Personas desalojadas del Edificio Chasna estudian querellarse para “depurar responsabilidades” del desahucio

Unas nuevas vallas rodean al edificio Chasna tras el desalojo.

Canarias Ahora / Europa Press

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Un grupo de vecinos que fueron desalojados el 12 de marzo de 2024 del Edificio Chasna, en Costa del Silencio, en el municipio de Arona (Tenerife), ha manifestado su “voluntad” de querellarse contra lo que entienden como un “exceso” cometido en la ejecución de su desahucio, del que este miércoles se cumple un año.

Tras la orden dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Arona, hace justo un año, las más de 200 personas que vivían en aquel edificio, abandonado desde hace años fueron desalojadas al consumarse el desahucio que les fue comunicado apenas dos semanas antes. Un fuerte dispositivo de agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil se desplegó en el lugar a primera hora de la mañana de aquel día para proceder al vaciado del inmueble, de más de 40 viviendas.

En declaraciones a Europa Press, el abogado del colectivo, Gabriel Morales, ha ahondado que lo que se busca con esta acción es “depurar responsabilidades” en un proceso en el que, aseguran, se ha cometido “un exceso en la ejecución del título” judicial.

“Hay unos trámites que se tienen que cumplir, unas formas, unas garantías con los demandados, y que no se han cumplido. Se ha hecho un procedimiento a las espaldas y eso, evidentemente, ha causado perjuicio”, ha señalado.

Ejemplifica esta situación retrocediendo al momento en el que se dictó la sentencia, que más allá de las consideraciones de que pueda ser “justa” para unos e “injusta” para otros, hacía referencia a un espacio concreto para efectuar el desalojo --“con una referencia catastral específica, que coincidía con el bloque Chasna 10”-- mientras el desahucio, puntualiza, se llevó a cabo más allá.

El motivo del desalojo se basó en la debilidad estructural y el riesgo de desplome del inmueble, que estaba a medio construir.

En su momento, la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Arona, Ruth Martín, reconoció que en este caso no se tuvieron en cuenta los informes de vulnerabilidad “por primar la seguridad de las personas”.

“El (bloque 10) era la parte del edificio que estaba más en peor estado, por así decirlo, y que a lo mejor sí podría llegar incluso a suponer un riesgo para la vida de las personas que allí se encontraban. Podríamos llegar a plantearnos eso, pese a que nunca hubo realmente un informe a ese respecto”, ha defendido el abogado.

En un repaso a otro de los aspectos negativos que habrían podido observarse en este desahucio, también está la forma en la que describen que se les avisó. De este modo, sostiene la defensa, no se tuvo en cuenta “la pluralidad de personas” a las que afectó la situación, notificándosela “con un papel en la puerta, que ni siquiera fue puesto por un funcionario judicial, sino por la procuradora de la otra parte”.

Si bien la querella se limitaría al ámbito judicial, la esfera política también ha tenido protagonismo en este caso de desahucio masivo en el sur de Tenerife. Así, recuerda el abogado cuando, “a sabiendas de la existencia del procedimiento judicial”, se “bloquearon los empadronamientos, de forma deliberada”, cuestión que supuso un obstáculo para que algunas familias pudieran percibir la ayuda económica que otros sí recibieron.

“Les he explicado a los vecinos que esto es una cuestión de lucha por la dignidad”, ha destacado Morales sobre el objetivo de la querella. Detalla que se estarían ante figuras penales para las personas involucradas, “es decir, en este caso, la letrada de la Administración de Justicia”, o ante una responsabilidad directa del Estado, dada “la dejadez de sus propios funcionarios”.

El Edificio Chasna, un año después

Una de las personas desalojadas en 2024 del Edificio Chasna, en Arona, fue Eloy Outerial. Un año después, asegura a Europa Press que el inmueble se ha vuelto a ocupar. Según sostiene, tan pronto se retiró el dispositivo de seguridad, de tres meses de duración, las vallas que protegían la edificación fueron vandalizadas.

“Los que estabamos allí porque no había vivienda, un conjunto de personas trabajadoras, no hemos vuelto, que yo sepa. Entonces, nos metimos por necesidad. Sin embargo, hay otra gente, con problemas, con adicciones, que ha vuelto otra vez”, ha deslizado Outerial.

Lamenta que el amplio despliegue de seguridad que asegura que existió el día del desahucio, el 12 de marzo de 2024, no sirviera “para nada”, ya que, hoy, un año después, se “vuelve a ocupar el inmueble, a la vuelta de tres meses” de vigilancia, y sin haber hecho “absolutamente nada” por evitarlo, ni precintarlo ni apuntalarlo.

“Cuando te falla la justicia, te falla el Estado, y te abandonan en la calle como a un perro, pierdes totalmente la fe, la fe en la sociedad”, ha lamentado Outerial un año después de un desalojo que hoy califica como un “movimiento de ganado”, durante el que no sintieron el respaldo de las administraciones públicas.

La decisión de Eloy de ocupar el Edificio de Chasna, en Costa del Silencio, derivó de la necesidad de contar con un techo bajo el que vivir. “No hay vivienda asequible”, exclama. Hoy, esa situación persiste. Emprendió para seguir evolucionando, pero, de momento, vive en un trastero.

Entre las personas desalojadas habían refugiados ucranianos, mujeres embarazadas, menores, mayores con enfermedades y hasta gente con trabajo, ocupaban desde hace un máximo de 8 años este inmueble creado en los 70, nunca terminado y abandonado durante todo este tiempo.

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