que no puedo ser siempre defensora de esta felicidad, de esta alegría o de, incluso, la esperanza, que creo que es lo más acertado, sino que también hay que poner el foco en la incomodidad propia para sanar.
Quizá, esta sea una de las diferencias frente a con cariño y con cuidado. De repente, hay una vulnerabilidad humana más personal y no tan colectiva como se abordaba en con cariño y con cuidado.
Creo que las cosas cuanto más personales, más llegan al oyente y, al final, esa incomodidad termina siendo una virtud que espero que la gente sepa valorar por saber que es por primera vez y que no ha sido tan fácil para mí. Me siento muy orgullosa y ahora defenderé cada canción contra viento y marea, pero ha sido difícil ponerme delante de esa autocrítica, de esa mirada en el espejo, de ese vamos a hablar de este problema del que quizá nunca hablo. Todo ello en el cuerpo después de todo.
En cuanto al apartado de colaboraciones de tu nuevo disco, destacan algunas como la de la cantante Silvia Pérez Cruz o la del productor Carles Campi Campón. En este sentido, ¿cómo surgen las colaboraciones del álbum? ¿Alguna curiosidad, anécdota o intrahistoria de el cuerpo después de todo?
Silvia siempre ha sido uno de mis mayores referentes musicales, entonces llevo queriendo muchísimo tiempo trabajar con ella. Ha sido la primera vez que he dado una canción mía a otro artista. El caso es que con Silvia quería estar a la altura a la hora de mandarle algo, tenía que merecer la pena. La colaboración en sí surgió porque estábamos haciendo la canción debe ser en México y fue muy bonito porque nos dimos cuenta de que el “laralara” final del tema sonaba al imaginario que tiene Silvia, y me lo dijo mi mánager. Entonces, acto seguido, le dije: “¿Y si la invitamos?”.
Ese ánimo de, de repente, identificar algo que aprendiste de ella en las canciones que tú haces y, también, por el puro homenaje hacia ella, nos llevaron a invitarla al tema y aceptó. Además, me llegó el mensaje de que dijo: “Sí, claro que sí, Valeria”, en París, enfrente de Notre Dame, que es como una estampa muy exótica y algo muy bonito el hecho de que ella aceptara la colaboración justo cuando estaba en ese lugar. La verdad que ha sido un lujazo para mí.
Por otro lado, la curiosidad que destacaría del álbum es el hecho de haberlo creado tocando primero en directo. Agradezco a Campi, con el que estuve trabajando, primero, casi 6 meses pasándonos música y, luego, mirando para entender qué nos gustaba y a dónde queríamos llegar. A partir de eso, él me animó a tocar primero las canciones en directo y, de ahí, ver qué rescatábamos para lo que luego saliera en las plataformas digitales.
En apenas unas semanas comenzarás la gira del álbum, que te llevará a recorrer una gran cantidad de ciudades y países. ¿Qué supone para ti el hecho de poder compartir tu música en tantos lugares diferentes? ¿Cómo describirías la sensación de poder hacer el cierre de la gira en el Wizink Center, actual Movistar Arena?
Supone el cumplimiento de un sueño. Nunca olvido que vengo de La Palma. Creo que quienes somos de allí lo sabemos y somos conocedores de la realidad que vivimos, de estar en un sitio pequeñito. Ver que he sido capaz desde allí de poder llevar mi música a tantos sitios y, siempre, sin olvidarme de dónde vengo y sabiendo dónde está esa raíz última, me hace sentir muy orgullosa. Todo ello manteniendo una esencia que la definen muchas cosas y una de ellas es el ser de La Palma.
En cuanto a lo del Wizink Center, actual Movistar Arena, la verdad es que es un sueño que todavía falta bastante para que suceda, intento vivir el día a día e ir poco a poco, pero siempre ha sido bastante templo de la música en muchos aspectos. Ver que voy a llevar ahí este álbum me emociona mucho y, desde ya, te aseguro que voy a dejarme la piel, la garganta y todo lo que me quede para que sea un concierto memorable.
Uno de los conciertos de tu próxima gira será en La Palma, en tu casa, con motivo de La Bajada de La Virgen de Las Nieves. ¿Cómo te sientes al poder volver a tocar en tu isla, tu nuevo disco, y en el contexto de La Bajada? ¿Algún mensaje que quieras dar a las palmeras y palmeros que se acerquen a verte?
Estoy ilusionadísima con ese concierto. Al final, todo son sueños, pero es que es una realidad, son esa lista de cosas a las que aspiras. A mí me parece muy curioso que hace 10 años que no se celebra La Bajada, como todos sabemos, y en ese entonces, en 2015, yo tenía 15/16 añitos y fui una de las que canté en la Loa de recibimiento de La Virgen de Las Nieves, ahí, vestida de angelito.
Me parece muy curioso que hace 10 años estaba ahí de angelito y, ahora, estaré en el Recinto Ferial cantando. Va a ser un concierto que creo que me voy a llevar en el alma porque tocar en casa son esas ocasiones en las que el corazón hace hueco si no lo tiene, aunque siempre queda hueco. Siempre queda hueco para mi gente, para mi tierra, porque al fin y al cabo es parte de quien soy yo también. Si no fuera de aquí, no hubiese escrito lo que he escrito, no hubiera sido la persona que soy hoy y no tendría los valores que me han enseñado en mi casa.
Con el disco ya publicado y con la gira a la vuelta de la esquina, ¿cómo afrontas los próximos meses? ¿Qué podemos esperar de ti en los shows y, en general, de cara a este 2025?
Los próximos meses los afronto con mucha ilusión, con una gira inmensa, la verdad, bastante grande, y que estamos preparando muy fuertemente. Creo que va a ser una gira que avanza en querer mostrar otras facetas mías, también con las canciones y con una banda espectacular. Considero que les va a sorprender y espero que, ojalá, muy gratamente.
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