Laura Madrueño y su sacrificio personal con 'Supervivientes': “El reality te va absorbiendo y te aleja de la vida de aquí”

Laura Madrueño está ya lista para poner rumbo a Honduras, donde volverá a ejercer como presentadora de Supervivientes 2025 desde la isla por tercer año consecutivo. La madrileña asegura que este va a ser su “primer año de ir un poco más asentada”, tras el “salto al vacío” que dio con su debut en el programa en 2023, y la renovación que se vivió en 2024 cuando Cuarzo relevó a Bulldog TV en la producción del formato, que vuelve a Telecinco el próximo 6 de marzo con varios concursantes ya confirmados.

No tan preparada afirma Madrueño sentirse en el plano emocional, pues destaca que los días previos a su viaje “son muy intensos” por la “pena” que supone despedirse de su gente. Hace un año, la periodista marchó por estas fechas a los Cayos Cochinos y no pudo regresar a España hasta finales de julio, debido al Supervivientes All Stars que la mantuvo casi cinco meses fuera del país. Una circunstancia que no le tocará afrontar esta vez, ya que, tal y como recogimos, Mediaset ha fijado para septiembre la segunda edición All Stars del reality, por lo que podrá pasar el verano junto a los suyos.

“No es fácil, no”, empieza reconociendo Laura Madrueño en una entrevista con un reducido grupo de medios entre los que se encuentra verTele. “Sobre todo, lo que es muy complicado es mantener el contacto aquí con la familia, porque con la diferencia horaria de ocho horas, cuando tú te estás levantando yo me estoy acostando. Los días de gala son de no tener tiempo de nada tampoco, con lo cual te vas alejando cada vez más, el reality te va absorbiendo por un lado, y te vas alejando de la vida de aquí, porque es inevitable”, relata la presentadora, evidenciando el gran sacrificio personal que supone este proyecto.

“Es durísimo, pero al final es algo que engancha mucho, esa adrenalina y ese reto profesional diario es algo que aquí no lo encuentras”, admite, asegurando que su marido lleva “regular” y sus padres “fatal” el estar tanto tiempo sin ella. Una 'cara B' del que reconoce como “el mayor reto profesional” que ha podido tener en televisión hasta el momento, y que fue también el motivo por el que Lara Álvarez acabó dejando el programa después de casi 10 años. ¿Se ve Madrueño afrontando esta situación tanto tiempo? “La bola de cristal no la tenemos y la televisión ya sabéis que cambia, es un mundo supercambiante, por lo que no te puedo decir, no lo sé. Yo quiero disfrutar del momento”, responde.

Supervivientes 2025 será el reality que recoja el testigo de La isla de las tentaciones, también producido por Cuarzo, que vive una de sus ediciones más exitosas de los últimos años: ¿Hay presión por mantener sus audiencias? “Siempre tienes presión cuando te enfrentas a tres prime time semanales y obviamente estamos superpendientes de la acogida del público, de que os guste y de que la gente lo vea”, comienza señalando. “Estamos en un momento televisivo tan difícil que conseguir un 20% ya parece de ciencia ficción. Así que a ver si continuamos con esa racha”, desea.

¿Cómo estás?

Pues de los nervios, ¿cómo voy a estar? [Risas].

¿Estás con ganas ya de irte a Honduras?

No, con ganas no [risas]. O sea, no sé... Estos útimos días aquí son muy intensos, además de intensos de trabajo, te estás despidiendo de tus familiares, de todos tus amigos, tienes mil cenas, mil comidas... Y da mucha pena despedirte de la gente.

Este va a ser tu tercer año. ¿Lo afrontas de otra forma? ¿Te has preparado también de otro modo?

Sí, totalmente. Claro que lo afrontas ya de otra manera. Sigue siendo un gran reto, yo creo que el mayor reto profesional que he podido tener en la televisión, de momento. Pero obviamente no es lo mismo que el primero, que fue un salto al vacío. El segundo fue diferente, porque además tuvimos el cambio de productora, que fue un paso y cambiamos muchísimas cosas del programa. Por otro lado, fueron galas de cuatro horas prácticamente en Honduras en directo, que eso cambió mucho la dinámica del programa. Hicimos muchísimos más juegos. O sea que yo creo que va a ser mi primer año un poco de ir más asentada, no solo personalmente, sino también a nivel de que no haya otro nuevo cambio de productora, ni cambio de equipo... En ese sentido tengo muchas ganas de vivirlo de una manera un poco más tranquila.

Físicamente ya sabemos que estás lista para ir, pero ¿mentalmente, cómo te preparas?

No es fácil, no. Sobre todo, lo que es muy complicado es mantener el contacto aquí con la familia, porque con la diferencia horaria de ocho horas, cuando tú te estás levantando yo me estoy acostando. Los días de gala son de no tener tiempo de nada tampoco, con lo cual te vas alejando cada vez más, el reality te va absorbiendo por un lado, y te vas alejando de la vida de aquí, porque es inevitable. Es mucho tiempo y al final allí estamos supercentrados en el trabajo. Así que mentalmente obviamente estoy mucho más fuerte que el primer y el segundo año, porque afortunadamente el cerebro humano va aprendiendo y asimilando, y me voy con un petate de libros maravillosos y con muchas ganas de volver a vivir una experiencia que siempre sé que me va a cambiar.

Jamás hubiese dicho que es un programa que, al final, siento que está superhecho para mí, porque lo disfruto mucho

Cuando Lara Álvarez dejó Supervivientes después de casi 10 años aseguró que lo hacía porque para ella era muy duro estar tanto tiempo cada año fuera de España y lejos de los suyos. ¿Es algo que te planteas? ¿Te ves haciendo el programa tantos años como ella?

Madre mía, tengo que sacar la bola de cristal... Esto es como cuando yo hacía El Tiempo y me preguntaban si iba a llover dentro de tres semanas [Risas]. La bola de cristal no la tenemos y la televisión ya sabemos que cambia, es un mundo supercambiante, por lo que no puedo decir, no lo sé. Yo quiero disfrutar del momento, de esta gran oportunidad que tengo ahora, y que jamás hubiese dicho que es un programa que, al final, siento que está superhecho para mí, porque lo disfruto mucho. Tengo un plató de televisión que más quisiera yo... Presentar descalza y viendo peces aguja en el agua cristalina es un regalo. Es durísimo, pero al final es algo que engancha mucho, esa adrenalina y ese reto profesional diario es algo que aquí no lo encuentras. Entonces, bueno, pues tienes ahí esa balanza entre las dos cosas y entre todo lo que dejas aquí. Por lo que planteártelo tan a largo plazo... No lo sé.

¿Y cómo lleva tu marido y tu familia esos meses de ausencia?

Bueno, pues regular [Risas].

¿Irán a visitarte?

Sí, sí, y mis padres seguramente también. No sé todavía cuánto tiempo estaré allí, pero sí. Mis padres lo llevan fatal, la verdad.

¿Qué te pierdes estando en Honduras? ¿Te pierdes algún cumpleaños o alguna celebración especial familiar estando allí?

Muchas, sí. Bueno, mi cumpleaños es justo el día anterior al arranque de Supervivientes, que siempre me toca, el de mi pareja es muy cerquita, el de mi padre también... Me pierdo la primavera, que es lo más maravilloso del mundo, me pierdo plantar mi huerta, que es una de las cosas que más me gustan también. Sí, obviamente, cómo no te vas a perder miles de cosas...

El aprendizaje es constante, y eso es lo que más me gusta de 'Supervivientes'

¿Y alguna vez has echado en falta allí algo que se te hubiese olvidado meter en la maleta?

[Piensa]. Quizás algún libro, algún recuerdo, alguna foto, pero más esas pequeñas cosas. Porque luego allí algo que también he aprendido o que me ha enseñado esta experiencia es que no te hacen falta cosas. En Honduras prácticamente no tenemos nada, incluso los regalos que nos hacemos entre los compañeros del equipo vuelven a ser un dibujo, vuelve a ser algo manual, vuelve a ser algo como mucho más especial, mucho más significativo que comprar cosas. De repente te vas y estás cinco meses trabajando allí y no nos vamos de compras, no tenemos tiendas. Cambia tu vida de forma tan radical que al final te das cuenta... Ese es uno de los aprendizajes que me llevaré para siempre. Yo nunca he sido muy materialista, pero al final en la vida en la que estamos es imposible no serlo. Pero allí, de repente, te das cuenta de que las cosas que valen son otras.

¿Hay algo más que hayas aprendido de Honduras?

Madre mía, tengo una lista infinita, nos tiraríamos aquí todo el día. Honduras te enseña cada día y aunque sea el tercer año voy a seguir aprendiendo. Y lo que más me gusta y creo que tengo una suerte increíble, el mayor privilegio, es trabajar con mucha gente del equipo que lleva haciéndolo más de diez años. Aprender de ese equipo ha sido una experiencia increíble. Lo voy a seguir haciendo este año, y al final son galas en directo, con las cámaras lejos, no tengo cue, no tengo iluminación... No tengo nada, estoy completamente a ciegas en comparación con como se suele trabajar en televisión. Por tanto, el aprendizaje es constante y eso es lo que más me gusta de Supervivientes.

Se habla mucho de cómo es tu vida en Honduras, pero ¿cómo es el día en el que vuelves después de tantos meses allí?

Vuelves como de otro planeta. Yo el año pasado, para que os hagáis una idea, llegué a casa y no me acordaba dónde estaban las tazas [Risas]. Y estuve durmiendo como una semana, con un agotamiento extremo. Es muy raro. Y eso también al final hay que trabajarlo. El primer año es muy duro, luego ya sabes que necesitas unos días de adaptación. Pero es raro todo, hasta tu familia, tu casa... todo te resulta extraño.

De momento sólo hay unos pocos concursantes confirmados por Telecinco. ¿Cuánto cambia la cosa para ti dependiendo de cuál sea el casting? ¿O te es un poco indiferente?

Hombre, cambia bastante, a los hechos me remito. Ya hemos visto muchas ediciones. Es verdad que a mí me gusta mucho que sea un casting competitivo, que este lo va a ser, que nos den juego no solo en las pruebas, sino también en el reality. Tienen que ser personajes muy polifacéticos y también muy fuertes mentalmente para aguantar el reto. Yo creo que va a ser una gran edición, no lo dudo. Los primeros confirmados a mí me encantan y tengo muchas ganas de saber el resto del elenco. Pero por supuesto que varía mucho. Yo creo que lo más bonito de Supervivientes es vivir la evolución durante todos los meses de aventura de cada personaje. Nunca sabemos por dónde va a salir el ser humano, porque llega un personaje famoso y al final conocemos realmente a la persona, que lo pueden pasar mejor o peor. Así que estoy con muchas ganas de vivirlo.

Pelayo Díaz, el primer concursante que fue confirmado, ya ha dicho que él viene a ganar. ¿Crees que va a dar mucha guerra?

Yo espero que a mí no me dé mucha guerra, pero que dé guerra en general. Yo creo que es un tío además muy fuerte. No sé, aquí hay que ver luego cómo de fuerte eres mentalmente, porque es un programa en el que te pone a prueba no solo físicamente. Aquí las dos torturas más complicadas que hay que son el hambre y el sueño. Aguantar eso durante tantísimo tiempo es difícil.

Se rumorea que Montoya, participante de La isla de las tentaciones, va a ser concursante también de Supervivientes 2025. ¿Tienes ganas? ¿Te estás preparando ya para correr detrás de él?

Bueno, yo creo que allí, se me ha visto, corro bastante en todas las galas, de arriba para abajo durante los juegos, no paramos. Y oye, yo qué sé, no sé lo que va a pasar, no sabemos si va a venir o no...

¿Preparada para correr detrás de Montoya? Yo corro bastante en todas las galas de arriba para abajo durante los juegos

Supervivientes 2025 va a coger precisamente el testigo de La isla de las tentaciones, también producido por Cuarzo, que está siendo todo un éxito en Telecinco. ¿Sentís presión por mantener esas audiencias?

Siempre tienes presión cuando te enfrentas a tres prime time semanales, y obviamente estamos superpendientes de la acogida del público, de que guste y de que la gente lo vea. El año pasado hicimos unas audiencias yo creo que ya de otra época, que las están repitiendo ahora Las Tentaciones, y está siendo maravilloso. Por supuesto, les doy la enhorabuena a mis compañeros, porque estamos en un momento televisivo tan difícil que conseguir un 20% ya parece de ciencia ficción. Así que a ver si continuamos con esa racha, que estoy segura de que sí. Ahora me voy con todo el equipo de Cuarzo para allá y seguramente se nos va a dar muy bien.

Es probable que te toque hacer de nuevo el Última Hora de Supervivientes en el access prime time de Telecinco, algo que ya has venido haciendo con Gran Hermano, batallando en ese gran duelo entre El Hormiguero y La Revuelta. ¿Cómo lo has llevado?

Bueno, pues con Gran Hermano la verdad que yo disfruté muchísimo. He disfrutado muchísimo de esta edición de Gran Hermano haciendo los access. Me lo he pasado superbien con el formato y espero que podamos seguir haciéndolo en Honduras para mantener informados día a día de todo lo que pasa en las playas... y bueno, pues seguiremos en la lucha. La televisión es esto, son ciclos y es trabajar, trabajar, trabajar y no perder la ilusión.

En estas dos primeras ediciones tuyas en Supervivientes, te has mostrado siempre imparcial y equitativa con todos los concursantes. ¿Esto es algo que te trabajas, o te nace ser así?

No, eso yo creo que no sabría currármelo. Yo creo que soy como soy, y lo que más me gusta de Supervivientes es que me permite serlo, me permite ser yo. Y eso ha sido algo que me ha enamorado de este formato desde que estoy allí. Al final yo he crecido en Informativos, y en Informativos tienes obviamente un perfil mucho más serio. Entonces, yo disfrutaba mucho más del momento en que estuviera en El programa de Ana Rosa o en Sálvame. Esos momentos en los que pudiese hablar un poco más de forma distendida. Y allí es que soy yo. Obviamente tenemos un guión, tenemos una escaleta, pero nos pasan tantas cosas y salta la escaleta por los aires en cualquier momento, porque es a puro directo, que es maravilloso que el programa me permita ser yo. No puedo estar más en mi entorno, mi máxima felicidad es cerca del mar y tener ese plató de televisión es un absoluto privilegio. Lo que se ve es lo que hay.

Es muy duro ponerse malo en 'Supervivientes' porque ahí todos estamos solos y somos prácticamente imprescindibles

¿Alguna vez, fuera de cámaras, los concursantes te han comprometido pidiéndote algo de comida?

A ver, tienen hambre y todos intentan pedir. El hambre es muy duro y piden, porque tienen hambre. Tienes que ser muy empática y cercana, pero luego tienes que ser profesional, porque están jugando, están concursando, y hay que tener las líneas muy claras. Yo intento no hablar mucho con ellos, les animo, me cuentan si se han caído o si les ha pasado algo, pero siempre marcando las líneas porque yo soy la presentadora y ellos son los concursantes. Eso hay que tenerlo muy claro, a pesar de que luego sea una persona cariñosa y empática. Pero estamos haciendo un programa de televisión.

¿Qué nos puedes avanzar de la mecánica de esta nueva edición?

Supervivientes siempre sorprende y va a haber cambios que no puedo avanzar, que hay que esperar a verlos. Sí puedo contar que este año hay dos playas que van a ser Calma y Furia, nombres distintos a los del año pasado, pero con Poseidón que seguirá marcando el ritmo de las galas y de los juegos. Tendremos muchísimos juegos y va a ser muy extremo, porque además Supervivientes cada vez está siendo más largo. El casting va a ser súper competitivo, yo creo que tenemos ya varios nombres maravillosos que nos van a dar juego y que van a ser muy potentes. Y bueno, pues deseando conocer al resto, porque yo tampoco lo sé.

En estas dos ediciones, ha habido momentos en los que has sufrido indisposiciones en directo, algún golpe de calor... ¿Cómo has vivido esas situaciones? ¿Te han ayudado a empatizar todavía más con el esfuerzo que hacen los concursantes?

Sí, aunque no me hace falta ponerme mala para empatizar con el esfuerzo de ellos, porque los pobres... La verdad es que lo pasamos mal, porque son muchos meses y pese a que me encanta ver esa evolución en ellos, tienen también muchos momentos difíciles. Pasan mucha hambre, tienen que esforzarse muchísimo en los juegos para conseguir todas las cosas... Lo peor ahí es ponerse malo, ¿sabes? Este año tengo este amuleto que me han regalado, es el cordón de San Blas, que es una tradición típica de Bilbao. [Enseña un collar de hilo rojo y blanco].

Es para protegerme y que no me ponga mala, sobre todo de catarros, de toses... Porque el año pasado, en el All Stars, hizo tan mal tiempo que cogí frío, o sea, fue de coger frío, de empaparte entera en una tormenta. En las últimas galas nos pillaba lluvia casi todos los días, muchísimo viento... pues al final tuve una bronquitis que fue horrible. Pero bueno, en cinco meses y medio solo eso... Voy a tocar madera [toca la silla]. Solo me pasó eso, pero es muy duro ponerse malo porque al final ahí todos estamos solos y todos somos prácticamente imprescindibles.

¿Y cómo vivís desde allí las polémicas que puedan ir surgiendo sobre el programa en España?

A ver, llegar llega todo porque estamos obviamente en contacto con Telecinco y con Mediaset 24/7. Pero bueno, intentamos capear las cosas que nos ocurren de la mejor manera, como ocurre también en los realities de aquí. Yo creo que es un poco igual. Yo intento no leer mucho porque creo que es mejor para mi cabeza.

¿Será este al fin el año en el que Jorge Javier se anime a viajar a Honduras para haceros una visita?

Ojalá. Yo ya me he cansado de decírselo. Estoy esperando a verle allí con su bañador. Además, que se ha quedado con un tipazo...

Si fueras concursante de Supervivientes, ¿cuáles serían tus puntos fuertes?

Yo creo que sería buena superviviente, fíjate... Sí. A ver, a mí me encanta el mar, yo estaría todo el día en el agua y pescaría. El hambre creo que lo llevaría mal pero creo que pasaría ese mes de adaptación y sería súper feliz.

¿Y la convivencia?

Bueno eso ya... [Risas]. La convivencia la llevaría mejor con las iguanas y los pelícanos. Sí, quizás ese es mi punto débil, pero a nivel de supervivencia bien.

En este salto que has hecho al entretenimiento. ¿Hay algún otro tipo de formato que te gustaría presentar, más allá de Supervivientes?

Pues de momento no me lo he planteado, estoy muy contenta, la verdad. Al volver no me esperaba Gran Hermano y fue una sorpresa, y lo he disfrutado muchísimo también. Para mí trabajar en Gran Hermano ha sido un orgullo. Ahora vuelvo a Supervivientes, y en esta vida no se sabe. La verdad es que ahora estoy en los que yo creo que son los formatos estrella de la casa, y los estoy disfrutando.

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