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26-J: Es la Unión Europea, compañeros…

Luis Martín

Aunque habrá tiempo de sobra para el análisis y la autocrítica entre los progresistas españoles sobre los resultados de las elecciones de ayer, es evidente que los acontecimientos del “Brexit” y la falta de un plan claro y convincente para Europa por parte de Unidos Podemos han sido clave para su catastrófico desempeño en las urnas.

Podemos y sus aliados de coalición han cometido un error estratégico al mantenerse en silencio sobre Europa, es decir, al limitarse a lemas en vez de presentar un auténtico plan europeo. Sin un relato claro sobre qué haría o qué diría en el Consejo Europeo y en el Eurogrupo un gobierno liderado por Unidos Podemos, las ondas sísmicas del “Brexit” empujaron a antiguos votantes del PSOE que votaron a Podemos en diciembre hacia dos sectores: una minoría considerable volvió al seno del trío de la troika (PP-Ciudadanos-PSOE), mientras que el otro, tristemente, se abstuvo de votar. El resultado final ha sido que los votos que prometía la alianza con Izquierda Unida fueron neutralizados, y la esperanza se desvaneció.

La falta de un discurso y un plan para Europa conlleva dos problemas fundamentales. En primer lugar, se transmite el peor de los mensajes al electorado, uno de incertidumbre. De hecho, sin medidas programáticas firmes sobre la mesa, el electorado español apenas tenía opciones salvo volver hacia aquellos que mantienen a flote precariamente al país como el “estudiante aplicado” de la UE. Para los españoles con una fuerte perspectiva europea, pero que esperan con nerviosismo el dictado final de Bruselas sobre los desfases fiscales del país -y la amenaza de medidas de austeridad aún mayores- un voto para Unidos Podemos era equivalente a votar una estrategia sin alternativa, o incluso al caos.

En segundo lugar, la incapacidad de Unidos Podemos de presentar una clara visión europea reforzó la perversa imagen del establishment como el único y verdadero valedor del proyecto europeo; mientras que Podemos et al son representados como una amenaza para la UE o, en el mejor de los casos, como no aptos para liderar nada en Europa. De este modo, Unidos Podemos ha perdido tristemente la oportunidad de exponer la auténtica realidad, que es justo lo contrario: que es el establishment el que está conduciendo a Europa hacia una peligrosa desintegración.

El probable futuro gobierno de España, favorable a la troika, reforzará la mano de Schäuble, es decir, el Proyecto de responder al “Brexit” con un intento para convertir la Eurozona en una Jaula de Hierro de Austeridad Permanente (ver aquí), o el Plan Schäuble, como lo denomina Yanis Varoufakis (ver aquí).

La pregunta ahora es la siguiente: ¿se dará cuenta Podemos del error de presentarse a unas elecciones sin un Plan Europeo? ¿Colaborarán ahora con DiEM25, el Movimiento para la Democracia en Europa 2025, para crearlo (y que tiene mucho que ofrecerles sobre esta cuestión)? ¿O se marcarán un “Tsipras” desde la bancada opuesta, cantando las bondades de una Europa “diferente”, pero sin tener nada que proponer contra la estrategia del “No Hay Alternativa” a Schäuble y Dijsselbloem?

El único hecho positivo de los terribles resultados de ayer es que estar en la oposición es una manera de asegurar que Podemos no caiga en el señuelo de un pacto fáustico tipo “Syriza II”. Pero para emplear su tiempo en la oposición de forma productiva, necesitan trabajar con DiEM25 y sus compañeros paneuropeos en una agenda sólida para transformar la UE.

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