Leer sobre chips bajo las estrellas

Confieso que cuando Emilio me comentó, hace ya unos meses, que estaba a punto de terminar un libro sobre la industria de los semiconductores, mi primera reacción fue de escepticismo. ¿Chips? ¿Cadenas de suministro? ¿Fotolitografía extrema? Imaginé una lectura técnica, densa, posiblemente útil, pero desde luego no entretenida. Cuánto me equivocaba.
He leído Chips y Poder durante los tiempos muertos de un reciente viaje escolar, entre aeropuertos, guaguas y esperas con adolescentes medio adormilados. A ratos, rodeado de paisajes nevados de los Pirineos y a ratos rodeado de las playas catalanas. Lo que encontré en sus páginas no fue un tratado técnico, sino una auténtica crónica de época, escrita con pulso narrativo, precisión analítica y sentido de urgencia. Un libro absorbente. Lo devoré entre trayectos, sorprendido de cómo un tema árido podía cobrar vida con tanta intensidad.
La obra, firmada por Marimar Jiménez —periodista veterana del sector tecnológico— y Emilio García —con una trayectoria brillante en puestos clave de varios ministerios en Madrid o en sus inicios profesionales en Telefónica, y ahora como coordinador de los dos grandes observatorios astrofísicos de Canarias— es mucho más que un ensayo informativo. Es, como bien indica su subtítulo, una mirada a la batalla global por controlar la tecnología del futuro. Y una advertencia seria sobre el lugar que Europa, y por ende España, puede quedar ocupando si no espabila.
García aporta al texto una mirada transversal: técnica, política, industrial. Su trabajo actual, a caballo entre Tenerife y La Palma, gestionando infraestructuras científicas del máximo nivel —los observatorios de Izaña y del Roque de los Muchachos— le otorga una sensibilidad única ante lo que significa depender de tecnología crítica. “Quien tiene el chip, tiene el poder”, cita el libro en su apertura. Y esa frase no es una hipérbole, es un resumen.
Por su parte, Marimar Jiménez, con más de tres décadas siguiendo la actualidad tecnológica desde El País, Cinco Días y Actualidad Económica, dota al libro de una narrativa clara, informada y con la agilidad de quien lleva años traduciendo lo complejo al gran público. Ha sido testigo privilegiado del ascenso y transformación del sector tecnológico, y se nota: cada capítulo tiene el ritmo del buen periodismo y el rigor de quien ha visto esta historia evolucionar en tiempo real.
El texto tiene estructura de gran reportaje y ritmo de thriller geopolítico. Va de la historia de los transistores a las disputas entre potencias, de los secretos industriales al gran juego estratégico entre EE.UU., China, Taiwán o Europa. Y lo hace sin perder nunca el hilo pedagógico. Si hay que explicar qué es una oblea o cómo se produce un microprocesador de 3 nanómetros —tamaño inferior al virus de la gripe—, lo hacen con claridad y sin arrogancia. Como profesor, agradezco esa voluntad divulgadora. Como lector, celebro que la trama fluya.
Uno de los mayores logros del libro es cómo convierte una materia altamente técnica en un relato global con resonancias históricas. Hay en sus páginas ecos de La guerra de los mundos de H.G. Wells, pero también del Informe Kissinger. El chip, ese objeto casi invisible, se convierte en el nuevo petróleo, la nueva bomba atómica, la nueva moneda de poder. Se lee y se entiende: la geopolítica ha cambiado de escenario.
Jiménez y García no se limitan a narrar. Proponen, critican, analizan. No hay triunfalismo europeo, más bien una llamada de atención. Europa, dicen, “ha fallado” en atraer fábricas de última generación. El intento de replicar el modelo asiático de producción va con retraso. Las ayudas públicas, como la European Chips Act, están bien orientadas, pero llegan tarde y, tal vez, mal medidas. La crítica está, pero sin estridencias. Este es un ensayo que se moja, pero que no grita.
Como observador canario —y esto lo digo con cierto orgullo— me emociona ver a una figura como Emilio firmando un libro así. Porque su trayectoria desmiente el tópico de que desde las islas solo se puede mirar hacia fuera. Él ha ayudado a mirar hacia dentro: hacia los telescopios que escrutan galaxias, pero también hacia las infraestructuras tecnológicas que nos sostienen en este planeta.
Quizás el único punto en el que echo en falta mayor desarrollo es en la dimensión ética y social. ¿Qué implicaciones tiene esta nueva guerra tecnológica para la vida cotidiana? ¿Dónde queda la ciudadanía entre subsidios, chips cuánticos y alianzas interestatales? El libro apunta líneas, pero habría sido enriquecedor ir un paso más allá.
Aun así, este no es un libro menor. Chips y Poder se inscribe en esa tradición del ensayo comprometido, que busca iluminar zonas oscuras del presente y anticipar los desafíos del futuro. No aburre, no sermonea. Informa, alerta y, sobre todo, entretiene. Como debe hacer todo buen periodismo.
Lo dicho: si me preguntan por una lectura para un vuelo largo o un trayecto por las curvas de los Pirineos, no lo dudaré. En este mundo que gira a ritmo de silicio, hay libros que nos ayudan a entender por qué. Y Chips y Poder es uno de ellos.
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