Una semana después de la grave caída de Mario Vaquerizo - que le ha hecho ingresar hasta dos veces- El Hormiguero conectaba con él para conocer su estado de salud desde el hospital Ramón y Cajal.
“Estoy bien, gracias a Dios, estoy hablando con vosotros porque la caída pudo haber sido mortal. Podría haber muerto, que algunos lo hubieran agradecido. Ha sido un susto muy grande. Me ha afectado mucho a la visión, a los dos ojos, no tengo visión clara. También tengo fracturadas algunas vertebras y el cuello a la virulé”, empezó lamentando el televisivo.
Sobre la caída: “No fue imprudencia, fue accidente ya en la primera canción. El giratutto estaba probado y comprobado, son accidentes laborales y soy un titán. Me protege la virgen de Lourdes”, señaló mostrando la colección de figuratas religiosas que le acompañaban en la habitación.
Pablo Motos también le preguntó por los tiempos que le habían dado los médicos: “La sanidad en España es buenísima, tanto privada como pública, en este caso estoy en la pública. Me han dicho que despacio, ahora leo poquito a poco y mientras que vaya recuperando la visión, el ojo me hace ver de colocón”.
También aseguró que “Las alegrías y la amistad son la mejor medicina”, así como “mucha paciencia, sentido del humor y mucho mariconeo las cosas van mejor”.
Antes de despedirse, el presentador quiso saber cómo se encontraba sin tabaco y cerveza: “Este golpe me ha dejado peor de lo que estaba, no echo de menos la cerveza, ni el tabaco. Me ha dado por comer y por hablar. Pero estoy contento y no me permito tener bajones, excepto ayer que tuve un día un poco flojo”, confesó.
Finalmente, Motos le envió mucha fuerza y aseguró que le esperarían como una “leyenda”, a lo que Vaquerizo respondió con una pulla a La Revuelta: “Seguid haciéndolo igual de bien porque sois el mejor programa de entretenimiento”, zanjó.